Por Ben L. Merkle
El término diácono proviene del sustantivo griego diakonos que aparece 29 veces en el NT y se traduce comúnmente “siervo” o “ministro”. Deriva del verbo “servir” y se usa para nombrar diferentes clases de servicios. Pablo no solamente se refiere a sí mismo como un diakonos (1 Cor. 3:5; 2 Cor. 3:6; 6:4; Ef. 3:7; Col. 1:23,25), sino que además aplica este término a sus colaboradores: Febe (Rom. 16:1); Apolos (1 Cor. 3:5); Tíquico (Ef. 6:21; Col. 4:7); Epafras (Col. 1:7) y Timoteo (1 Tim. 4:6). Este vocablo también se usa para referirse a los gobiernos (Rom. 13:4) y a Cristo (Rom. 15:8; Gál. 2:17). Con menor frecuencia se lo encuentra como referencia a un ministro de la iglesia local (Fil. 1:1; 1 Tim. 3:8,12; posiblemente Rom. 16:1).
Aunque es difícil probar que el origen del diaconado se remonta a la elección de los siete en Hech. 6:1-6 ya que no se usa el sustantivo diakonos, es razonable creer que estos siete líderes constituyeron por lo menos el prototipo de los primeros diáconos. Fueron nombrados precisamente cuando los apóstoles necesitaban ayudantes que se hicieran cargo del servicio a fin de que ellos estuvieran libres para dedicarse a la oración y la enseñanza. Se observa entonces que lo que distingue a los diáconos de los obispos o ancianos es la capacidad de estos últimos para enseñar (1 Tim. 3:2; 5:17; Tito 1:9). La imposición de manos efectuada por los apóstoles en Hech. 6:6 se considera frecuentemente como el origen del nombramiento de los diáconos para ejercer sus funciones.
La primera mención de los diáconos como oficiales de la congregación local aparece en Fil. 1:1 donde Pablo se dirige a la iglesia de Filipos “incluyendo los obispos y diáconos”. Aunque los requisitos de los diáconos se detallan en 1 Tim. 3:8-13, no hay un texto explícito que especifique sus responsabilidades. Debido a que los diáconos se mencionan después de los obispos en Fil. 1:1 y 1 Tim. 3, y dadas las connotaciones del término diakonos, la mayoría concuerda en que cumplen una función de respaldo hacia los obispos. En siglos posteriores, los diáconos estuvieron dedicados a la administración de los bienes para los pobres, la colaboración en las celebraciones del bautismo y la Cena del Señor, y en el cumplimiento de otras tareas administrativas y de servicio. Algunos han sugerido que el requisito de ser “sin doblez” [de una sola palabra, LBLA] (1 Tim. 3:8), tal vez indique un contacto cercano con los miembros de la iglesia durante las visitas hogareñas. Otros sostienen que el requisito de no ser codicioso (1 Tim. 3:8) indica que los diáconos eran responsables de reunir y distribuir dinero.
En Rom. 16:1 no queda claro si el término diakonos debería ser traducido “siervo” o la forma más oficial, “diácono”. Debido a que diakonos no se usa comúnmente en su significado técnico, algunos entienden que Febe no desempeñaba un servicio oficial en su iglesia. Sin embargo, hay diversos factores que podrían indicar lo contrario. Primero, Pablo usa la forma masculina de diakonos para referirse a una mujer en vez de la forma femenina. Segundo, Pablo específicamente establece que Febe es diakonos de la iglesia de Cencrea, el único lugar donde Pablo se refiere a alguien como diakonos de una iglesia local (comp. Ef. 6:21; Col. 1:7; 1 Tim. 4:6). Tercero, Pablo exhorta a los romanos a ayudar a Febe debido a que ella es enviada para realizar una tarea oficial en nombre del apóstol Pablo y su iglesia. Se sostiene que para cumplir con dicha tarea oficial era necesario tener un cargo oficial.
Otro texto relacionado con el tema de mujeres- diáconos (diaconisas) es 1 Tim. 3:11. El problema es que el texto es ambiguo ya que Pablo usa el término griego gynaikes (“mujeres” o “esposas”), que podría referirse a las diaconisas o a las esposas de los diáconos. Los argumentos a favor de la última posición son los siguientes: (1) 1 Tim. 3:11 incluye el término “asimismo” tal como lo hace el v.8 y, por lo tanto, también introduce un cargo nuevo. (2) Si no hay requisitos para las esposas de los obispos, ¿por qué debería existir en el caso de las esposas de los diáconos? (3) Aunque la palabra “las” está incluida en algunas traducciones, no se encuentra en el griego. El texto simplemente dice “esposas” o “mujeres” y no “las esposas (de los diáconos)”. (4) Un ministerio de servicio no requeriría que las mujeres tuvieran autoridad sobre los hombres y, en consecuencia, no estaría en contra de 1 Tim. 2:1. Esa es la razón por la cual los diáconos no necesitan ser “aptos para enseñar”, como sucede con los obispos ya que esta es una acción de autoridad. Sin embargo, hay buenos argumentos que se oponen a los cuatro mencionados previamente: (1) Primera Timoteo 2:9 empieza con “asimismo” pero no es una idea paralela (los hombres deben orar…asimismo las mujeres deben vestirse de manera apropiada). También le resultaría extraño a Pablo dirigirse a los diáconos en los vv.8-10, hacer una interrupción para introducir el cargo de diaconisa y luego volver a hablar acerca de los diáconos en los vv.12,13. (2) Es posible que se mencione a las esposas de los diáconos pero no a las de los obispos ya que las primeras participaban en el ministerio de sus esposos (como es el caso del servicio a las viudas). Además, hay otros requisitos de los diáconos que no son necesarios para los obispos. (3) El contexto indica que se hace referencia a las esposas de los diáconos. Si Pablo hubiese tenido intención de hablar del cargo de diaconisa, entonces habría usado esa palabra “diaconisa” en lugar del término que habitualmente se traduce “esposas”. (4) Aunque los diáconos no enseñen, sí ejercen autoridad, lo que sería inapropiado para las mujeres.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto por Nycholas Benaia, en Unsplash
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