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- TÉRMINO «HIJOS DE DIOS» $ USD
Traducción literal de una frase que se refiere a una clase de seres que tienen cierto tipo de relación con Dios. El significado y la traducción varían según el contexto.
Antiguo Testamento
La frase hebrea beney ha’elohim aparece en Gén. 6:2,4 y en Job 1:6; 2:1; 38:7. En los pasajes de Job, los “hijos de Dios” son los ángeles (Job 38:7; en paralelismo poético con “las estrellas del alba”) o la corte celestial (1:6 y 2:1).
El texto de Génesis (6:1-4) históricamente ha sido uno de los pasajes del AT más difíciles de interpretar. El quid de la pregunta interpretativa es cómo entender la distinción entre los dos grupos mencionados en este texto: “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres”. Se han propuesto tres enfoques.
El primero afirma que “los hijos de Dios” eran príncipes o gobernantes y que “las hijas de los hombres” eran plebeyas o mujeres de una clase social inferior. La base principal de este argumento surge de la comparación que se hace con la Epopeya de Gilgamesh de Babilonia donde el rey, Gilgamesh, tiene derecho a ser el primero en tener relaciones sexuales con una novia que se acaba de casar. Recién después el marido puede tomarla como esposa. La objeción principal a esta posición es que el AT no menciona en ningún otro momento a “los hijos de Dios” en referencia con la realeza.
Una segunda posición es que la frase “los hijos de Dios” debería traducirse como “hijos piadosos”, por lo cual se refiere a los descendientes piadosos de Set. De acuerdo con este enfoque, “las hijas de los hombres” son “mujeres del mundo”, las descendientes impías de Caín. El argumento es que estos matrimonios entre tribus habrían diluido la línea de Set, tanto espiritual como físicamente. Sin embargo, los principios de la buena exégesis requieren que “los hombres/los hombres” tengan el mismo significado en 6:2 que en 6:1; Ha’adam (la misma palabra en ambos versículos) se entiende genéricamente como “humanidad/seres humanos” en 6:1, y se refiere a la raza humana entera que incluye tanto a los descendientes de Set como a los de Caín. Si la frase “las hijas de los hombres” se refiere solo a mujeres impías descendientes de Caín, ha’adam debería tener un significado más restringido en 6:2, lo cual violaría los principios de una buena exégesis.
La posición final es que “los hijos de Dios” eran ángeles o seres sobrenaturales, por lo tanto, las “hijas de los hombres” eran mujeres humanas. Se han presentado dos objeciones a esta interpretación. Ambas están basadas en presuposiciones sin apoyo escritural sobre la naturaleza de los ángeles: (1) que los ángeles no tienen género y por lo tanto son incapaces de cohabitar con seres humanos, y (2) que interpretar que los “hijos de Dios” son ángeles requiere que la narrativa se entienda como un acontecimiento mitológico más que histórico.
Se han propuesto varias líneas de apoyo en defensa de esta interpretación. (1) La frase “hijos de Dios” se interpreta en otras partes del AT como “ángeles” (Job 1:6; 2:1; 38:7). (2) La traducción griega del AT del siglo III a.C. (la Septuaginta, el texto alejandrino) dice “los ángeles de Dios” cuando el hebreo dice “los hijos de Dios”. (3) Si 6:4 está relacionado con lo que le precede y con lo que sigue, entonces los descendientes de la unión entre los ángeles y las mujeres son los nefilim (gigantes), los renombrados y poderosos hombres de tiempos antiguos. (4) Por último, esta unión sexual lleva a Dios a castigar al mundo con el diluvio. Este pecado era un acto tan terrible de rebelión contra las normas de Dios que la destrucción completa del mundo mediante un diluvio era la única respuesta de un Dios santo. Pareciera poco probable que la cohabitación entre los setitas piadosos y los cainitas impíos o entre reyes y plebeyos justificara la destrucción absoluta de la tierra. La unión sexual impía entre ángeles y mujeres pareciera la mejor explicación del pecado atroz que desencadenó el juicio del diluvio.
Nuevo Testamento
Israel era el hijo adoptivo de Dios en el AT por la elección soberana de Dios y por el pacto (Ex. 4:22,23; Os. 11:1; comp. Mat. 2:13-15; Rom. 9:4; 2 Cor. 6:18). Incluso de un modo más íntimo, personal y cercano a Su corazón, Dios adoptó a David y a su simiente real (2 Sam. 7:14; 1 Crón. 17:13; 28:6; Sal. 2:7,8), en definitiva el Rey divino en Su papel de Salvador de Israel (Luc. 1:32; Hech. 2:29-36; 13:32-37; Rom. 1:3,4; Heb. 1:3-5). Asimismo, los cristianos son llamados hijos de Dios y, por lo tanto, herederos de Dios y del reino (Mat. 5:9) por adopción, escogidos en Cristo, habitados por el Espíritu Santo y destinados a ser conformados a la imagen de Cristo (Luc. 20:36; Rom. 8:14-17,29; Gál. 3:26; 4:4-7; Ef. 1:5).
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
IMAGEN MERAMENTE ILUSTRATIVA. Foto por Edwin Andrade, en Unsplash
- NOMBRES Y PERSONAJES DE LA BIBLIA | BENJAMÍN $ USD
Nombre de persona que significa “hijo de la diestra” o “hijo del sur”. El segundo hijo que Raquel le dio a Jacob (Gén. 35:17,18). Se convirtió en padre de la tribu de Benjamín. Su nacimiento fue difícil y su madre lo llamó Benoni, que significa “hijo de mi dolor”. Ella murió dándolo a luz. No obstante, su padre Jacob no dejó que continuara con ese nombre y lo llamó Benjamín.
La tribu de Benjamín ocupaba el territorio más pequeño de todas las tribus. Sin embargo, desempeñó un papel importante en la historia israelita. Saúl, el primer rey de Israel, era benjamita. Además, la ciudad de Jerusalén estaba cerca del límite entre el territorio de Benjamín y el de Judá, y tal vez originariamente haya formado parte de la región de Benjamín (Jos. 18:16; Jue. 1:21). Es probable que en la bendición de Jacob se vea el deseo que tenía Benjamín de poseer un territorio (Gén. 49:27). La bendición de Moisés enfatiza el lugar especial que ocupaba Benjamín bajo el cuidado de Dios (Deut. 33:12). Posteriormente, durante el período de los jueces, Benjamín casi desapareció de la historia por haber maltratado a un levita y a su concubina (Jue. 19–21).
En el NT, el apóstol Pablo proclamaba con orgullo pertenecer al linaje de la tribu de Benjamín (Rom. 11:1; Fil. 3:5).
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto por Joshua Lanzarini | Unsplash
- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO « AYUNO»? $ USD
Por C. Robert Marsh
Abstención de ingerir alimentos. La Biblia describe tres formas principales de ayuno. El ayuno normal que implica la total abstinencia de alimentos. Lucas 4:2 revela que Jesús “no comió nada”, y que después “tuvo hambre”. Jesús se abstuvo de comer, pero no de beber agua.
En Hech. 9:9, leemos de un ayuno absoluto en el que Pablo “no comió ni bebió” durante tres días. La abstinencia de alimentos y agua no parece haber durado más de tres días (Esd. 10:6; Est. 4:16).
El ayuno parcial en Dan. 10:3 enfatiza una restricción en la dieta más que una abstinencia completa. El contexto indica que existía algún beneficio físico como resultado de este ayuno parcial. No obstante, el versículo indica que Daniel recibió una revelación como resultado de ese período de ayuno.
Ayunar es dejar de lado el alimento durante un período de tiempo en que el creyente procura conocer a Dios mediante una experiencia más profunda (Isa. 58; Zac. 7:5). Debe llevarse a cabo ante Dios, en la privacidad de la devoción personal (Ex. 34:28; 1 Sam. 7:6; 1 Rey. 19:8; Mat. 6:17).
Se lo vincula con un momento de confesión (Sal. 69:10). Puede ser un período de búsqueda de una más honda experiencia de oración y mayor proximidad a Dios mediante oración continua (Esd. 8:23; Joel 2:12). La iglesia primitiva ayunaba con frecuencia a fin de conocer la voluntad de Dios para el liderazgo de la iglesia local (Hech. 13:2). Cuando la iglesia primitiva quería conocer la mente de Dios, dedicaba tiempo al ayuno y la oración.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto de Debby Hudson en Unsplash
- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO «ARREPENTIMIENTO»? $ USD
Por Clark Palmer
Cambio de opinión; también puede referirse a un giro total en el modo de pensar o al pesar que acompaña el darse cuenta de que se ha obrado mal. En sentido bíblico significa una profunda y total conversión a Dios. Hay arrepentimiento cuando uno se vuelve a Dios de manera radical; es una experiencia donde se reconoce a Dios como lo más importante de la existencia de la persona. Antiguo Testamento El concepto de volverse a Dios de todo corazón abunda en la predicación de los profetas del AT. Para expresar la idea de arrepentimiento se utilizan términos como “regresar”, “volver” o “buscar”.
En Amós 4–5, el Señor da a conocer Su juicio para que la nación regrese a Él. El arrepentimiento colectivo del pueblo es un tema que se trata en Oseas (6:1; 14:2) y es el resultado de la predicación de Jonás en Nínive (Jon. 3:10). Los típicos llamados al arrepentimiento se encuentran en Ezeq. 18 y 33, como así también en Isa. 55. En Ezeq. 18, el énfasis se inicia en el arrepentimiento personal. Nuevo Testamento El arrepentimiento fue la idea central en la predicación de Juan el Bautista, donde hace referencia a una total conversión a Dios. Se agrega al mensaje una nota de urgencia: “¡Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado!” (Mat. 3:2). Quienes estaban preparados para darle a su vida esta nueva y radical orientación, lo demostraron bautizándose (Mar. 1:4). El giro total en la dirección de la vida debía demostrarse mediante profundos cambios en el estilo de vivir y en las relaciones (Luc. 3:8-14).
El énfasis en la necesidad de un cambio de vida total sigue presente en el ministerio de Jesús. El mensaje de arrepentimiento era central en Su predicación (Mar. 1:15). Al describir la esencia de Su misión, Jesús dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento” (Luc. 5:32).
El llamado a esta acción es una convocación a una entrega absoluta a la voluntad de Dios y a vivir en procura de Sus propósitos. Este retorno radical hacia Dios se requiere de todos: “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente” (Luc. 13:3). Quienes habían sido testigos del ministerio de Jesús, de la verdad sobre Dios y de lo que Él reclamaba de sus vidas se encontraban en serio peligro si no se arrepentían. Jesús advirtió sobre las graves consecuencias para aquellos donde Su ministerio había sido rechazado: “Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros, porque no se habían arrepentido” (Mat. 11:20 LBLA). Por otra parte, por un solo pecador que se arrepiente hay gran “gozo en el cielo” (Luc. 15:7). En Sus últimas palabras a los discípulos, Jesús les ordenó que predicaran a todas las naciones el mismo mensaje de arrepentimiento que Él había predicado (Luc. 24:47).
Este término continuó usándose a medida que la iglesia primitiva comenzaba a tomar forma. En la predicación del libro de los Hechos está presente el llamado al arrepentimiento (Hech. 2:38; 3:19; 8:22). Por un lado, en el discurso de Pablo en Atenas el apóstol da a conocer a Dios como quien “manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (17:30). Por otra parte, el arrepentimiento se muestra como resultado de la iniciativa divina: “Dios ha concedido el arrepentimiento que conduce a la vida también a los gentiles” (Hech. 11:18; 2 Tim. 2:24-26). La abundancia de referencias en el NT deja en claro que el arrepentimiento es fundamental en la experiencia de salvación. La respuesta al llamado de Dios en la vida de una persona debe ser arrepentimiento, es decir, determinación voluntaria de abandonar una vida de pecado y de autogobierno para asumir entonces una forma de vivir gobernada por Dios y en Su justicia. Hay arrepentimiento cuando alguien ha sido convencido de la realidad de su pecado, lo rechaza, renuncia a él y se vuelve a Dios por medio de la fe en Jesucristo. El arrepentimiento es tan fundamental que cuando Pablo resumió su ministerio dijo: “Testifiqué a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de fe en nuestro Señor Jesucristo” (Hech. 20:21). La experiencia del arrepentimiento precede a la salvación (2 Ped. 3:9).
Si bien la mayoría de los llamados al arrepentimiento se dirige a los incrédulos, a veces se refiere a los creyentes. Pablo mencionó una carta a los corintios que les causó aflicción pero que finalmente los llevó al arrepentimiento (2 Cor. 7:8-13). En los mensajes a las iglesias en Apocalipsis se exhorta varias veces al arrepentimiento (Apoc. 2:5,16,21,22; 3:3,19) a fin de que estos creyentes e iglesias conduzcan sus vidas con más conformidad a la voluntad de Dios. Los creyentes, al igual que las iglesias, siempre deben esmerarse en la tarea de examinarse a sí mismos y permitir que el Espíritu de Dios señale aspectos que necesitan cambio. El arrepentimiento es más que un simple remordimiento. Ver Cilicio; Confesión; Conversión; Fe; Reino de Dios.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO «ARREBATAMIENTO»? $ USD
Por Pete Schemm
Evento en que Dios en forma instantánea extrae a la iglesia del mundo. El término latino rapio, que significa “arrebatar” o “llevarse”, es el origen de la palabra española “rapto”, que también se utiliza para referirse a este suceso. Si bien hay diferentes puntos de vista con respecto al milenio (Apoc. 20:2-7) en su relación con la segunda venida de Cristo (por ejemplo, premilenialismo, posmilenialismo y amilenialismo), todos los evangélicos afirman que habrá un regreso literal de Cristo a la tierra previo al estado eterno. No obstante, en el premilenialismo se suele enfatizar el acontecimiento singular del arrebatamiento.
El principal pasaje bíblico sobre el rapto (gr. harpazo) de la iglesia es 1 Tes. 4:15-17. Otros textos utilizados con frecuencia para apoyar esta doctrina son Juan 14:1-3 y 1 Cor. 15:51,52. En el premilenialismo existen tres enfoques principales para comprender el concepto del arrebatamiento: (1) Los pretribulacionistas creen que Cristo arrebatará a la iglesia antes de que comience el período de siete años de tribulación (Dan. 9:24-27; Mat. 24:3-28; Apoc. 11:2; 12:14). Con la venida de Cristo en el aire, un evento separado y anterior a Su venida a la tierra, los creyentes serán “arrebatados (…) en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1 Tes. 4:17). Según este enfoque, los creyentes serán liberados “de la ira venidera” (1 Tes. 1:10; Apoc. 3:10) al ser quitados del mundo. (2) Los tribulacionistas también creen que el arrebatamiento es un suceso diferente que precede a la segunda venida de Cristo y que liberará a los creyentes de la segunda mitad del período de siete años, es decir, la “gran tribulación” (Mat. 24:15-28; Apoc. 16–18). (3) Los postribulacionistas creen que el arrebatamiento y la segunda venida ocurrirán al mismo tiempo. Por lo tanto, la iglesia permanecerá en la tierra durante “el tiempo de angustia para Jacob” (Jer. 30:7). No obstante, a diferencia de lo que sucederá con el mundo, los creyentes que pasen por la tribulación serán protegidos de la devastadora ira de Dios y de Su juicio (1 Tes. 5:9).
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto de Łukasz Łada en Unsplash
- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO “LENGUA ARAMEA”? $ USD
Por Thomas Smothers
Idioma semítico del norte, similar al fenicio y al hebreo. La presencia de este idioma en el noroeste de la Mesopotamia se conoce desde alrededor del 2000 a.C.
Antiguo Testamento Aunque los arameos nunca fundaron un gran imperio ni un estado nacional, ya en el siglo XI a.C. habían establecido varios estados pequeños en Siria, y su idioma se llegó a conocer desde Egipto hasta Persia.
Las inscripciones más remotas del arameo antiguo provienen de Siria de alrededor del 800 a.C. En el siglo IX apareció el arameo oficial o de la realeza. Era un dialecto que se conoció a través de documentos de Asiria y del que se llegó a saber más mediante escritos del Imperio Persa, donde el arameo se había convertido en el idioma oficial de la corte. Antes del 700 a.C., el arameo ya había comenzado a reemplazar al acadio como el idioma del comercio y la diplomacia (2 Rey. 18:26). Los papiros del siglo V de Elefantina, sitio de una colonia judía en Egipto, son importantes para la historia bíblica. El arameo oficial se siguió utilizando en gran manera a lo largo del período helenístico.
Partes del AT se escribieron en arameo: Esd. 4:8–6:18; 7:12-26; Dan. 2:4b–7:28; Jer. 10:11. Dos palabras de Gén. 31:47, Jegar sahadutha (el majano del testimonio) están en arameo. Varias palabras en este idioma se llegaron a utilizar comúnmente en el hebreo, y varios pasajes de la Biblia hebrea exhiben influencia aramea.
Nuevo Testamento La amplia difusión del arameo, junto con su flexibilidad y adaptabilidad, dio como resultado el surgimiento de diversos dialectos. En Siria y Palestina, el grupo occidental incluye el arameo judeo-palestino, el samaritano, el palmirano y el nabateo. En el NT aparecen palabras y frases en arameo judeo-palestino tales como Abba (padre) (Mar. 14:36), talita cumi (niña, levántate) (Mar. 5:41), lama sabactani (¿por qué me has desamparado?) (Mar. 15:34). El Talmud Palestino y los Tárgumes (traducciones al arameo de libros del AT) también se escribieron en arameo judeo-palestino. El grupo oriental (mesopotámico) incluye el babilónico, el arameo judeo-babilónico, el mandeano y el siríaco.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
- NOMBRES Y PERSONAJES DE LA BIBLIA | APOLOS $ USD
Por William H. Vermillion
Judío de Alejandría que fue a Éfeso después de la primera visita de Pablo, y a quien Priscila y Aquila le enseñaron la doctrina cristiana. Era un hombre instruido que manejaba las Escrituras veterotestamentarias de manera convincente. No obstante, le faltaba una plena comprensión del camino de Dios, de modo que Priscila y Aquila lo tomaron aparte y lo instruyeron (Hech. 18:26). Apolos se tornó aun más exitoso en su ministerio. Se dirigió de Éfeso a Grecia con el respaldo de los creyentes de Asia y una carta de presentación (Hech. 18:27). Fortaleció en gran manera a los creyentes utilizando las Escrituras para demostrar que Jesús era el Cristo (Hech. 18:28).
La última vez que se menciona a Apolos en Hechos se dice que estaba en Corinto (19:1). Pablo se refirió frecuentemente a él, en particular en 1 Corintios La mayoría de las referencias en este libro (1 Cor. 1:12; 3:4-6,22) tienen que ver con las divisiones dentro de esa iglesia producidas fundamentalmente por choques entre personalidades. El apóstol señaló que algunos creyentes defendían a Pablo, otros a Apolos y otros a Cefas. Lo importante es que los creyentes pertenecen a Cristo y no a los líderes individuales. Dichas referencias demuestran que Apolos debió de haber sido una figura dinámica como para compararla con Pablo o con Pedro. En 1 Cor. 4:6, Pablo coloca a Apolos al mismo nivel que él. Ambos procuraron derrotar la arrogancia y el sentimiento de superioridad que surge de colocarse a uno mismo en el centro en vez de darle a Cristo el primer lugar.
En 1 Cor. 16:12, Pablo se refiere a Apolos llamándolo “hermano”, lo cual demuestra la medida en que lo consideraba parte del equipo. Esto también se expresa en Tito 3:13, donde Pablo le pidió a Tito que ayudara a Apolos en su viaje. Este era un predicador instruido y dotado, y estuvo dispuesto a recibir más instrucción y a ser parte del grupo. Lutero sugirió que Apolos pudo haber sido el escritor de la carta a los Hebreos debido al conocimiento que tenía del AT. Ver Corintios, Primera Carta a los; Corintios, Segunda Carta a los; Corinto; Éfeso; Aquila y Priscila.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
- NOMBRES Y PERSONAJES DE LA BIBLIA | AQUILA Y PRISCILA $ USD
Por Taylor Field
Matrimonio que fue de Italia a Corinto después de que el emperador Claudio ordenó expulsar de Roma a los judíos. Se convirtieron en cristianos y ayudaron a Pablo en su ministerio. Trabajaban haciendo tiendas (2 Tim. 4:19) y en Corinto entraron en contacto con el apóstol, quien tenía el mismo oficio (Hech. 18:1-3). No resulta claro si se convirtieron en cristianos antes o después de encontrarse con Pablo, pero se transformaron en obreros del evangelio y lo acompañaron a Éfeso (Hech. 18:19). Allí instruyeron a Apolos en la fe cristiana (18:25). En su casa se reunía una iglesia y se sumaron a Pablo al escribirle a la iglesia de Corinto (1 Cor. 16:19).
Aparentemente, Aquila y Priscila tenían influencia sobre “las iglesias de los gentiles” (Rom. 16:3). Es probable que esta referencia indique que Priscila y Aquila habían vuelto a Roma. Algunos eruditos creen que la iglesia de Éfeso recibió una copia del último capítulo de Romanos. La referencia a la pareja en 2 Tim. 4:19 (“Prisca” corresponde a Priscila) tal vez indique que estaban en Éfeso.
Pablo les agradeció por haber arriesgado su vida por él (Rom. 16:4). Las circunstancias de este incidente se desconocen, aunque probablemente haya tenido lugar durante el conflicto que Pablo experimentó con el platero Demetrio (Hech. 19:23-41).
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Artículo extraído del Diccionario Bíbico Ilustrado Holman.
Foto por Glo Bible
- ¿QUÉ ES EL TÉRMINO “APOSTASÍA”? $ USD
Por Michael Fink
Acción de rebelarse en contra, de renunciar, de abandonar o de alejarse de lo que uno ha creído.
Antiguo Testamento El AT habla de “alejarse” en el sentido de una persona que abandona algo o alguien para irse con un rey extranjero (2 Rey. 25:11; Jer. 37:13-14; 39:9; 52:15). No obstante, algunas ideas asociadas incluyen el concepto de la infidelidad religiosa: “rebelión” (Jos. 22:22); “desechado” (2 Crón. 29:19); “prevaricación” (2 Crón. 33:19), y “rebeldía(s)” (Jer. 2:19; 8:5). LBLA utiliza “apostasía” en Jer. 8:5 y Os. 14:4 con la forma plural en Jer. 2:19; 5:6; 14:7. Los profetas describen la historia de Israel como la historia de alejarse de Dios para ir tras otros dioses, de alejarse de Su ley para seguir la injusticia y la iniquidad, de alejarse de Su rey ungido para ir tras reyes extraños, y de alejarse de Su palabra para seguir la de reyes foráneos. Esto se define simplemente como renunciar a Dios, dejar de temerle (Jer. 2:19). Dicha acción era un pecado por el cual el pueblo tenía que pedir perdón (Jer. 14:7-9) y arrepentirse (Jer. 8:4-7). El mensaje básico de Jueces, Samuel y Reyes es que Israel se alejó de Dios al escoger caminos egoístas en lugar de Sus caminos divinos. El resultado fue el exilio. Sin embargo, el pueblo de Dios todavía tenía esperanza. Dios, por pura gracia, podía decidir abandonar Su enojo y sanar la “rebelión” (Os. 14:4).
Nuevo Testamento La palabra española “apostasía” deriva del griego y significa “estar lejos de”. El sustantivo griego aparece dos veces en el NT (Hech. 21:21; 2 Tes. 2:3). Un sustantivo relacionado se utiliza para el divorcio (Mat. 5:31; 19:7; Mar. 10:4). El verbo griego correspondiente aparece nueve veces. Hechos 21:21 presenta una acusación contra Pablo donde se decía que estaba guiando a los judíos fuera de Palestina para que abandonaran la ley de Moisés. Dicha apostasía se definía como dejar de circuncidar a los niños judíos y de cumplir con costumbres judías distintivas. En la carta de 2 Tesalonicenses Pablo se dirigió a los que habían sido engañados para que creyeran que el día del Señor ya había llegado. Enseñó que una apostasía precedería al día del Señor. El Espíritu había revelado de manera explícita este alejamiento de la fe (1 Tim. 4:1). Dicha apostasía en los postreros tiempos incluirá el engaño doctrinal, la insensibilidad moral y el alejamiento ético de la verdad de Dios. Conceptos asociados del NT incluyen la parábola de la semilla en la que Jesús habló de aquellos que creen durante un tiempo pero que “se apartan” en épocas de prueba (Luc. 8:13). En el juicio se les dirá a los hacedores de maldad que se aparten (Luc. 13:27). Pablo “se apartó” de la sinagoga de Éfeso (Hech. 19:9) a causa de la oposición que halló en ese lugar, y le aconsejó a Timoteo que se apartara de aquellos que defienden una doctrina diferente (1 Tim. 6:3-5). Hebreos habla de apartarse del Dios vivo como resultado de un “corazón malo de incredulidad” (3:12). Los que recayeron no pueden ser renovados para arrepentimiento (Heb. 6:6). Sin embargo, Dios puede guardar al creyente para que no caiga (Jud. 24).
Implicancias La apostasía es sin duda un concepto bíblico, pero se ha debatido ardientemente en cuanto a las implicancias de la enseñanza. El debate se ha concentrado en el tema de la apostasía y la salvación. Basados en el concepto de la gracia soberana de Dios, algunos sostienen que los verdaderos creyentes nunca se apartarán completamente aunque puedan llegar a descarriarse. Otros afirman que cualquiera que se aparte jamás ha sido realmente salvo. Aunque tal vez hayan “creído” durante un tiempo, nunca experimentaron la regeneración. No obstante, otros argumentan que las advertencias bíblicas contra la apostasía son reales y que, por lo menos potencialmente, los creyentes mantienen la libertad de rechazar la salvación de Dios. Quienes están preocupados por la apostasía deberían reconocer que la convicción de pecado es evidencia de que uno no se ha apartado. El deseo de la salvación demuestra que uno no tiene un “corazón malo de incredulidad”.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
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IMAGEN: (Sixteen Miles Out) en Unsplash