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- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO “ARCA DEL PACTO”? $ USD
Por M. Pierce Matheney
Receptáculo original de los Diez Mandamientos y símbolo central de la presencia de Dios con el pueblo de Israel.
Antiguo Testamento El arca de la antigua Israel es misteriosa en cuanto a sus orígenes, sus significados y su destino final. Sus numerosos nombres confieren el sentimiento santo de la presencia de Dios. La palabra hebrea para arca (tebah) simplemente significa “caja, baúl, ataúd”, tal como lo indica su uso para el ataúd de José (Gén. 50:26) y para el arca que el rey Joás utilizó para las colectas del templo (2 Rey. 12:9-10).
Los nombres que se utilizan para el arca definen su significado por medio de los términos que la modifican. La palabra “pacto” como parte del nombre define al arca en relación con su propósito original de contener las tablas de piedra sobre las que se inscribieron los Diez Mandamientos (denominados a veces el “testimonio”). En ocasiones se la identifica más bien con el nombre de la deidad, “el arca de Dios” o “el arca del pacto de Jehová de los ejércitos (Yahvéh Sabaot)” (1 Sam. 4:4).
El origen del arca se remonta hasta Moisés en Sinaí. Su origen misterioso se observa haciendo un contraste de los dos relatos del Pentateuco en cuanto a cómo se construyó. El relato más elaborado de la fabricación y la ornamentación del arca realizadas por el artesano Bezaleel aparece en Ex. 25:10-22; 31:2,7; 35:30-35; 37:1-9. Se planificó durante la primera estadía de Moisés en Sinaí, y se construyó después de que se comunicaron y completaron todas las especificaciones para el tabernáculo. El otro relato se encuentra en Deut. 10:1-5. Después del pecado del becerro de oro y la ruptura de las tablas originales del Decálogo, Moisés hizo una caja simple de madera de acacia a fin de utilizarla como receptáculo para recibir las nuevas tablas de la ley.
Un poema muy antiguo, el “Cántico del Arca” de Núm. 10:35-36, arroja cierta luz sobre la función de esta durante el peregrinaje en el desierto. Era un símbolo de la presencia de Dios para guiar a los peregrinos y liderarlos en la batalla (Núm. 10:33,35-36). Si actuaban sin fe, dejando de seguir esta guía, las consecuencias podían ser dramáticas (Núm. 14:39-45). Algunos pasajes sugieren que el arca también se consideraba trono de la deidad invisible o estrado de sus pies (Jer. 3:16-17; Sal. 132:7-8). Estos significados diversos se deben interpretar como complementarios en lugar de contradictorios.
El arca se diseñó para ser trasladada. Su tamaño (alrededor de 1,20 m de largo [4 pies], 75 cm de ancho [2,5 pies] y 75 cm de profundidad [2,5 pies]) y su forma rectangular eran apropiados para este propósito. Se utilizaban postes permanentes para acarrearla ya que nadie podía tocarla y solo el personal sacerdotal (levítico) estaba autorizado a transportarla. El arca fue el objeto más importante del tabernáculo en el período del desierto, aunque su relación con el tabernáculo concluyó después de la conquista de Canaán.
El arca desempeñó un papel importante en las narraciones de la “guerra santa” durante el cruce del Jordán y la conquista de Jericó (Jos. 3–6). Después de la conquista se la ubicó en diversos lugares tales como Gilgal, Siquem (Jos. 8:30-35; Deut. 11:26-32; 27:1-26) o Bet-el (Jue. 20:26), según el sitio donde se reuniera la confederación de las tribus para adorar. Finalmente se instaló en forma permanente en Silo, donde se construyó un templo para alojarla (1 Sam. 1:9; 3:3).
Debido a la superstición infiel de los hijos malvados de Elí, las tribus hebreas fueron derrotadas en la batalla de Eben-ezer y los filisteos capturaron el arca (1 Sam. 4). Los acontecimientos relacionados con el arca en las ciudades de Asdod, Gat y Ecrón se narran a fin de magnificar el poder y la gloria del Señor del arca. El Señor venció a Dagón y derramó una peste sobre el enemigo hasta que buscaron el perdón del Dios de Israel mediante ofrendas simbólicas por la culpa, y enviaron de regreso el objeto temido siguiendo el ritual correcto (1 Sam. 5:1–6:12). Los hombres de Bet-semes se alegraron con el retorno del arca hasta que desacertadamente violaron su santidad al mirar en su interior (1 Sam. 6:13-15,19-20). Luego la llevaron a Quiriat-jearim, donde permaneció relativamente descuidada hasta que David la trasladó a su nueva capital y santuario en Jerusalén (1 Sam. 6:21–7:2; 2 Sam. 6). Pareciera que Abinadab y sus hijos (2 Sam. 6:3) habían servido fielmente al Señor del arca hasta que uno de ellos, Uza, cayó muerto al tocar imprudentemente el objeto santo durante el primer intento de David de transportarla desde su “collado” en Quiriat-jearim a la ciudad del rey. David, por temor, le dejó el arca a Obed-edom geteo, cuyacasa fue bendecida a causa de la santa presencia. De manera más cuidadosa y con un gran fervor religioso, David tuvo éxito la segunda vez que intentó llevar el arca a su ciudad capital (2 Sam. 6:12-19).
Estudios recientes sugieren que esta ceremonia del arca se representaba en ocasiones de producirse una coronación o anualmente en una celebración de asunción al trono. Dicha representación volvía a enfatizar la promesa hecha a la dinastía davídica, como así también la gloria de Jehová de los ejércitos (Sal. 24:7-10; 103:21-22). Salomón construyó el templo que David había planeado para alojar el arca, a la que posteriormente transportó dentro del lugar santísimo en medio de ceremonias festivas (1 Rey. 8; 2 Crón. 5).
Se desconoce el momento preciso del robo o la destrucción del arca. Algunos han sugerido que Sisac de Egipto saqueó el templo y se apoderó de este objeto santísimo (1 Rey. 14:25-28) pero, tomando como base Jer. 3:16-17, pareciera más probable que los babilonios la hayan capturado o destruido en el 587 a.C. junto con la caída de Jerusalén y el incendio del templo. Tal como predijo Jeremías, el arca nunca se reconstruyó para el segundo templo, con lo cual el lugar santísimo quedó vacío.
Otros misterios del arca son su relación con los querubines, su cubierta ornamentada denominada “propiciatorio” y su uso ritual preciso durante la época de la monarquía. Debido a que el arca del pacto era el símbolo central de la presencia de Dios con su pueblo Israel, sus misterios permanecen apropiadamente encubiertos dentro del santuario interior del Dios viviente. Ver Lugar santísimo; Propiciatorio; Tabernáculo; Templo.
Nuevo Testamento Hebreos 9:1-10 muestra que el arca formaba parte del orden antiguo con reglas externas, en espera de la llegada del nuevo día de Cristo, con un sacrificio perfecto capaz de limpiar la conciencia humana. Apocalipsis 11:19 muestra que el arca del pacto formará parte del templo celestial, cuando este sea revelado.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto Diccionario Bíblico Ilustrado Holman
- Nombres y personajes de la Biblia | Acab $ USD
Por John J. Davis
Nombre de persona que significa “hermano del padre”.
1. El séptimo rey del Reino del Norte (Israel) que se casó con Jezabel, una mujer extranjera, y provocó. la ira de Dios más que cualquiera de los reyes anteriores de Israel. Acab fue hijo y sucesor de Omri. Su reinado de 22 años (874–853 a.C.), se vio afectado por la infidelidad y el fracaso espiritual, aunque disfrutó de cierto éxito político y militar (1 Rey. 16:30).
El casamiento de Acab con Jezabel, una princesa fenicia, tuvo beneficios tanto comerciales como políticos. En lo comercial, proveyó a Samaria de artículos que necesitaban y abrió un camino para la extensión del comercio marítimo. En lo político, eliminó cualquier amenaza militar que proviniera de Fenicia. Durante los días de Acab, Israel disfrutó de paz con Judá como resultado en gran medida de un matrimonio que se arregló entre la princesa Atalía y Joram, el príncipe heredero de la corona de Judá. La alianza resultante produjo esfuerzos conjuntos en el comercio marítimo (1 Rey. 22:48; 2 Crón. 20:35-37) y una campaña militar unida para recapturar Ramot de Galaad, que había quedado bajo control arameo (1 Rey. 22:2-40).
A lo largo de su reinado, Acab mantuvo un control efectivo sobre Moab y obtuvo ingresos por medio del tributo, un impuesto que pagaba el rey moabita para mantener su trono (2 Rey. 3:4). La opresión de Moab bajo el gobierno de Acab y de su padre Omri se halla representada en la Piedra Moabita. Acab tuvo éxito en dos campañas importantes con el rey asirio Ben-adad, pero en la tercera fue herido de muerte. Su participación en la gran batalla de Qarqar (853 a.C.) está registrada en una inscripción de Salmanasar III de Asiria, aunque no se menciona en la Biblia. Según Salmanasar, Acab envió a la batalla 2000 carros y 10.000 hombres.
Los días de Acab en Samaria constituyeron una época de riqueza creciente y apostasía espiritual. Según 1 Rey. 22:39, le construyó a Jezabel una “casa de marfil”, cuyos restos se descubrieron en las excavaciones que Harvard realizó en el lugar. Las habitaciones y los muebles estaban decorados con incrustaciones de marfil que en muchos casos representaban deidades egipcias. Su entrega a la influencia idolátrica se pone de manifiesto en la construcción de un templo para Baal (1 Rey. 16:32), la masacre de los profetas del Señor (1 Rey. 18:4,19) y la confiscación de la propiedad de un israelita (1 Rey. 21).
Pareciera que Acab era adorador de Yahvéh, Dios de Israel, pero probablemente también de otras deidades. Consultaba frecuentemente a los profetas de Yahvéh (1 Rey. 20:13-14,22,28; 22:8,16), utilizó el nombre divino al ponerles nombre a sus hijos (Ocozías, Joram y Atalía) y no interfirió en la ejecución de los profetas de Baal después de la disputa en el Monte Carmelo (1 Rey. 18:40). Sin embargo, la influencia de Jezabel en su vida opacó el efecto importante que los profetas del Señor pudieran ejercer sobre él. Se convirtió en el principal ejemplo del mal (Miq. 6:16).
2. Profeta falso que vivía en Babilonia, profetizó mentiras y enfrentó la condonación de Jeremías (Jer. 29:20-23).
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
Foto por Glo Bible
- Nombres y personajes de la Biblia | Abraham $ USD
Por R. K. Harrison
Nombre de persona que significa “padre de una multitud”. Primer patriarca hebreo, llegó a ser conocido como el ejemplo máximo de la fe. Era hijo de Taré, descendiente de Sem, hijo de No. (G.n. 11:27). Pasó su niñez en Ur de los caldeos, una destacada ciudad sumeria. Al principio se lo conocía como Abram (“padre es exaltado”) pero, posteriormente se transformó en Abraham (“padre de una multitud”, G.n. 17:5).
Taré, su padre, se trasladó. a Harán junto con su familia (G.n. 11:31) y murió allí después de algunos años. Dios llamó a Abraham para que emigrara a Canaán y le aseguró que sería padre de una vasta nación. En épocas diferentes vivió en Siquem, Bet-el, Hebr.n y Beerseba. La belleza de su esposa Sara atrajo a Fara.n cuando se mudaron a Egipto durante una hambruna (G.n. 12:10), pero Dios intervino para salvarla. El problema surgió en parte porque Abram había declarado que era su hermana en lugar de su esposa y, de hecho, era su hermanastra (G.n. 20:12). Después de regresar a Palestina, Abram recibió de parte de Dios confirmaciones adicionales del pacto (Gén. 15). Abram decidió que podía procrear una descendencia tomando como concubina a Agar, la sierva de Sara.
Aunque la unión produjo un hijo, Ismael, este no estaba destinado a convertirse en el heredero de Abram según la promesa. Aun después de una nueva confirmación del pacto (G.n. 17:1-21), donde el rito de la circuncisión se había declarado como señal, Abram y Sara continuaban dudando de la promesa que Dios les había hecho de un heredero.
Más tarde Saraí, a quien se le cambió el nombre y ahora se llama Sara (“princesa”), tuvo a Isaac (“risa”), el hijo prometido durante tanto tiempo. Abraham tenía 100 años de edad. La presencia de Ismael causó problemas dentro de la familia y lo expulsaron junto con su madre al Desierto de Parán. En Moriah, Dios probó la fe y la obediencia de Abraham cuando le ordenó que sacrificara a Isaac.
No obstante, Dios proveyó un sacrificio alternativo y salvó la vida del muchacho. Como recompensa por la fidelidad de Abraham, Dios renovó las promesas del pacto con el padre y con el hijo, en cuanto a una gran bendición y al surgimiento de una gran nación.
Posteriormente Sara murió y la sepultaron en la cueva de Macpela (G.n. 23:19), después de lo cual Abraham buscó una esposa para Isaac. Entre los parientes de Abraham que vivían en la Mesopotamia, se consiguió una mujer llamada Rebeca, e Isaac se alegró de casarse con ella (G.n. 24:67). Abraham volvió a casarse y tuvo más hijos, y murió finalmente después de 175 años. Abraham reconoció a Dios como el Señor Todopoderoso y el autor del pacto mediante el cual los hebreos se convertirían en una nación poderosa. Dios fue conocido más tarde como el Dios de Abraham (Ex. 3:6).
Dios había revelado a través de él Su plan para la salvación de los seres humanos (Ex. 2:24). Las promesas a Abraham se convirtieron en una confirmación para las generaciones futuras (Ex. 32:13; 33:1). Abraham llegó. a ser conocido como el “amigo para siempre” de Dios (2 Cr.n. 20:7).
Juan y Pablo mostraron que ser descendiente de Abraham no garantizaba la salvación (Mat. 3:9; Rom. 9). De hecho, los extranjeros se unirían a él en el reino (Mat. 8:11; comp. Luc. 16:23-30). Jesús invitó a los hijos perdidos de Abraham para que fueran salvos (Luc. 19:9). Los verdaderos hijos de Abraham hacen las obras de Abraham (Juan 8:39).
Para Pablo, este patriarca fue el gran ejemplo de la fe (Rom. 4; G.l. 3). En Hebreos, Abraham proporcionó el modelo para el diezmo (Heb. 7) y desempeñó un papel destacado en la lista de los héroesde la fe (Heb. 11). Santiago utilizó a Abraham para mostrar que la justificación por fe se demuestra en las obras (Sant. 2:21-24).
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
Foto por Glo Bible
- ¿Qué significa “anciano” en el Antiguo y el Nuevo Testamento? $ USD
Por Fred A. Grissom
En el AT, por lo general el término “anciano” traduce la palabra hebrea zaqen, proveniente de una raíz que significa “barba” o “mentón”. En el NT, la palabra griega es presbuteros, que se translitera presbítero.
Antiguo Testamento
Desde el comienzo de la historia de Israel, los ancianos fueron líderes de diversas familias y tribus. Cuando estas se reunieron para formar la nación de Israel, los ancianos naturalmente asumieron funciones importantes en el gobierno de los asuntos de la nación. A Moisés se le ordenó que informara a “los ancianos de Israel” acerca del propósito del Señor de liberar a Israel de Egipto, y que se presentara con los ancianos a confrontar al faraón (Ex. 3:16,18). De manera similar, 70 ancianos participaron con Moisés en la comida del pacto en el Sinaí. (Ex. 24:9-11). A medida que la tarea de gobernar Israel creció. en complejidad, parte de la carga fue transferida de Moisés a un concilio de 70 ancianos (Núm. 11:16-17).
Durante el período de los jueces y de la monarquía, los ancianos tuvieron un lugar destacado en la vida política y judicial de Israel. Le exigieron a Samuel que nombrara a un rey (1 Sam. 8:4-5); cumplieron una función decisiva para que David obtuviera y retuviera el trono (2 Sam. 3:17; 5:3; 17:15; 19:11-12), y representaron al pueblo en la consagración del templo de Salomón (1 Rey. 8:1,3). En las normas legales en Deuteronomio se hace responsables a los ancianos de administrar justicia, de actuar como jueces a las puertas de la ciudad (Deut. 22:15), de decidir en casos que afectaban la vida familiar (Deut. 21:18-21; 22:13-21), y de hacer que se cumplieran las decisiones (Deut. 19:11-13; 21:1-9).
Aunque los ancianos fueron menos importantes después del exilio, y al parecer el término no se usó mucho en las comunidades judías fuera de Palestina, el “concilio de los ancianos” formaba parte del Sanedrín en Jerusalén. En el NT, a menudo se hace referencia a los ancianos de los judíos, generalmente en asociación con los principales sacerdotes y escribas (Mat. 21:23; Mar. 14:43). En este contexto, los ancianos, aparentemente miembros de familias destacadas, tenían cierta autoridad pero no eran los líderes principales en asuntos religiosos ni políticos.
Nuevo Testamento
En las iglesias judeocristianas primitivas, por lo menos en la iglesia en Jerusalén, la función del “anciano” siguió casi con seguridad el modelo de la sinagoga. Si bien hay pocos detalles específicos de la función de los ancianos en la iglesia de Jerusalén, aparentemente servían como concilio para la toma de decisiones. A menudo se los menciona en conjunto con los apóstoles, y algunos pasajes dan la impresión de que estos y los ancianos de Jerusalén consideraban que poseían autoridad para tomar decisiones para toda la iglesia (Hech. 15; 21:17-26).
Otras iglesias ten.an ancianos. Hechos 14:23 relata que Pablo y Bernabé nombraron ancianos en las iglesias durante su viaje misionero. Sin embargo, pareciera que dichos ancianos no seguían el modelo judío. En su discurso a los ancianos de Éfeso, Pablo se refirió a ellos como quienes supervisaban a la iglesia y servían en ella como pastores (Hech. 20:28). El apóstol no usaba con frecuencia el término, que se refería más a las funciones del ministerio que a títulos u oficios. Por ejemplo, en Rom. 12:6-9 Pablo aludió a quienes tenían dones de profecía, de servicio, de enseñanza, y para otros aspectos del ministerio (comp. 1 Cor. 12). Aunque aquellos que ejerc.an tales dones en las iglesias no eran expresamente llamados ancianos, es probable que por lo menos algunos de ellos lo fueran. Por lo tanto, probablemente los ancianos en las iglesias paulinas hayan sido lideres y ministros espirituales, no solo un concilio de gobierno.
Una de las cuestiones más debatidas en cuanto al estilo del ministerio cristiano primitivo es la relación entre obispos y ancianos. Algunos eruditos consideran que estos términos eran intercambiables. Otros argumentan que se refieren a oficios diferentes. En las cartas de Pablo no hay referencias explicitas a las obligaciones de unos y otros, ni se enumeran requisitos de los ancianos. Tito 1:5-9 es el único pasaje que menciona ambos vocablos. El texto comienza con la indicación de que deben nombrarse ancianos en cada ciudad, y continúa con la descripción de los requisitos de los obispos. El contexto lleva a la conclusión de que las indicaciones y los requisitos se refieren a las mismas personas, lo cual sugiere que los términos son en verdad intercambiables.
Al parecer, los requisitos en Tito 1:6-9 y en 1 Tim. 3:1-7 se aplican a los ancianos. Es evidente que estos eran lideres espirituales de las iglesias. Tomados en conjunto, los requisitos describen a una persona cristiana madura y de buena reputación, con dones para la enseñanza, la administración y el ministerio pastoral. La única descripción concreta del ministerio de los ancianos es la mención en Sant. 5:14-15 de que oren y unjan a una persona enferma. Aunque la palabra “obispo” por lo general se menciona en singular, ninguno de los pasajes referidos indica que hubiera un solo anciano en cada congregación ni se describe el carácter de la relación entre los diversos ancianos.
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
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- Libros de la Biblia | Amós $ USD
Libros de la Biblia | Amós
Por Roy L. Honeycutt
Amós es uno de los doce profetas menores del AT. El libro de Amós se puede dividir en tres secciones. Los capítulos 1 y 2 constituyen una sección básica dividida en subsecciones que comienzan con una introducción literaria en común (1:3,6,9,11,13; 2:1,4,6). La segunda sección del libro consiste en profecías de juicio dirigidas contra Israel (3:1–6:14). La tercera sección contiene las visiones de Amós (caps. 7–9), que pueden haber sido las primeras revelaciones a través del profeta. Eran fundamentales. Consciente de la realidad asombrosa del pecado humano y del juicio divino, estas visiones dieron forma a sus mensajes proféticos (7:1-3,4-6,7-9; 8:1-3; 9:1-4).
Las palabras de Amós tratan sobre diversos asuntos, pero el tema central enfatiza el pecado y el juicio. Ya sea que se estuviera dirigiendo a otras naciones, a Israel o a Judá, el profeta condenaba a los que pecaban en contra de una conciencia universal (1:1–2:3), contra la ley revelada (2:4-5) o contra el amor redentor de Dios (2:6-16). Amós desafiaba a las personas para que vivieran según los lineamientos del pacto, y las condenaba por no reflejar ese pacto en su vida diaria. Estaba preocupado por aquellos que “no saben hacer lo recto” (3:10). Su palabra de juicio fue severa para “las mujeres importantes de Samaria” (“vacas de Basán”) quienes instaban a sus esposos a ejercer la injusticia y la violencia, y se refirió a ellas diciendo: “oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos” (4:1). Debido a tal injusticia y a la falta de unión entre la experiencia religiosa auténtica y la conciencia social, Amós declaró que la nación ya estaba muerta.
Se podía cantar el lamento del funeral de Israel: “Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más” (5:2). En cuanto a los individuos que de manera superficial y confiada estaban “reposados en Sión, y […] confiados en el monte de Samaria” (6:1), su única esperanza yacía en la renovación de una experiencia religiosa auténtica que llevara a una vida de justicia y rectitud que inundara la tierra (5:24). El juicio era lo único que quedaba para aquellos que rechazaran este camino: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel” (4:12).
Bosquejo
- I. Los sermones: Dios confronta el pecado de su pueblo (1:1–6:14)
- A. La Palabra de Dios se revela en palabras humanas (1:1-2)
- B. Dios identifica y condena todo el pecado humano (1:3–2:16)
- 1. Los actos en contra de la decencia humana corriente son pecaminosos (1:3–2:3)
- 2. El rechazo de la ley de Dios sustituyéndola con la sabiduría propia es pecado (2:4-5)
- 3. Rechazar el amor de Dios es pecado (2:6-16)
- C. Dios condena la religión vacía (3:1-15)
- 1. El privilegio de ser amado por Dios lleva responsabilidades (3:1-2)
- 2. Dios le revela Su propósito a Su pueblo (3:3-8)
- 3. En Su juicio, Dios utiliza agentes de la historia (3:9-12)
- 4. Los centros de religión vacía y de prosperidad mal adquirida caerán (3:13-15)
- D. El amor de Dios confronta en juicio a Su pueblo desobediente (4:1-13)
- 1. El deseo insaciable conduce al pecado (4:1-3)
- 2. La adoración vacía y sin sentido es pecado (4:4-5)
- 3. El objetivo del juicio temporario es guiar al pueblo de Dios al arrepentimiento (4:6-11)
- 4. El pueblo rebelde de Dios experimenta una confrontación definitiva con Él (4:12-13)
- E. Dios llama a Su pueblo a practicar la justicia y la rectitud (5:1-27)
- 1. Dios ve el final de Su pueblo pecaminoso (5:1-3)
- 2. Se invita al pueblo rebelde de Dios para que lo busque (5:4-9,14-15)
- 3. El juicio ineludible de Dios está sobre Su pueblo (5:10-13,16-20)
- 4. La justicia práctica es la demanda final que Dios hace a Su pueblo (5:21-27)
- F. La seguridad falsa basada en la fortaleza nacional conduce a la cada final (6:1-14)
- II. Las visiones: Ver a Dios de manera apropiada revela tanto Su juicio como Su misericordia (7:1–9:15)
- A. Dios extiende misericordia en respuesta a la intercesión seria (7:1-6)
- B. Nunca se puede escapar de la confrontación final con Dios (7:7-9)
- C. Una visión adecuada de Dios coloca en perspectiva todo lo demás (7:10-17)
- 1. Una visión falsa de la naturaleza del mensaje de Dios conduce a decisiones equivocadas (7:10-13)
- 2. Una persona transformada por una visión de Dios ve a las personas y las cosas como realmente son (7:14-17)
- D. La consecuencia final del pecado ofrece juicio sin esperanza (8:1–9:4)
- 1. Una religión corrompida y pútrida no sirve para nada (8:1-3)
- 2. El cumplimiento vacío de rituales sin sentido no afecta nuestra moral (8:4-6)
- 3. El juicio final de Dios es una visión horrenda (8:7–9:4)
- E. La misericordia de Dios se puede ver más allá. de Su juicio (9:5-15)
- 1. Dios es soberano en todo el universo (9:5-6)
- 2. La misericordia de Dios aún ofrece esperanza más allá. del juicio temporario (9:7-10)
- 3. El propósito final y benévolo de Dios para Su pueblo se cumplir. (9:11-15)
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
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- I. Los sermones: Dios confronta el pecado de su pueblo (1:1–6:14)
- Fiabilidad histórica del Antiguo Testamento $ USD
Por Kenneth A. Kitchen
«Fiabilidad» es la capacidad de ser confiable y veraz. ¿Es el Antiguo Testamento (AT) fiable en lo que dice sobre el trato de Dios hacia la humanidad en el antiguo Cercano Oriente? Los descubrimientos de aquel mundo primitivo suelen ilustrar la realidad objetiva de la historia del AT.
Historia primigenia
Los recuerdos compartidos representan una prueba de la fiabilidad del AT. El mundo antiguo observó el paso de innumerables generaciones humanas, pero mantuvo vivos en la memoria eventos trascendentales. Por ejemplo, otras culturas relataron historias sorprendentemente similares al diluvio de Noé. Esto es prueba indirecta de la fiabilidad del AT. El esquema de Génesis de documentar la creación y enumerar dos grupos de entre ocho y diez generaciones representativas que vivieron antes y después del diluvio también encuentra su parangón en la antigua literatura sumeria y babilónica. Esto demuestra que el AT encaja en las formas y las prácticas literarias de la era que documenta. Por último, vidas largas como la de Matusalén, de 969 años, no son obstáculo para la historicidad personal; antiguos documentos sumerios sostienen que el rey (En)-me-bara-gisi reinó 900 años. Los 900 años de reinado no son creíbles, pero el rey (En)-me-baragisi no era ficticio. Se lo reconoce como personaje histórico porque los arqueólogos descubrieron inscripciones con su nombre. Es una convención antigua muy difundida «estirar» los eventos reales y las edades de las personas de la época primigenia.
Historia patriarcal
Con Abraham ingresamos a la era de los patriarcas (aprox. 2000-1600 a.C.). Los registros son más abundantes a partir de este punto de la historia. Los patriarcas arriaban ovejas y reses de Ur (actual Irak) a Egipto. Los datos de Ur de esta época registran grandes manadas de ovejas, lo cual encaja en las descripciones del AT. Los archivos de Mari mencionan Harán, donde vivió Abraham. Desde los tiempos de Abraham hasta los de Jacob, Canaán fue una tierra de «ciudades-estado» independientes, como Siquem, Salem (Jerusalén) y Gerar. Estos centros poblacionales se nutrían de los pastos frecuentados por pastores locales y visitantes, como Abraham y sus descendientes (Gn. 37:12-13). Los «textos de execración» egipcios proveen evidencia extrabíblica de esta práctica. La guerra entre los reyes cananeos y los gobernantes orientales de Babilonia (Sinar, Elasar; ver Gn. 14) y de la iraní Elam es fiel a este período. Los archivos de Mari verifican que este fue el único período en el que florecieron muchas alianzas de guerra y las fuerzas de Elam llegaron tan al oeste. Las costumbres patriarcales que incluyen cuestiones como la formación de matrimonios y pactos reflejan este período, así como la suma de 20 siclos de plata que pagaron al comprar a José (Gn. 37:28). Detalles egipcios mencionados en el AT (nombres de personas, hambrunas mortales, la «interpretación» de sueños, etc.) coinciden con lo que se sabe sobre Egipto a partir de otras fuentes antiguas.
En Egipto, los hebreos trabajaron como esclavos para edificar ciudades, como Ramsés y Pitón. Una versión afirma que esto ocurrió bajo el reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C.), mientras que, según otra, el éxodo ocurrió alrededor de 1446 a.C. La arqueología revela que Ramsés contaba con establos para carros (ver Ex. 14:25). Durante el éxodo de Egipto, Dios guio a los hebreos no por la cercana ruta del norte rumbo a Canaán (comp. Ex. 13:17-18), que estaba infestada de puestos militares egipcios, sino por el Monte Sinaí (actual Monte Safsafa o Monte Musa), mucho más seguro y al sur del control egipcio. El pacto entre Dios e Israel en el Monte Sinaí con Moisés como mediador incluye características (introducción histórica, identificación de testigos, mención de bendiciones y maldiciones del pacto) conocidas ya en los siglos XIV y XIII a.C., y el tabernáculo (Ex. 25:9; 26:1ss.) recuerda una prolongada tradición regional (aprox. 2800-1000 a.C.) de construir tiendas sagradas y santuarios. Hacia
1209 a.C., las tribus de Israel ya estaban en Canaán. Pruebas extrabíblicas de esto se encuentran en la Estela de la victoria del faraón Merenptah.
Israel histórico
Luego de la agitada época de los jueces, Saúl, David y Salomón gobernaron Israel. «La casa de David» se menciona en una estela aramea de Dan y también en la estela de Mesha, rey de Moab. Menos de 50 años después de David, el lugar llamado «Altos de Davit» (los egipcios usaban la t para la d final) se incluye en la lista geográfica de Palestina redactada por Shoshenq I («Sisac», aprox. 924 a.C.). El diseño del templo de Salomón reflejaba tendencias que eran comunes en la vecina Siria, aunque la decoración del templo era modesta en comparación. Los sabios escritos de Salomón se ajustan a su época en formato y contenido.
Luego de la muerte de Salomón (930 a.C.), Israel y Judá se dividieron en dos reinos. Los asirios avanzaron hacia el sur y tuvieron repetidos contactos con los gobernantes hebreos. Así, Acab y Jehú de Israel se mencionan en textos de Salmanasar III, mientras que sus sucesores mencionan a Joás, Manahem, Peka y Oseas. Existen sellos hebreos que identifican a siervos de Jeroboam II y Oseas. Judá, Jotám, Acaz y Ezequías están incluidos en las impresiones de sellos oficiales, mientras que los registros asirios cuentan con Joacaz, Ezequías y Manasés. Todos estos reyes aparecen en la misma secuencia y épocas, tanto en los registros bíblicos como asirios.
Mesha de Moab dejó una estela que menciona a Omri y a Acab de Israel. Por otro lado, las narraciones de Reyes y Crónicas mencionan, en los períodos y el orden correctos, a los siguientes reyes de Egipto: Shoshenq I [Sisac], Osorkón IV [So], Taharqo [Tirhakah], Necao (II) y Hofra. También se mencionan los gobernantes asirios Tiglat-piléser III, Salmanasar (V), Sargón (II), Senaquerib y Esar-Hadón. Por último, también se cita a los gobernantes babilonios Merodac-Baladán (II), Nabucodonosor (II) y Evil-Merodac. Diversos eventos han quedado documentados tanto en fuentes bíblicas como externas a lo largo de los 200 años de Israel y los 340 años de Judá. Las caídas de Samaria (722/720 a.C.) y de Judá (605-597 a.C.) se mencionan en crónicas asirias y babilónicas respectivamente.
Hemos descubierto tablillas de raciones de Babilonia para Joaquín, el rey judío desterrado, y su familia en 594-570 a.C. El bien documentado triunfo persa en 539 a.C. permitió que muchos exiliados regresaran a Judá y reconstruyeran Jerusalén y su templo tal como dice el AT. Otras figuras bíblicas ahora verificadas a través de los descubrimientos arqueológicos incluyen: Sanbalat I de Samaria, en papiros arameos; la postrer familia de Tobías de Amón, en tumbas ubicadas en Irak al-Amir; y Gasmu/Gesem como rey árabe en Qedar, en un cuenco perteneciente a su hijo Qaynu.
La historicidad del AT debe tomarse con seriedad. En cuanto al AT en sí, los Rollos del Mar Muerto (aprox. 150 a.C.–70 d.C.) brindan buena evidencia de una tradición centrada en el texto, cuidadosamente transmitida a lo largo de casi 1000 años hasta llegar a los escribas masoréticos (aprox. Entre ocho y diez siglos d.C.). Por lo tanto, el texto base de la Escritura del AT puede definirse como de transmisión esencialmente sólida; y la evidencia muestra que la forma y el contenido del AT encajan con a realidad literaria y cultural del antiguo Cercano Oriente. Para ampliar sobre el tema, ver On the Reliability of the Old Testament [Sobre la fiabilidad del Antiguo Testamento], de K. A. Kitchen.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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