UNA BIBLIA PERSONALIZADA PARA TI
- TÉRMINO «EVANGELIO» $ USD
Por Donny Mathis
Parte II
El evangelio en los Evangelios y en Hechos
Marcos
utiliza el término euangelion en más oportunidades que los otros evangelistas (ocho veces que incluyen 16:15). Empieza con la declaración programática de que el libro es “el comienzo del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios”. El uso sorprendente del término euangelion refleja el sentido que tenía tanto para los paganos como para el AT en lo referente a la llegada de un nuevo rey y la promesa del AT de que Jehová retornaría a Sión y derrotaría a los enemigos de Su pueblo. Todo lo que Marcos describe sobre la vida y el ministerio de Jesús manifiesta que Él es el Mesías que Dios envió para liberar a Su pueblo. A través de Sus milagros, Jesús demuestra que es el Mesías, el Hijo de Dios, que tiene poder sobre la naturaleza, los demonios, las enfermedades e incluso la muerte. Por medio de las parábolas, el lector puede aprender acerca del reino que Jesús vino a establecer. El propósito final de la vida del Mesías fue morir para rescate de muchos. A través de la resurrección, Jesús se vindica como Mesías y manifiesta que Su condición de Hijo de Dios es incuestionable.
Marcos también emplea el término euangelion para describir el ministerio que Jesús comenzó luego del encarcelamiento de Juan el Bautista (1:14-15). Jesús comenzó a predicar el evangelio, la proclamación de que el tiempo se había cumplido y que elreino de Dios estaba cerca. El Dios de Israel actúa para restaurar a Su pueblo a través del ministerio de Jesús. El corolario de esta proclamación es el llamado a arrepentirse y a creer en el evangelio. La prédica de Jesús hace eco a la de Juan el Bautista y le da cumplimiento porque Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, quien establecería el reino de Yahvéh. Para Marcos, el evangelio trata esencialmente del establecimiento del reino de Dios. También utiliza euangelion con el sentido de kerusso cuando Jesús anuncia que la mujer que lo había ungido para la sepultura sería recordada en todo lugar donde se predicara el evangelio (Mar. 14:3-9).
La importancia del reino también se puede observar en el uso del término euangelion en Mar. 8:35 y 10:29-30. En 8:35, luego del anuncio de Su muerte, Jesús describe el costo de seguirlo y explica que quien quiere ser Su discípulo debe estar dispuesto a perder su vida por amor a Él y al evangelio.
Mateo
Mateo utiliza cuatro veces euangelion (4:23; 9:35; 24:14; 26:13) y una vez euangelizomai (11:5; comp. Luc. 7:18-23). Mateo califica tres veces euangelion como el euangelion tou basileias, el evangelio del reino. En 4:23, Mateo resume el ministerio de Jesús en Galilea diciendo que Él enseñaba en sinagogas, predicaba el evangelio del reino y sanaba enfermedades y dolencias. Para Mateo, el evangelio se centra en el reino que Jesús vino a establecer a través de Su vida y muerte. Esta buena nueva encaja muy bien en la esperanza judía de que Jehová/Yahvéh restauraría a Su pueblo mediante la obra del Mesías, y apoya el argumento de Mateo en cuanto a que Jesús vino para dar cumplimiento a las Escrituras.
Lucas – Hechos
Lucas no utiliza euangelion en su evangelio pero emplea diez veces el verbo que se refiere al acto de proclamar las buenas nuevas.
En Hechos, Lucas utiliza quince veces euangelizomai y solo dos veces euangelion. En las narrativas sobre Jesús y Juan el Bautista, Lucas emplea euangelizomai en la proclamación de Gabriel a Zacarías (1:19) y del ángel a los pastores la noche del nacimiento de Jesús (2:10). Cuando Jesús habla en la sinagoga en Nazaret (4:16-21), lee en Isaías sobre la restauración de los pecados y el exilio del pueblo de Jehová (Isa. 61:1; 58:6). El Mesías proclamará buenas nuevas a los pobres, declarará libertad de los cautivos, dará vista a ciegos, libertará a oprimidos y proclamará el año aceptable del Señor. Luego de leer este texto, Jesús le explica a la multitud que esta profecía se cumple en Él. Este texto bosqueja el enfoque central del relato de Lucas sobre la vida y el ministerio de Jesús. Lucas emplea nuevamente este texto para comunicarle el mensaje a Juan el Bautista cuando este buscaba confirmación de que Jesús era el que vendría después de él (7:22). La proclamación de las buenas nuevas se centra en el reino de Dios y en el cumplimiento de la ley y los profetas (8:1; 16:16). En Hechos, Lucas utiliza euangelizomai para enfatizar la proclamación sobre la vida y ministerio de Jesús. Utiliza ocho veces esta proclamación para referirse a Jesús el Mesías que es Señor de todos (5:42; 8:4-6,12,35; 10:36-44; 11:20; 13:16-41; 17:18). Estas buenas nuevas acerca de Jesús componen el centro de la prédica de los misioneros de la iglesia primitiva (8:12,25,40; 14:7,15,21; 15:35; 16:10). Las buenas nuevas que predicaban se relacionaban íntimamente con las promesas del AT y se centraban en la vida y ministerio de Jesús, particularmente en la cruz y la resurrección (8:26-39; 10:36-44; 13:16-41).
Juan
Juan no emplea euangelion ni euangelizomai en su Evangelio y prefiere los términos que significan “testigo” y “verdad”. También enfatiza la acción de creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y la vida que se imparte como resultado de la fe (Juan 20:20-31).
El evangelio en otros lugares del NT
En 1 Ped. 1:3-12, el apóstol define el evangelio como el mensaje que prometieron los profetas y se cumplió en el sufrimiento y la gloria de Jesucristo. La resurrección de Jesús ha provisto esperanza viva y herencia eterna. Este evangelio revela algo tan importante que incluso los ángeles anhelan tener una visión de él. En 1:23, Pedro llama al evangelio Palabra de Dios viva y perdurable. En 4:1-19, para disipar las dudas de los que argumentan sobre el tiempo del juicio venidero y del castigo final, Pedro explica que a los que rechazan el evangelio les espera un final terrible. En Heb. 4:2,6 se utiliza el término euangelizomai para aludir al mensaje acerca de Jesús el Mesías de manera similar a 1:1-4. Apocalipsis 14:6 describe el evangelio eterno que se utiliza en el juicio.
Conclusión El evangelio en el NT se puede resumir como el mensaje sobre el reino de Dios que se instauró por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús el Mesías, a quien Dios exaltó como Señor de todo. Estas buenas nuevas describen sucesos que se profetizan en toda la Escritura y declaran que Jesús, el Mesías, derrotó de una vez y para siempre a todos los principados y poderes. Finalmente, Dios juzgará a los seres humanos según hayan recibido o rechazado estas buenas nuevas.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto por Dahiana Waszaj, en Unsplash
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-1 TESALONICENSES $ USD
El famoso Arco de Galerio en Tesalónica, construido en el 305 d.C. para celebrar la victoria del emperador del
mismo nombre sobre los persas en el 297 d.C. Está situado junto a la Via Egnatia, una de las famosas carreteras
romanas utilizadas por Pablo en sus viajes para extender el evangelio.Introducción
Aunque Pablo pasó relativamente poco tiempo en la ciudad de Tesalónica, pudo establecer una iglesia durante su estancia allí. Es posible que el tiempo para instruir a los nuevos conversos haya sido escaso, así que no sorprende que les escribiera una carta para tratar algunos asuntos.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Pocas objeciones se han presentado que discutan la autoría de Pablo de 1 Tesalonicenses (1:1). La salutación también menciona a Silvano y a Timoteo. Algunas veces, Pablo escribía desde la perspectiva del equipo, pero él era el autor principal (2:18; 3:2).
Contexto histórico: Alrededor del 50 d.C., el equipo misionero liderado por Pablo y Silas abandonó Filipos y viajó hacia el oeste por el camino romano conocido como la Via Egnatia. Se dirigieron hacia la capital estratégica de la provincia romana de Macedonia: Tesalónica.
Esta capital se trataba de una gran ciudad portuaria sobre el Mar Egeo en la Grecia actual, con aproximadamente unos 200.000 habitantes. Estaba llena de adoradores de ídolos paganos, el panteón completo de dioses griegos y romanos, y era famosa por su culto al emperador. Tesalónica era leal al César, quien había concedido muchos privilegios a sus ciudadanos.
Como de costumbre, Pablo buscó la sinagoga judía local y empezó a enseñar allí. Dedicó tres días de reposo a razonar con los judíos sobre la Escritura. Explicó y demostró que el Mesías prometido había tenido que sufrir y resucitar de los muertos. Tras su exposición sobre la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, afirmó con valentía: «… Jesús, a quien yo os anuncio […] es el Cristo» (Hch. 17:3). Algunos judíos creyeron, también griegos piadosos que adoraban en la sinagoga y algunas mujeres nobles. Todos ellos se unieron a Pablo y a Silas, y nació la iglesia de Tesalónica.
Los judíos incrédulos de aquella ciudad sintieron celos de lo que Pablo y Silas habían hecho. Incitaron al pueblo y atacaron la casa de Jasón donde se alojaba el equipo misionero. Su intención era arrastrar a Pablo y a Silas fuera de la casa, pero solamente encontraron allí a Jasón y a algunos nuevos conversos, a quienes sacaron y llevaron ante las autoridades de la ciudad. Para evitar más disturbios, los gobernantes los obligaron a pagar una fianza para que no se volviese a repetir un escándalo semejante. Aquella misma noche, los creyentes tesalonicenses enviaron a Pablo y a Silas a Berea, donde pudieron continuar con su ministerio (Hch. 17:1-9).
Pablo fue desde Berea hacia Atenas. Quería volver a ver a los tesalonicenses. Cuando ya no podía soportar la separación, envió a Timoteo para que exhortara a los creyentes de Tesalónica (1 Ts. 3:2), y este regresó con un informe alentador (3:6). Pablo les escribió desde Corinto en respuesta a lo que Timoteo había contado. La correlación entre una inscripción fechada que menciona el nombre de Galión, procónsul de Acaya (Hch. 18:12), y la visita de Pablo a Corinto permiten afirmar con toda fiabilidad que 1 Tesalonicenses se escribió alrededor del 50 o el 51 d.C. Esto la convertiría en la primera carta de Pablo, con la posible excepción de Gálatas.
Mensaje y propósito
Timoteo hizo saber a Pablo que, aunque la iglesia de Tesalónica estaba sufriendo aflicciones, se aferraba a la fe. Aunque existían pequeñas confusiones doctrinales, trabajaban por amor para el Señor y esperaban con paciencia el regreso de Cristo. Pablo escribió para alentar a los creyentes en su fe, recordarles que la santificación era la voluntad de Dios para ellos y corregir las equivocaciones en cuanto a los acontecimientos del final de los tiempos. En 1 Tesalonicenses, encontramos cuatro temas principales.
La forma en que Pablo desarrolla su ministerio: transmite la palabra de Dios y comparte su propia vida (2:8). El evangelio no solo llegaba de palabra, sino también en poder y hechos. La motivación de Pablo era agradar a Dios (2:4; 4:1) y expresar su preocupación por el bienestar de los tesalonicenses(2:8). Su mensaje no procedía de error, impureza ni engaño, sino de integridad y verdad (2:3,10). Pablo tampoco utilizó el ministerio para encubrir avaricia (2:5), sino que trabajó para cubrir sus necesidades materiales (2:9).
La persecución: La iglesia tesalonicense se fundó en medio de la persecución. Por eso, Pablo tuvo que abandonar la ciudad, y la congregación siguió adelante (1:6; 2:14-15). Él alentó a los creyentes para que no se inquietaran por aquellas tribulaciones, ya que, con toda seguridad, los cristianos tienen que sufrir (3:3-4).
La santificación: La salvación no acaba cuando una persona cree en Cristo y recibe el perdón de los pecados. En 3:13, Pablo ora para que el corazón de los creyentes tesalonicenses se afirme, y sean irreprensibles en santidad delante de Dios. Señala que la voluntad de Dios para ellos es que se abstengan de la inmoralidad sexual y se amen los unos a los otros (4:1-12). Utiliza su ejemplo en el trabajo para exhortarlos a que hagan lo mismo y no dependan innecesariamente de nadie (4:10-12; 5:14).
La segunda venida de Cristo: En cada capítulo de 1 Tesalonicenses, se menciona el regreso de Jesús. Se señalan actitudes específicas, acontecimientos y exhortaciones relacionados con el «día del Señor», con la seguridad de que los cristianos no están destinados a la ira de Dios (5:9).
Contribución a la Biblia
Primera Tesalonicenses contribuye a que comprendamos la segunda venida de Cristo. Pablo escribe para corregir algunas confusiones sobre esta doctrina y, al hacerlo, nos muestra que Su regreso nos da una esperanza verdadera. Primera Tesalonicenses y 1 Corintios (cap. 15) son los únicos libros que mencionan en forma explícita que los cristianos que aún estén vivos cuando Cristo vuelva serán transformados y se encontrarán con Él en el aire, sin morir.
Estructura
Primera Tesalonicenses sigue el formato estándar de las cartas del siglo I: salutación (1:1), agradecimiento (1:2-4), cuerpo (1:5–5:22) y despedida (5:23- 28). El cuerpo de la carta no sigue la estructura típica de Pablo, que presenta la doctrina primero y continúa con la exhortación práctica basada en ella. En cambio, 1 Tesalonicenses alterna una y otra vez ambas cosas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-COLOSENSES $ USD
«Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles […] todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten» (1:16-17). Fotografía de un paisaje de la costa de Nueva Zelanda sobre la imagen de fondo de la Vía Láctea.
Introducción
La carta de Pablo a la iglesia de Colosas es una de las que escribió desde la cárcel (junto con Efesios, Filipenses y Filemón). Con esta carta, deseaba corregir las falsas enseñanzas que iban surgiendo en la iglesia. Para ello, presenta una clara imagen de Jesucristo como Señor supremo del universo, cabeza de la Iglesia y único capaz de darnos el perdón.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Colosenses forma parte de las epístolas de Pablo que lo identifican como su autor (1:1; 4:18). Los padres de la Iglesia respaldaron sin reservas la autoría paulina (Ireneo, Adv. Haer., 3.14.1; Tertuliano, De Praescr. Haer., 7; Clemente de Alejandría, Strom., 1:1; comp. Justino, Dialogue, 85:2; 138:2). La lectura minuciosa de Colosenses revela numerosas similitudes léxicas, gramaticales y teológicas con los demás escritos paulinos (1:9,26; 2:11-14,16,20-21; 3:1,3,5-17). La estrecha relación que guarda con Filemón, epístola que la mayoría considera paulina, también favorece la autenticidad de su autoría.
Contexto histórico: Durante su ministerio en Éfeso (Hch. 19:10), Pablo envió a Epafras a propagar el evangelio en el Valle del Lico, y posteriormente, este estableció la iglesia de Colosas (1:7; 4:12-13). La mayor parte de la población de la ciudad estaba formada por frigios y griegos, aunque también constaba de un número relevante de judíos. Asimismo, la iglesia se componía en gran parte de gentiles (1:21,27; 2:13), aunque también tenía miembros judíos (2:11,16,18,21; 3.11). Cuando Epafras (Flm. 23) le comunicó a Pablo que ciertas enseñanzas heréticas se habían difundido allí, el apóstol escribió Colosenses como antídoto teológico. El apóstol escribió esta carta durante su primer encarcelamiento en Roma (4:3,10,18; comp. Hch. 28:30-31; Eusebio, Hist. Eccl., 2.22.1), a principios de la década de los 60. Junto con Filemón, Filipenses y Efesios, Colosenses suele clasificarse como «epístola de la prisión». Las cuatro comparten Vínculos personales que llevan a esta conclusión (Col. 1:7; 4:7-8,17; Ef. 6:21-22; Flm. 2,12,23).
Mensaje y propósito
Pablo escribió para rebatir la «herejía colosense» que él consideraba una afrenta al evangelio de Jesucristo. La falsa enseñanza se identifica como «filosofía» (2:8), supuestamente derivada de alguna tradición helenística, según señalan las referencias a la «plenitud» (1:19), los «rudimentos» (gr. stoijeíon; 2:8,20), la «sabiduría» (2:3,23) y el «culto voluntario» o prácticas ascetas (2:23). La falsa enseñanza contenía, además, elementos judíos, como la circuncisión (2:11; 3:11); la «tradición de los hombres» (2:8); la observancia del sábat, las reglas alimentarias, la participación en las ceremonias religiosas (2:16); el «culto a los ángeles», junto con entrometerse en cosas no vistas (2:18); y las duras normas humanas (2:21-23). Pablo trata esta filosofía sincretista exponiendo una comprensión adecuada del evangelio de Jesucristo y destacando sus repercusiones en la conducta cristiana.
Pablo no identifica la herejía, aunque discierne varias de sus características. (1) En 1:15-20, combate una visión inferior sobre Cristo. Este pasaje cristológico sugiere que los herejes no consideraban que Jesús fuera totalmente divino o que quizás no lo aceptaban como única fuente de redención. (2) Pablo también advierte a los colosenses que tengan cuidado con las «filosofías» que no se basan en Cristo (2:8). (3) Al parecer, la herejía implicaba la observancia legalista de las «tradiciones», la circuncisión y varias leyes alimentarias y ceremoniales (2:8,11,16,21; 3:11). (4) Los falsos maestros alentaban el culto a los ángeles y a los espíritus menores (2:8,18). (5) Se fomentaba el ascetismo, las privaciones o el duro tratamiento del propio cuerpo carnal considerado «perverso» (2:20-23). (6) Finalmente, los falsos maestros afirmaban tener una perspectiva especial (quizás revelaciones especiales) que los convertía (a ellos en lugar de los apóstoles o la Escritura) en la fuente suprema de la verdad (2:18-19).
Los eruditos no se ponen de acuerdo sobre la identidad de esos falsos maestros. Algunas de las características mencionadas más arriba parecen judías; otras suenan a enseñanzas gnósticas. Algunos detectan aquí las tradiciones de un culto secreto griego. La teología de los capítulos 1 y 2 van seguidas de exhortaciones a vivir una vida cristiana, en los capítulos 3 y 4. Los mandamientos de «hacer morir» (3:5) y «dejar también» (3:8) aquellas cosas que los convertirán en objeto de la ira de Dios (3:5-11) se equilibran con la orden de «vestirse» (3:12) con aquello que caracteriza a Sus escogidos (3:12-17). No obstante, los cambios distan mucho de ser superficiales. Proceden de la nueva naturaleza del creyente y de la sumisión al gobierno de Cristo en todas las áreas de la vida (3:9,10,15-17).
En 3:18–4:1, se describen normas para la familia. Se considera el típico núcleo familiar del siglo I; por tanto, el pasaje se dirige a esposas y esposos, a padres e hijos, a amos y esclavos. Pablo no hace ningún comentario sobre lo correcto o lo equivocado de las estructuras sociales; las acepta y las da por sentadas. Su preocupación radicaba en que debían estar gobernadas por los principios cristianos. La sumisión al Señor (3:18,20,22; 4:1), el amor cristiano (3:19) y la perspectiva del juicio divino (3:24–4:1) deben determinar cómo son tratadas las personas, sin importar su estatus social. Esta motivación cristiana distingue estas normas domésticas de las que se destacan en las fuentes judías y paganas.
Contribución a la Biblia
Colosenses proporciona una de las expresiones más plenas de la deidad y la supremacía de Cristo que se encuentran en la Biblia. Esto se evidencia en el magnífico himno de alabanza (1:15-20) que presenta a Cristo como la imagen del Dios invisible, el Creador y Sustentador del universo, y la Cabeza de Su cuerpo, la Iglesia. En Cristo, están todos los «tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (2:3), porque en Él «habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad» (2:9). Su supremacía también repercute en la salvación de los creyentes (2:10,13,20; 3:1,11-12,17) y en su conducta (3:5–4:6). Colosenses contribuye a la Escritura con una alta cristología y una presentación de sus implicaciones en la conducta del creyente.
Estructura
Colosenses puede dividirse en dos partes principales. La primera (1:3–2:23) consiste en una polémica contra las falsas enseñanzas. La segunda (3:1–4:17) se compone de exhortaciones para una vida cristiana adecuada. Es típico del planteamiento de Pablo presentar en primer lugar una postura teológica sobre la cual se construyen las exhortaciones prácticas. La introducción (1:1-2) sigue la forma de una carta personal helenística. En la sección final, cabe destacar la mención a Onésimo (4:9), lo cual vincula esta carta con Filemón; se hace referencia a una carta dirigida a Laodicea (4:16), que podría ser la de Efesios; y finalmente, la firma de Pablo, que indica la intervención de un amanuense (secretario; ver 4:18) en la escritura de la carta.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-HECHOS $ USD
Acueducto romano en Cesarea Marítima, una de las principales ciudades portuarias de Israel en el siglo I. En el 6 d.C., Cesarea se transformó en la capital de la provincia de Judea y sirvió de sede oficial de los procuradores romanos. La ciudad fue escenario de varios de los acontecimientos fundamentales de Hechos (9:30; 10:1; 12:19-23; 18:22; 21:8; 23:23; 25:1-7).
Introducción
El libro de Hechos de los Apóstoles constituye una mirada a las primeras tres décadas de la Iglesia primitiva (aprox. 30-63 d.C.), conforme el cristianismo se multiplicó y extendió después de la ascensión de Jesucristo. No es una historia detallada ni exhaustiva, sino que se centra en el papel cumplido por dos apóstoles: Pedro y su ministerio principalmente entre los judíos; y Pablo, el apóstol a los gentiles.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Formalmente, Hechos es anónimo, aunque según la tradición, la autoría se atribuye a la misma persona que escribió el Evangelio de Lucas. Ya desde el siglo II, Ireneo y otros líderes de la Iglesia opinaban que el autor de Hechos era Lucas, médico y compañero de viajes de Pablo (Col. 4:14; 2 Ti. 4:11; Flm. 24). Basaron su opinión en cinco secciones de Hechos donde el autor deja de relatar en tercera persona (él/ella/ellos) y asume la primera persona del plural (nosotros) para describir la acción (16:10-17; 20:5-15; 21:1-18; 27:1-29; 28:1- 16). A partir de Ireneo, la opinión generalizada es que estos pasajes sugieren un autor que fue testigo ocular y compañero de Pablo. Lucas sería el candidato más aceptable, en especial, si se consideran los temas en común entre su Evangelio y Hechos.
Contexto histórico: La fecha de escritura de Hechos está directamente enlazada al problema de su autoría. Varios eruditos han postulado que debería fecharse a principios de la década de los 60 (durante el encarcelamiento de Pablo), porque el libro concluye cuando el apóstol todavía estaba preso en Roma (28:30-31). Aunque es posible que Lucas lo escribiera más adelante, una vez liberado Pablo, lo más factible es que terminara mientras el apóstol todavía estaba en prisión. De lo contrario, probablemente habría mencionado su libertad.
Mensaje y propósito
Hechos enfatiza la obra de Dios a través del Espíritu Santo en las personas que dedicaron su vida a Jesucristo, y se centra especialmente en Pablo y su emprendimiento misionero entre los gentiles. No es exagerado afirmar que la Iglesia cristiana se edificó por el poder y el dinamismo del Espíritu manifestado en vasijas escogidas. Otro concepto importante es la propagación del evangelio, en círculos concéntricos, de los judíos a los gentiles, de Jerusalén a Judea, de Samaria al resto del mundo (1:8). El cristianismo se transformó de una secta judía en una religión mundial que llegó a todas partes, aun a Roma, la capital del imperio pagano.
Esencial para el movimiento cristiano fue la labor del apóstol Pablo, un exagnóstico convertido en el defensor más elocuente del cristianismo. Desde que aparece por primera vez mientras los judíos apedreaban a Esteban (donde aprobó la decisión de darle muerte por predicar a Cristo) hasta su última aparición, preso en su propia casa alquilada en Roma (y activo en la difusión del evangelio, aun cuando enfrentaba una sentencia de muerte), su obra a favor del evangelio es evidente en todo momento, conforme proclamaba las buenas nuevas ante «… gentiles, […] reyes [e] hijos de Israel» (9:15).
Hechos aporta información biográfica de algunos de los primeros apóstoles que anunciaron el evangelio, primero en Jerusalén y luego en todo el mundo. Pedro, Felipe y algunos otros fueron responsables de llevar el evangelio a Jerusalén, Judea y Samaria. Pablo se encargó de anunciarlo a gran parte del resto del mundo.
La estrategia misionera de Pablo cuando llegaba a una ciudad era ir a un lugar público y conocido (por lo general, la sinagoga) y proclamar allí el evangelio, primero a los judíos de la localidad. La velocidad con que después les predicaba a los gentiles dependía de cómo los judíos recibieran su mensaje dentro de la sinagoga. Antes de partir, reunía a los convertidos judíos y gentiles para formar una iglesia local.
Los primeros apóstoles se distinguieron por estar llenos del Espíritu Santo y de poder para anunciar el evangelio en medio de circunstancias adversas, fueran teológicas, políticas o de opresión física, o una combinación de todas. Fueron marginados, encarcelados y apedreados.
Sin embargo, mediante el poder del Espíritu Santo, rehusaron dejar de proclamar el mensaje profetizado por el AT sobre la venida de un Salvador, que se cumplió en la persona y las obras de Jesús de Nazaret. Como resultado, miles en Jerusalén y aun en las regiones más alejadas creyeron que el Señor Jesús era el Cristo, la única esperanza de salvación de sus pecados.
Contribución a la Biblia
Hechos constituye el nexo entre los Evangelios y los restantes libros del NT. En primer lugar, comienza relatando el «desenlace» de los Evangelios. El evangelio y el mensaje del reino de Dios no terminaron con la ascensión de Jesús al cielo 40 días después de Su resurrección, sino que continuaron en la vida de Sus seguidores. Hechos describe cómo los apóstoles y otros creyentes cumplieron las palabras y las promesas de Jesús mediante el poder del Espíritu Santo. En segundo lugar, aporta el contexto para gran parte del NT, especialmente para las cartas de Pablo a las iglesias que ayudó a establecer durante sus viajes misioneros.
Estructura
En cuanto a su forma literaria, Hechos es una biografía antigua centrada en varios protagonistas; en particular, Pedro y Pablo. El propósito de este tipo de biografías no se limitaba a narrar hechos, sino a revelar el carácter de las personas, especialmente, su conducta ética. También incluían genealogías y elementos retóricos, como los discursos. Los datos se obtenían tanto de fuentes escritas como orales. Hechos 1:8 aporta la introducción y el bosquejo del libro. Al recibir el poder del Espíritu Santo, los discípulos proclamaron con denuedo el evangelio en Jerusalén. A medida que el libro progresa, el evangelio se extiende más allá de Judea y Samaria, hasta llegar a los confines del mundo conocido, mediante la obra misionera de Pablo.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Levi Meir Clancy, en Unsplash
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-MATEO $ USD
«Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. […] y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo» (2:13,15).
Introducción
Es acertado que el primer libro del NT, el Evangelio de Mateo, comience con estas palabras: «la genealogía de Jesucristo». Este Evangelio se escribió desde una fuerte perspectiva judía para mostrar que Jesús es verdaderamente el Mesías que el AT prometió.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: El autor no revela su nombre. Sin embargo, el título que atribuye este Evangelio a Mateo aparece en los manuscritos más antiguos y tal vez sea original. Cuando los cuatro Evangelios comenzaron a circular como una sola colección, los títulos fueron necesarios para distinguirlos. Muchos de los antiguos padres de la Iglesia (Papías, Ireneo, Panteno y Orígenes) consideraron que Mateo era su autor. Papías también sostuvo que Mateo escribió primero en hebreo, lo que sugiere que este Evangelio se tradujo posteriormente al griego.
Muchos estudiosos modernos desafían estas declaraciones tradicionales. Por ejemplo, contra Papías ellos argumentan que este libro no se escribió originalmente en hebreo, dado que el griego de Mateo no parece ser una traducción. Sostienen además que si la Iglesia primitiva, según la opinión de Papías, se equivocó sobre el idioma original, pudo también haber errado respecto al autor. No obstante, el excelente griego de Mateo tal vez surgió de un traductor habilidoso que trabajó a partir de un texto original hebreo. Además, hay muchos indicios de influencia hebrea en este Evangelio (ver notas en 1:17; 1:21 y 2:22-23). Por último, a medida que la Iglesia se extendía en territorios gentiles, se hizo necesario que el Evangelio circulara en una traducción griega. Por ello, no sorprende la ausencia de textos hebreos antiguos de Mateo, dado que el hebreo pronto dejó de ser la lengua dominante de los cristianos primitivos.
Incluso si Papías se equivocó en cuanto a la lengua original de este Evangelio, no significa que él o que los líderes de la Iglesia primitiva erraran al identificar a Mateo como su autor. La Iglesia primitiva afirmó unánime que fue escrito por el apóstol Mateo. Se necesitaría una prueba sorprendente para demoler este consenso tan antiguo.
Pistas diversas del mismo Evangelio señalan a Mateo como su autor. En primer lugar, Marcos 2:14 y Lucas 5:27 identifican como «Leví» al recaudador de impuestos a quien Jesús llamó a ser Su discípulo. Este Evangelio, sin embargo, se refiere a Leví como «Mateo». Algunos creen que Jesús le puso «Mateo» (en hebreo «regalo de Dios») a Leví cuando lo llamó a ser Su discípulo, pero en aquel entonces, era común que los judíos tuvieran dos nombres (como Saulo y Pablo). El uso de «Mateo» en este Evangelio puede ser un toque personal, una referencia a sí mismo que nos ofrece una pista sobre su autor.
Contexto histórico: Determinar la fecha de composición del Evangelio de Mateo depende en gran medida de la relación que guardan los evangelios entre sí. La mayoría de los eruditos creen que Mateo utilizó el Evangelio de Marcos para escribir el suyo. Si esto es así, Marcos antecede a Mateo. Sin embargo, la fecha de Marcos es también un misterio. Ireneo (aprox. 180 d.C.) parece afirmar que Marcos escribió su Evangelio después de la muerte de Pedro, a mediados de la década de los 60. Sin embargo, Clemente de Alejandría, que escribió tan solo 20 años después de Ireneo, sostuvo que Marcos escribió su Evangelio cuando Pedro aún vivía. Dada la ambigüedad de la prueba histórica, la decisión debe basarse en otros factores.
Es mejor deducir la fecha de composición de Marcos a partir de la fecha de Lucas y de Hechos. El abrupto final de Hechos que dejó a Pablo en Roma bajo arresto domiciliario sugiere que ese libro se escribió antes de la liberación del apóstol. Como uno de los temas principales de Hechos es la legitimidad del cristianismo en el Imperio romano, era de esperar que Lucas mencionara la liberación de Pablo por mano del emperador si está ya hubiera ocurrido. Esta prueba sitúa el libro de Hechos al comienzo de la década de los 60. Lucas y Hechos eran dos volúmenes de una sola obra, como demuestran los prólogos de ambos libros. Lucas se escribió antes que Hechos. Dado el trabajo de investigación que Lucas invirtió en el libro y los viajes que seguramente tuvo que hacer para entrevistar a los testigos, es razonable datarlo a finales de los años 50. Si Lucas utilizó el libro de Marcos para escribir su Evangelio, como parece probable, Marcos se escribió poco antes del final de la década de los 50, tal vez a mediados de esta. Por consiguiente, a pesar de que Mateo dependiera de Marcos, pudo haberse escrito en cualquier momento a partir de mediados de los años 50, una vez que Marcos ya estuviera escrito. La prueba histórica más antigua es congruente con esta opinión, ya que Ireneo (aprox. 180 d.C.) afirma que Mateo escribió su Evangelio cuando Pedro y Pablo aún predicaban en Roma (al comienzo de la década de los 60).
Mensaje y propósito
Probablemente, Mateo haya escrito su Evangelio para preservar el testimonio de los testigos oculares del ministerio de Jesús. En él, se acentúan varias verdades teológicas. En primer lugar, Jesús es el Mesías, el tan esperado Rey del pueblo de Dios. En segundo lugar, Jesús es el nuevo Abraham, el fundador de un nuevo Israel espiritual, formado de todos los judíos y gentiles que decidan seguirlo. En tercer lugar, Jesús es el nuevo Moisés, el libertador e instructor de este pueblo. En cuarto lugar, Jesús es el Emanuel, el hijo de Dios que nació de una virgen, el que cumple las promesas que el AT registra.
Contribución a la Biblia
Como primer libro del NT, el Evangelio de Mateo es un portal de comunicación entre los dos testamentos. Más que cualquier otro libro del NT, incluidos los demás Evangelios, Mateo es el que mejor se relaciona con el AT. Nos ofrece todo el plan de Dios, desde Génesis hasta Apocalipsis. Mateo mira hacia el pasado y cita las profecías hebreas más de 60 veces («se cumplió» y «para que se cumpliese lo que fue dicho»). También ve hacia el futuro al tratar no solo con la venida y el ministerio del Mesías, sino también con el plan para Su Iglesia y Su reino.
Estructura
Mateo divide su Evangelio en tres grandes partes e inicia las secciones principales con: «Desde entonces comenzó Jesús» (4:17; 16:21). Estas declaraciones de transición dividen el Evangelio en introducción (1:1–4:16), cuerpo (4:17–16:20) y conclusión (16:21– 28:20). También fracciona su Evangelio en cinco grandes bloques de enseñanza, y cada uno concluye con un resumen (8:1; 11:1; 13:53; 19:1; 26:1). Algunos eruditos creen que, con estos cinco reveladores discursos, se buscó correspondencia con los cinco libros de Moisés y una confirmación de la identidad de Jesús como el nuevo Moisés.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Simon Berger, en Unsplash
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-HABACUC $ USD
«Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas. Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad […], y volarán como águilas que se apresuran a devorar» (1:6-8b).
Introducción
El libro de Habacuc, uno de los Profetas Menores, tiene un estilo singular. En vez de hablar al pueblo en nombre de Dios, Habacuc habló a Dios en nombre del pueblo y se esforzó por entender Su forma de actuar a través de la historia. En especial, deseaba comprender cómo era posible que el Señor utilizara una nación impía como instrumento de Su justicia. Dios respondió a la objeción del profeta: «… el justo por su fe vivirá» (2:4).
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: La Biblia no menciona a Habacuc en ningún otro sitio. Se cree que su nombre deriva de la palabra hebrea kjabác, «abrazar», pero la estructura no parece ser hebrea. Es más probable que el nombre esté relacionado con la palabra acadia habbaququ (planta de jardín o árbol frutal), una lengua semítica relacionada con el hebreo.
Contexto histórico: Habacuc predijo que los caldeos invadirían Judá (1:6). La palabra «caldeos» (heb. kasdim; acad. kaldu) se utilizaba originalmente para referirse a un grupo étnico que apareció en el siglo IX a.C. en el sur de Babilonia. En el siglo VIII a.C., los caldeos comenzaron a asumir allí el poder. Entre los primeros reyes caldeos, estuvo Merodac-baladán II (2 R. 20:12; Is. 39:1), quien asumió (y perdió) el trono de Babilonia dos veces a finales del siglo VIII a.C. El caldeo Nabopolasar (626-605 a.C.) comenzó a desmantelar el Imperio asirio con la ayuda de los medos, y fundó el Imperio neobabilónico. En la época de Habacuc, «caldeo» se había convertido en sinónimo de «babilonio».
Estos sucesos mundiales terminaron por afectar a Judá. El faraón Necao de Egipto cruzó Palestina tratando de apoyar al remanente asirio en el norte de Siria, en la guerra contra los babilonios. El piadoso rey Josías encontró la muerte al enfrentarse a Necao en Meguido en el 609 a.C. Judá cayó entonces en manos de Egipto desde el 609 hasta el 605 a.C.
La suerte de Judá cambió de nuevo cuando el hijo de Nabopolasar, Nabucodonosor II, venció a Necao en la batalla de Carquemis (mayo/junio del 605 a.C.) en el Río Éufrates, al noreste de Alepo, y sucedió a su padre en el trono de Babilonia en septiembre de ese mismo año. El ejército babilonio persiguió a Necao hasta Egipto, y esto hizo que Judá cayese bajo el dominio babilonio a partir del 604 a.C.
Habacuc predijo que los caldeos devastarían Judá(1:5-11), pero esa profecía no parece haberse cumplido en la ocupación babilónica relativamente pacífica del 604 a.C. Sin embargo, cuando Joacim, a quien Necao había colocado en el trono de Judá en el 609 a.C., se rebeló contra Babilonia aprox. En el 600 a.C., Nabucodonosor finalmente invadió la tierra y sitió Jerusalén del 598 al 597 a.C. Como consecuencia, Joacim fue depuesto y asesinado en el 598 a.C., y a su hijo Joaquín lo llevaron al exilio babilónico en el 597 a.C. Sedequías, último rey de Judá, trajo aun más devastación a su pueblo, porque se rebeló contra Babilonia en el 588 a.C. Cuando Judá cayó en manos de los babilonios en agosto del 587 o 586 a.C., Nabucodonosor arrasó Jerusalén y destruyó el templo. Sin embargo, tal como predijo Habacuc (2:6-20), Babilonia tuvo su propio día de juicio en el 539 a.C., cuando fue conquistada por Ciro de Persia.
Estos sucesos históricos nos ayudan a fechar el libro. Habacuc probablemente haya escrito su profecía durante el tiempo de calamidad que siguió a la muerte del rey Josías de Judá en el 609 a.C., pero antes de que el reino del sur sufriese las devastaciones de 598/597 a.C. y 587/586 a.C. a manos de los caldeos. Esto coloca la profecía durante el reinado de Joacim (aprox. 609-599 a.C.), probablemente durante el período de dominación egipcia, antes de que Babilonia invadiera Judá (609-605 a.C.).
Mensaje y propósito
Al igual que Job, Habacuc lucha por comprender los caminos del Señor: ¿Por qué permite Dios que la injusticia prevalezca (1:3)? ¿Cómo puede Él utilizar para castigar a Judá a un pueblo como los babilonios, aun más malvado (1:13)? ¿Por cuánto tiempo permitirá que aquellos que hacen iniquidad dominen el mundo (1:17)?
Dios no da respuestas claras a las preguntas de Habacuc. En cambio, llama a los justos a tener fe (2:4). Cuando Habacuc declaró que se regocijaría en el Señor sin importar lo que sucediera (3:17-19), demostró que había aceptado este mensaje y lo había hecho parte de su vida.
La grandeza soberana de Dios: Habacuc muestra la grandeza de Dios. A diferencia de los ídolos de madera o de piedra (2:18-19), Él vive eternamente (1:12), Sus profecías se cumplen (2:3), puede levantar naciones para lograr Sus propósitos (1:6) y sacudir al mundo mediante plagas y guerra (3:2-15).
La justicia escondida de Dios: El Dios de Habacuc es santo (1:12). El profeta esperaba que Él se opusiera a la injusticia (1:2-4,13a), aunque a veces sea difícil ver la justicia de Dios a través de los sucesos de la historia humana (1:13b). Pero aunque el Señor pueda utilizar la maldad de los hombres para lograr Sus buenos propósitos y permitir que el mal prevalezca por un tiempo, al final los malos pagarán por sus crímenes (2:6-14), y Él vendrá a salvar a Su pueblo y aplastar a los malvados (3:13-15).
Fe: El versículo clave de Habacuc es 2:4b: «… el justo por su fe vivirá». Aunque es difícil comprender los caminos de Dios para con los hombres, podemos aprender, como Habacuc, a confiar en Su bondad y exaltarla, a pesar de nuestro entendimiento imperfecto (3:16-19).
Contribución a la Biblia
Habacuc analiza un problema que enfrentamos a menudo: tratar de discernir los propósitos de Dios. Por un lado, somos conscientes de que Él tiene un propósito para este mundo. Esta verdad se revela a lo largo de toda la Escritura: las promesas de Dios a Abraham; Su deseo de que vivamos una vida abundante y Su voluntad de crear una comunidad humana segura, justa y llena de gozo. Pero, a fin de cuentas, la única forma de triunfar en el mundo y tener vida abundante es la fe. El mensaje de Habacuc de que el justo vivirá por fe preparó el camino para una mayor comprensión de esta verdad en el NT, el cual enfatiza la salvación mediante la fe en Cristo (Ro. 1:17; Gá. 3:11; He. 10:38-39).
Estructura
Los primeros dos capítulos constan de un diálogo entre el profeta y Dios. Habacuc se quejó primero de la injusticia en Judá (1:2-4). Dios respondió anunciando que enviaría a los caldeos para castigarla (1:5-11). Habacuc se quejó luego de la respuesta del Señor, diciendo que parecía injusto que utilizara a los babilonios, que eran incluso peores que los judíos, para castigarlos (1:12–2:1). Dios respondió que los babilonios eran ciertamente arrogantes y que al final recibirían el castigo que merecían; aun así, los utilizaría según había determinado (2:2-20). El capítulo final consiste en un salmo en el cual Habacuc reflexiona sobre su diálogo con Dios.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-CANTARES $ USD
«¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. Mi amado es
semejante al corzo, o al cervatillo…» (2:8-9).Introducción
El Cantar de los Cantares celebra el amor entre Salomón y su desposada, la sulamita (6:13). El apasionamiento del noviazgo, la belleza de la noche de bodas, la sexualidad de la primera noche y de las subsiguientes, así como la tierna amistad entre los amantes convierten este libro en una celebración del romance y de la sensualidad matrimonial según el plan de Dios.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Cantares atribuye la autoría a Salomón ya desde el primer versículo, que da el nombre al libro: «Cantar de los cantares, el cual es de Salomón» (1:1).
Aunque la iglesia nunca lo puso en duda, los críticos modernos plantean objeciones a este supuesto. Primero, afirman que el título no es original, sino que fue añadido por alguien que deseaba atribuirle la obra al famoso Salomón. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que apoye esta afirmación. Además, la estructura del libro sugiere que el título forma parte integral de la composición del libro. Al igual que otros escritores bíblicos, el autor estructura el contenido mediante el uso reiterado de ciertos números, como el tres, el siete y el diez. Por ejemplo, el autor designa siete secciones (ver más abajo), un elogio que consta de siete cualidades (4:1-5), dos elogios que describen diez aspectos (5:10-16; 7:1-5), y diez referencias a la palabra abstracta «amor» (2:4-5,7; 3:5; 5:8; 7:6; 8:4,6-7). Además del título (1:1), el nombre de Salomón aparece en otros seis lugares (1:5; 3:7,9,11; 8:11-12). El nombre aparece exactamente siete veces y tiene un equilibrio simétrico dentro de las secciones de Cantares: dos veces en la primera sección, equilibradas con otras dos en la última, y tres en la central. Así, el título se integra ingeniosamente con el poema. No solo se adapta a su aliteración melódica y métrica, sino que completa las siete referencias a «Salomón» y crea un equilibrio artístico a lo largo del libro. Por cierto, las diez veces que aparece «amor» se unen a las siete de «Salomón» para mostrar el tema y el autor de Cantares. Lejos de ser un añadido posterior, el título parece original y constituye el primer versículo.
Otra objeción a la autoría de Salomón suele surgir debido a su célebre posesión de 700 esposas y 300 concubinas (1 R. 11:3). ¿Cómo pudo un hombre así escribir un poema sobre la devoción a una mujer? Solo pudo haberlo hecho porque la gracia tocó su corazón. En este sentido, prefiguró a otros escritores bíblicos que, de no ser por la gracia de Dios y Su llamado, hubieran sido los menos indicados para redactar la Escritura. Por ejemplo, Pablo, el gran apóstol, escribió con suma elocuencia sobre la gracia y sobre su indignidad (por ej., 1 Ti. 1:12-16). Salomón era un hombre sumido en el poder y el placer, pero Dios le abrió los ojos al verdadero amor. También fue el autor de Proverbios. Así como no siempre siguió los preceptos que plasmó en ese libro, sí compuso un gran cántico de amor, a pesar de no vivir permanentemente conforme a sus ideales.
Contexto histórico: Una razón histórica convincente para fechar Cantares en la época de Salomón es su paralelo literario más cercano: las canciones de amor egipcias. Nadie duda de su origen anterior o contemporáneo a la época de Salomón, y constituyen sin duda su paralelo literario más cercano.
Mensaje y propósito
El tema central del Cantar de los Cantares es la celebración de la bondad y la hermosura del amor romántico. Los ideales románticos del libro son tan cautivadores como sus metáforas: intimidad emocional, comunicación sensible, sexualidad placentera, compañerismo profundo, una perspectiva común, disposición para perdonar, respeto, integridad, seguridad, devoción amorosa durante las crudas temporadas invernales y la renovación del amor con la llegada de la nueva primavera.
Como Cantares describe un amor perfecto, es natural que el escritor lo compare al amor de Dios hacia Israel. El amor de Salomón es semejante al amor de Dios por Su pueblo, y el amor de la sulamita refleja la respuesta de ese pueblo a Dios. Así como más adelante el NT nos enseña que el amor de un hombre por su esposa debe emular el de Cristo por Su esposa (Ef. 5:22-23), la canción de Salomón muestra el modelo de matrimonio según el amor divino.
Como Cantares describe el amor ideal al reflejar el amor de Dios hacia Israel, la devoción entre sus protagonistas también refleja el sentimiento ideal que Él planeó para el matrimonio. Vemos un retorno al paraíso en este cortejo que florece en la libertad y la belleza de la naturaleza (1:15-2:3; 2:8-14), en una noche de bodas consumada con alusiones a aquel huerto (4:12-5:1) y en un matrimonio que se deleita en una cándida relación sexual (4:1-5:1; 7:1-8:3).
El último elogio de Cantares al amor resume todo esto (8:5-7). Las llamas del amor son como el fuego del Señor. En Génesis, Dios impuso Su autoridad sobre las aguas y el caos para crear los cielos y la tierra, y creó a Adán y a Eva para que en su unión reflejaran Su amor.
En Éxodo, Dios dominó las aguas tenebrosas del Mar Rojo para establecer una nueva nación para Su pueblo. El amor de Dios es como fuego (Dt. 4:24; 32:21-22),y el amor de Salomón y la sulamita recupera la inocencia de Adán y Eva, y refleja el amor del Señor por Israel. Por tanto, Cantares compara el poder del amor romántico con el fuego eterno de Dios que ni las muchas aguas ni los ríos podrán apagar.
Contribución a la Biblia
Una balada de amor nos inspira con su gracia y crea en nosotros el deseo de alcanzar su belleza. Como una encantadora canción de amor, Cantares inspira la búsqueda del amor que describe. Este deleite romántico no es un moderno cuento de hadas ni una fantasía del pasado, sino que refleja el deseo de Dios de formar en nosotros un amor puro y ferviente. Descubrimos la dicha del amor matrimonial, reflejo del amor más grande que los creyentes experimentan como esposa de Cristo. Las metáforas de este libro nos hablan del amor romántico, pero también nos ayudan a aguardar la consumación de nuestra relación con Cristo cuando regrese por Su esposa.
Estructura
Cantares es un poema cuyos componentes forman un quiasmo. Se trata de un recurso que presenta en orden inverso los elementos de dos secuencias. El quiasmo tiene la siguiente estructura:
A
B
C
B’
A’
en la que A y A’ se corresponden y donde el elemento central, C, transmite el tema principal del poema. El bosquejo siguiente muestra la estructura de Cantares. El autor quiso enfatizar los elementos centrales de dicha estructura, el día y la noche de la boda (IV Sección D). Cuando Dios inspiró a Salomón para escribir este poema, dio Su aprobación divina al amor romántico.
El texto hebreo distingue a los protagonistas mediante un cambio de género gramatical y de número. Los discursos de los hablantes están separados por una línea en blanco.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-SALMOS $ USD
Introducción
La palabra hebrea para salmos es tejilim, que significa «alabanza». El título en español proviene de la traducción griega (LXX) psalmós, que significa «canciones de alabanza». Sin duda, la alabanza a Yahvéh, el Dios de Israel, es el énfasis principal en los salmos. Referirse a Salmos como el himnario de Israel es, en parte, verdad, pero no alcanza a dar cuenta de todo el contenido de este libro. Más de un tercio de la colección son oraciones a Dios. Por lo tanto, podemos decir que Salmos contiene himnos y oraciones que se usaban en el culto de Israel.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Como el libro es una compilación de muchos salmos escritos a lo largo de un período extenso, no existe un solo autor. La designación más común en los títulos es «de David», y es razonable atribuirle la autoría de muchos de ellos, dado su rol como músico en la corte de Saúl (1 S. 16:14-23) y sus muchas experiencias como pastor, soldado y rey.
No obstante, la mención de su nombre en los títulos es una construcción hebrea ambigua; una simple preposición junto al nombre de David, que puede traducirse «escrito por», «perteneciente a», «para» o «sobre». Solo relaciona de alguna manera esos salmos con David, pero no necesariamente como autor.
Otros salmos se atribuyen a Salomón (Sal. 72; 127), Asaf (Sal. 50; 70-83), los hijos de Coré (Sal. 42; 44-49), Etán (Sal. 89), Hemán, hijo de Coré (Sal. 88) y Moisés (Sal. 90). Todos los títulos usan la misma preposición hebrea que aparece junto al nombre de David y, por lo tanto, son igual de ambiguos respecto a su autoría. En el caso de Asaf, aunque era uno de los músicos principales de David (1 Cr. 6:39), el nombre se asoció con un grupo de músicos (Esd. 2:40-41; ver nota en el título de Sal. 50). Esto puede explicar por qué un salmo aparentemente posexílico (Sal. 74) incluye el título «de Asaf».
Contexto histórico: Salmos consta de muchos himnos y oraciones compuestos por una sola persona, para uso comunitario. Si se tomaran los nombres en los títulos como los autores, la fecha de composición se extendería desde el tiempo de Moisés (siglo XV a.C.) hasta el período posexílico (siglo VI a.C. o posterior). Algunos títulos contienen información histórica que permitiría fechar la composición, aunque también (como la autoría) es ambigua. Podría no referirse a la fecha de composición, sino al contenido, y haberse agregado después de los sucesos. Esta es una perspectiva más probable, ya que algunos de estos salmos describen situaciones de riesgo de vida, donde la prioridad no hubiera sido componer un salmo. En muchos casos, incluyen también secciones de acción de gracias, que demuestran haber sido escritos luego de que Dios contestara las oraciones.
Mensaje y propósito
Existen miles de mensajes a lo largo de los 150 salmos, pero sobre todo, este registro de adoración y alabanza del pueblo de Dios nos enseña cómo relacionarnos con Él en diversas circunstancias de la vida. También demuestran la soberanía y la bondad de Dios hacia Su pueblo para infundir confianza a quienes confían en Él.
Contribución a la Biblia
La relación entre la obra de Dios en la vida de Su pueblo y la respuesta de este es la contribución más significativa de este libro. Dios nunca habló de manera directa en ninguno de los salmos, como lo hizo muchas veces en los relatos históricos y por medio de los profetas. Por lo tanto, están escritos desde una perspectiva humana, cuando los autores atravesaban diversas situaciones de la vida. Uno de los temas principales es el afán por comprender cómo se relacionan los atributos de Dios, particularmente Su soberanía y bondad, con las experiencias vividas. Estas palabras provienen de personas que no perdieron su fe en Él, a pesar de la tentación (Sal. 73). Deseaban entender el trato de Dios hacia ellos en forma personal y como comunidad.
Estructura
De principio a fin, Salmos es un libro de poesía. La poesía hebrea no tiene rima ni métrica regular, sino que usa paralelismos, en donde dos (o tres) líneas encuentran equilibrio y completan una idea. Algunos paralelismos son sinónimos, donde la segunda línea se hace eco de la primera. El paralelismo antitético usa un contraste entre dos segmentos, y en el sintético, el segundo completa la idea del primero.
Los salmos pueden dividirse en clases. Hay himnos (145–150) y cantos de acción de gracias (30–32). Los salmos de lamento (38–39) son oraciones de clamor a Dios en situaciones angustiosas. Los reales (2; 110) hablan del rey terrenal de Israel. Los de coronación (96; 98) celebran el reinado de Yahvéh. Los penitentes (32; 38; 51) expresan contrición y arrepentimiento, y los didácticos o de sabiduría (19; 119) tienden a ser proverbiales.
Bosquejo
Salmos se diferencia de la mayoría de los otros libros bíblicos porque contiene muchos escritos recogidos y compilados durante un período extenso y finalmente organizados en su forma presente. Por tanto, es imposible bosquejar el libro de la manera tradicional. Sin embargo, existe una clara estructura en esta colección. Salmos está dividido en cinco partes, conocidas también como libros. De acuerdo a la tradición judía, esta división en cinco secciones se basó en la distribución de la Torá (o Pentateuco), los primeros cinco libros de la Biblia. Las divisiones son: Libro I (Sal. 1–41), Libro II (Sal. 42–72), Libro III (Sal. 73–89), Libro IV (Sal. 90–106) y Libro V (Sal. 107–150). Los salmos también pueden agruparse por sus títulos; por ejemplo, los salmos de Asaf y los de los hijos de Coré. Cada uno de los primeros cuatro libros termina con una doxología o declaración que identifica el final de uno y el comienzo de otro. Los salmos que contienen estas declaraciones pueden considerarse salmos de «enlace» porque sirven para «unir» cada libro con el objeto de formar la colección.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-JOB $ USD
«He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar» (Job 36:30).
Introducción
El libro de Job recibe su nombre del personaje central. Narra la historia de un hombre que perdió todo y describe las subsiguientes discusiones sobre la razón de su sufrimiento. Dios tuvo la última palabra y acabó restituyéndole todo.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Se desconoce el autor de Job. El personaje era un hombre ilustrado cuyo conocimiento abarcaba los cielos (22:12; 38:32-33) y la tierra (26:7-8; 28:9-11; 37:11,16). Era versado en tierras lejanas (28:16,19), productos varios (6:19) y profesiones (7:6; 9:26; 18:8-10; 28:1-11). Estaba familiarizado con las plantas (14:7-9) y los animales (4:10-11; 38:39–39:30; 40:15–41:34). Era sabio y conocía la sabiduría tradicional (6:5-6; 17:5; 28:12,28), pero sobre todo, poseía sensibilidad espiritual (1:1,5,8; 2:3; 14:14-15; 16:11-21; 19:23-27; 23:10; 34:26-28; 40:1-5; 42:1-6). El uso frecuente del nombre de pacto de Dios (Yahvéh) confirma que era israelita.
Contexto histórico: La historia de Job transcurre en el período patriarcal, una era en que la riqueza consistía en poseer ganado y sirvientes. Como los demás cabezas de familias patriarcales, Job desempeñaba funciones sacerdotales y ofrecía sacrificios por su familia. Como los patriarcas, superó los 100 años. La acción sucede en Uz, al norte de la Península Arábiga (1:1), generalmente asociada con Edom. Los tres amigos de Job también tenían relación con los edomitas o los sureños, como el joven Eliú (ver notas en 2:11; 32:2-3).
Aunque Job se enmarca en el período patriarcal, se desconoce su fecha de escritura, aunque la tradición judía la sitúa en tiempos de Moisés.
Mensaje y propósito
Job demuestra que un Dios soberano y justo es suficiente y confiable en toda situación, incluso en las circunstancias más difíciles. A esta verdad, la acompañan varios mensajes.
El carácter: Gran parte de la discusión del libro gira alrededor de una conducta que refleja valores éticos. Se presenta a Job como un hombre íntegro (1:1), y Dios da testimonio de su carácter siempre intachable (1:8; 2:3). Al debatir sobre la situación de Job, Elifaz sugirió inicialmente que su carácter irreprensible podía beneficiarlo (4:7). Sin embargo, Bildad no estaba tan seguro (8:6,20). Más tarde, ambos afirmaron que nadie puede ser totalmente puro (15:14-15; 25:4-5). Job mantuvo siempre que su conducta era irreprochable (27:5; ver cap. 31) y estaba dispuesto a demostrarlo ante Dios (23:7). Según Job, Dios no siempre parece recompensar una vida pura e intachable (9:23; 10:14).
La rectitud: Job afirmó que su rectitud era la cuestión central de su situación (6:29), y se preguntaba cómo convencer a Dios de ello (9:2,15,20; 10:15). Sus tres amigos condenaron su actitud por farisaica (32:1). Para Eliú, el error de Job era obviar la rectitud esencial de Dios mientras mantenía la suya (32:2; 34:5,17); y así le anticipa a Job las propias palabras del Señor (40:8).
La justicia: Job quería que se hiciera justicia (19:7; 23:4). Había renunciado a la injusticia (27:4) y era ejemplo de rectitud en su trato con los demás (29:14; 31:13-15); sin embargo, sentía que Dios no siempre había sido justo con él (14:3; 16:10-14; 23:10-16; 27:2-6; 34:5-6; 35:2). Deseaba presentar su causa ante Dios (13:18), pero se preguntaba si conseguiría una audiencia (9:32). Poco dicen los discursos divinos sobre la justicia y la injusticia, pero la conclusión es evidente. La justicia de Dios se ve en Su forma de administrar el universo físico y el mundo animal, como así también las relaciones humanas. Solo Él posee sabiduría y poder para gobernarlo todo con perfecta armonía y justicia. En lugar de defender su rectitud, Job debía entender la rectitud esencial de Dios por la cual administra justamente el universo (40:7-14). Cuando por fin lo entendió (42:4-6), experimentó la justicia que buscaba y encontró su suficiencia en Dios.
Contribución a la Biblia
Job enseña que el sufrimiento llega a todos, rectos e impíos. Dios no siempre libra a los rectos del peligro o del dolor. En definitiva, Él controla todas las situaciones de la vida e incluso limita el poder de Satanás. El consuelo y la fortaleza de Dios siempre están al alcance del alma que confía en Él. Aunque Job trata el problema del sufrimiento, se concentra más en la naturaleza de la conducta humana ante un Dios soberano y santo. En armonía con el resto de la Escritura, el libro enseña que ni la práctica constante de la religión basta sin una relación genuina del corazón con Dios (Dt. 6:4-6; Sal. 86:11-12; Mt. 22:37). La respuesta a los problemas y los objetivos de la vida radica en reverenciar adecuadamente a Dios, que es perfecto en todo Su ser y en Sus acciones. El hombre no solo debe confesar a Dios, sino que tiene que rendirle todo. Cuando la persona le permite ser Dios de todas las áreas de la vida, descubre que Él es suficiente.
Estructura
El escritor era un hábil narrador de historias que caracteriza artísticamente las diferencias entre el protagonista (Job), el antagonista (Satanás) y los complementos literarios (los tres amigos y Eliú). La caracterización demuestra que Dios mismo es el protagonista supremo (o «héroe») de la historia. Satanás desafió a Dios y la piedad de Job. Aunque los tres «consoladores» de Job aplicaron la sabiduría tradicional, cada uno lo hizo de manera diferente. Elifaz, el racionalista, razonó con él (15:17-18); Bildad, el apologista, procuró defender a Dios (25:1-6); y Sofar actuó como fiscal (11:1-6). El joven Eliú sirvió de influencia mediadora y preparó el marco para los discursos divinos posteriores (33:23-26). El escritor construyó un argumento bien desarrollado alrededor de un diálogo dramático y relató las aflicciones de Job en forma de historia, sin que esto signifique que no fuera una persona real que soportó una prueba verdadera.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-ESTER $ USD
Introducción
Ester es un libro singular. Es el único libro de la Biblia que nunca menciona a Dios, aunque Su presencia está implícita en la alusión de Mardoqueo a la providencia divina (4:14). Por momentos, el libro parece bastante secular, e históricamente, esto ha despertado preguntas respecto a su lugar en el canon de la sinagoga y de la iglesia. Ester está estrechamente ligado a sucesos históricos específicos, pero además es una gran obra literaria, con una narrativa que presenta todas las características necesarias para convertirse en una gran historia. Es un libro cuyos propósitos no siempre son explícitos, pero derivan de la historia en su totalidad.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Como la mayoría de los libros del AT, el autor es desconocido. En el Talmud judío, se sugiere que los miembros de la Gran Sinagoga lo escribieron. Sin embargo, es difícil imaginar a este prestigioso grupo de eruditos religiosos escribiendo un libro que menciona 190 veces al rey de Persia, pero ninguna vez a Dios. Muchos escritores antiguos, tanto judíos como cristianos, sugirieron a Mardoqueo como autor.
Contexto histórico: La historia de Ester está arraigada en la situación histórica del rey Jerjes (Asuero), quien gobernó Persia desde el 486 al 465 a.C. Los eruditos de la alta crítica de mediados del siglo XX tendían a asignarle una fecha posterior al libro, incluso en el siglo II a.C. Sin embargo, la mayoría ahora sostiene una fecha más temprana. El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en 1947 mostró que el hebreo del libro de Ester era muy diferente al del siglo I a.C. Además, no hay palabras griegas en el texto, lo cual sugiere que se escribió antes de que la conquista de Alejandro Magno (aprox. 333 a.C.) convirtiera al griego en el lenguaje de la región. Es muy probable que el libro se haya escrito en el siglo IV a.C.
Ester tiene todos los indicios de ser una narración histórica. Por esto, las supuestas anomalías históricas del texto representan un problema para muchos intérpretes en la aceptación de la historicidad del relato. Aunque es una pena que no exista confirmación extra-bíblica de los principales personajes de la historia (Ester, Amán, Mardoqueo), deben tenerse en cuenta varios aspectos.
Primero, existen pocos registros persas del reinado de Jerjes. Por tanto, se conocen muy pocas figuras históricas de este período. Además, los escritores griegos, en especial Heródoto, escribían su historia particularmente en lo relacionado a los griegos, no como historiadores de la corte persa; por lo tanto, su material es selectivo y puede haber dejado muchas figuras importantes sin mencionar. Segundo, la ausencia de pruebas extra bíblicas no significa que esta gente no haya existido. Tercero, aunque no existe confirmación extra bíblica positiva de estos individuos, aparecen en un relato que hasta los críticos más fervorosos reconocen como notablemente preciso en su descripción de la era persa.
Mensaje y propósito
El mensaje fundamental del libro de Ester es llamar a todos los judíos a celebrar el Purim. Los propósitos de Ester pueden dividirse en dos tipos: aquellos que pertenecen a la audiencia original del libro durante el período persa, y con mayor amplitud, los fines teológicos que trascienden a los lectores originales.
Esperanza: Para el pueblo judío esparcido por el Imperio persa, el libro de Ester era una historia de aliento y esperanza. Proporcionaba un modelo de cómo el pueblo judío no solo podía sobrevivir, sino también prosperar en un entorno gentil. Mostraba cómo podían ocupar efectivamente puestos de alta responsabilidad manteniendo su identidad judía y su compromiso con el Dios de Israel. Expresaba cómo los líderes judíos podían ser de bendición a sus gobernantes y vecinos gentiles, y a la gente que estaba lejos de la tierra de sus antepasados; les demostraba que el Dios de Israel todavía podía redimir a Su pueblo de la opresión, estuviera en Egipto, en Israel o en Persia.
La providencia divina: Es improbable que la omisión del nombre de Dios sea accidental. Lleva al lector a meditar en la obra de Dios, evidente aunque invisible, en la historia de liberación y redención que se desarrolla. Esto es apropiado ya que los judíos en el exilio se hubieran sentido tentados a concluir que la falta de pruebas de la manifestación de Dios era evidencia de Su ausencia. El libro de Ester revierte esta idea al describir la providencia de Dios, que tenía control sobre los sucesos en tierras extrañas durante el exilio.
Los instrumentos inesperados de Dios: Parte del misterio de la providencia de Dios en el libro es cómo usa a personas tan inesperadas para colaborar en el cumplimiento de Sus planes. ¿Quién hubiera imaginado que una joven judía llamada Hadasa (Ester), huérfana, terminaría siendo reina del imperio más grande que el mundo jamás haya conocido? ¿Quién sino Dios hubiera podido revertir los hechos de un modo tan poderoso a través de la «debilidad» de una joven mujer?
Contribución a la Biblia
Sin mencionar a Dios directamente, el libro de Ester destaca Su providencia. La promesa que les había dado a los judíos de un gobernante eterno seguía en pie, aun frente a la amenaza de la aniquilación. Ester nos muestra que muchos judíos permanecieron fieles a su Dios incluso en el exilio. Mantuvieron su identidad como pueblo de Dios a través de las sinagogas que surgieron como centros de la comunidad judía donde se establecían. Posteriormente, las sinagogas tendrían un papel significativo, a medida que el evangelio se esparcía por todo el Imperio romano, como sitios naturales donde comenzó a correr la buena nueva en las ciudades que visitaban los apóstoles (por ej., Hch. 9:20; 17:1-2; 18:19; 19:8).
Estructura
Como Esdras-Nehemías, Ester muestra la creciente influencia del arameo en su gramática y vocabulario, como también la presencia de muchas palabras persas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-1 SAMUEL $ USD
Introducción
El primer y el segundo libro de Samuel marcan una importante transición en la historia de Israel. Al comienzo de 1 Samuel, Israel era una liga de tribus, desorganizada y con un pobre liderazgo espiritual. No obstante, Dios continuó el plan para Su pueblo al levantar a Samuel para guiar la transición de Israel de una teocracia a una monarquía. El reinado de Saúl constituye el resto de 1 Samuel, mientras que el gobierno de David ocupará gran parte de 2 Samuel.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Según la tradición, 1 y 2 Samuel fueron originalmente un solo libro. Algunos eruditos atribuyen a Samuel los textos hasta el capítulo 25 del primer libro, y a los profetas Natán y Gad los aportes para los restantes relatos (según 1 Cr. 29:29). Esta posibilidad, sin embargo, es mera especulación porque no se mencionan los autores. Según 1 S. 27:6, el libro no se habría completado hasta unas generaciones después de la división del reino, alrededor del 930 a.C.
Contexto histórico: Después de conquistar la tierra durante la época de Josué, Israel se sumió en la idolatría. Jueces describe la recurrencia de estos ciclos y sus fases predecibles. Primero, el pueblo pecaba contra el Señor y caía en la idolatría. Segundo, el Señor levantaba un enemigo para que lo afligiera y se volviera a Él. Tercero, el pueblo se arrepentía y clamaba al Señor. Cuarto, el Señor lo liberaba por medio de un juez que Él levantaba. Un famoso versículo de Jueces describe acertadamente este período: «En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía» (Jue. 21:25). El primer libro de Samuel retoma el relato histórico de los últimos días de aquella confusión.
Mensaje y propósito
Liderazgo: Hay numerosos ejemplos de líderes buenos y malos en 1 y 2 Samuel. Los líderes prosperaban cuando atendían los consejos del Señor y comprendían que su liderazgo era un instrumento para Su gloria, pero fracasaban cuando abandonaban al Señor y usaban su posición en beneficio propio. La vida de Elí y de sus hijos, así como la de Samuel, Saúl, David y otros, ilustran cabalmente estos principios.
La soberanía de Dios: Las historias de 1 y 2 Samuel muestran el cuidado constante de Dios por Israel. Les proveyó un buen liderazgo espiritual mediante Samuel y estableció el primer rey de Israel, aun cuando en ese momento la monarquía no era Su perfecta voluntad para el pueblo. Levantó líderes y les facilitó los recursos para que derrotaran a sus enemigos y cumplieran Su propósito en la tierra, aunque muchas veces el pueblo y los líderes le fallaron.
Consecuencias del pecado: Ambos libros muestran la gravedad del pecado y describen sus resultados funestos, más allá del perdón. La desobediencia de Saúl a Dios lo distanció de su hijo Jonatán y de David, y finalmente le causó la muerte en la batalla. El pecado de David con Betsabé, aunque fue perdonado, tuvo consecuencias para toda la vida.
El pacto: En 1 y 2 Samuel se describe la relación de Dios con Su pueblo y Su fidelidad a las promesas del pacto. Jehová también estableció un pacto especial con David, que se cumpliría en la persona del Señor Jesucristo.
Contribución a la Biblia
Los libros de 1 y 2 Samuel describen la transición de una liga de tribus mal organizada pero sujeta a Dios (una teocracia) a un liderazgo centralizado en un rey que le rendía cuentas (una monarquía). La vida y el ministerio de Samuel fueron fundamentales durante este período de restructuración, conforme él volvía a señalarle al pueblo que debía regresar a Dios.
El reinado de Saúl expuso a los israelitas a los peligros que conlleva el gobierno de un rey. El pueblo de Dios hizo oídos sordos a las advertencias de Samuel (1 S. 8:10-20) porque estaba decidido a ser como las naciones vecinas. Al final, consiguieron lo que pedían, pero pagaron un precio tremendamente caro. La vida de Saúl advierte cuán importante es confiar en los tiempos de Dios para satisfacer las necesidades de la vida.
El reinado de David testifica de las obras maravillosas que el Señor hace a través de una vida entregada a Él. El segundo rey de Israel era consciente de la bendición de Dios sobre su vida, y su corazón se inclinaba a Él (2 S. 5:12; 7:1-2; 22:1-51; 23:1-7). Su vida sería de bendición a generaciones futuras (Is. 37:35). El pacto especial de Dios con David (2 S. 7:1- 29) culminó en la vida de Jesús, el hijo de David (Lc. 1:32-33). Sin embargo, las consecuencias del pecado de David con Betsabé son una advertencia contra la seducción del pecado. Dios pedirá cuentas a Sus hijos de sus acciones; el pecado, aun cuando sea perdonado, siempre tiene consecuencias terribles.
Estructura
Los primeros siete capítulos de 1 Samuel describen el nacimiento del profeta Samuel, su llamado y el inicio de su ministerio entre los israelitas. El capítulo 8 marca un punto de inflexión cuando el pueblo pide un rey que lo gobierne, «como tienen todas las naciones» (1 S. 8:5). Los capítulos 9–12 describen la elección de Saúl, conforme a la dirección de Dios, pero sin ser Su perfecta voluntad para ese momento (1 S. 12:16-18).
En los capítulos 13–31 se describen las victorias y los fracasos de Saúl, un rey de excelentes cualidades físicas y aptitudes militares (1 S. 14:47-52), pero sin un corazón conforme al de Dios (1 S. 13:14). Su resistencia a obedecer los mandatos del Señor terminó opacando sus logros, y los capítulos 16–31 describen la decadencia de su reino. Durante ese tiempo, Dios escogió a David y lo fue preparando para ser el sucesor de Saúl, un hecho que no pasó inadvertido para el rey (1 S. 15:28; 24:20-21; 28:17). Los primeros cuatro capítulos de 2 Samuel describen las luchas por el trono de Israel después de la muerte de Saúl. David fue ungido rey por los hombres de Judá (2 S. 2:4), pero Abner ungió a Is-boset, el mayor de los hijos sobrevivientes de Saúl, como rey de Israel (2 S. 2:8-9). La guerra civil resultante duró dos años y terminó con la muerte de Is-boset y el reconocimiento de David como rey sobre todo Israel.
Los relatos de 2 Samuel 5–24 se centran en los principales hitos del reino de David. Dios hizo un pacto especial con él y prometió establecer el trono de su reino para siempre (2 S. 7:1-29). Sin embargo, el pecado de David con Betsabé trajo dolorosas consecuencias a su reino, y constituye otro punto de inflexión en 2 Samuel. Al final, el arrepentimiento de David confirmó que era un hombre conforme al corazón de Dios, aunque su pecado mostró que ni siquiera un rey está por encima de las leyes divinas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
- LIBROS DE LA BIBLIA | INTRODUCCIÓN-RUT $ USD
Introducción
El libro de Rut lleva el nombre de uno de sus personajes principales, una mujer moabita que perteneció a los antepasados de David y Jesús. Después de leer Jueces, que pinta un cuadro oscuro y triste de Israel, el lector se siente aliviado al encontrarse con Rut. Aunque es relativamente corto, contiene numerosos ejemplos de bondad, fe y paciencia. Era uno de los cinco rollos que debían leerse durante las festividades judías; en particular, en la Fiesta de las semanas.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: El Talmud le atribuye la autoría de Rut a Samuel, pero el libro en sí no sugiere la identidad del escritor. Solo puede especularse al respecto. Su procedencia y fecha deben deducirse de la evidencia interna: el idioma y el estilo, las alusiones históricas y los temas. La genealogía del final y la explicación de costumbres arcaicas exigen una fecha durante o después del reinado de David (1011- 971 a.C.), aunque podría extenderse hasta el final del exilio, cuando nuevamente se tornó apremiante el tema de la inclusión de los gentiles.
Contexto histórico: La historia de Rut transcurre «en los días que gobernaban los jueces» (1:1), un período de desorden social y religioso cuando «cada uno hacía lo que bien le parecía» (Jue. 17:6). Históricamente, este período une la época de la conquista de la tierra bajo el mando de Josué con la asunción al trono del rey David, cuya genealogía concluye el libro. No se conoce a qué período exacto de la época de los jueces pertenece, pero comienza con una gran hambre en la tierra, que puede haber sido el resultado de la idolatría de Israel.
Mensaje y propósito
Gracia: Noemí pensó que el juicio del Señor estaba sobre ella por haberse ido de la tierra prometida con su esposo en busca de comida y haber casado a sus hijos con mujeres moabitas en busca de una descendencia (1:21). Subestimó la gracia de Dios. Su nuera, Rut, la moabita, resultó ser el medio que el Señor utilizó para satisfacer sus necesidades de alimento y darle una descendencia con el nombre de la familia. El lugar que Rut escogió para espigar, que parece una cuestión de azar, resultó ser una cita divina con Booz, el hombre que cumpliría el rol de pariente redentor para Noemí y Rut.
Este libro tiene dos semejanzas con la parábola del hijo pródigo (Lc. 15:11-32). La familia de Elimelec se alejó de la tierra donde el Señor había prometido bendecir a Su pueblo, en busca de abundancia. Sin embargo, el resultado fue que Noemí terminó necesitada y sola. No obstante, el juicio del Señor sobre ella tenía como propósito llevarla de vuelta a su tierra y remplazar su vacío con una nueva plenitud. Asimismo, el comienzo del libro muestra al pueblo de Dios sometido a las pruebas de los días de los jueces, cuando la desobediencia general condujo a la hambruna. Pero en Su gracia, el Señor proveyó comida a Su pueblo hambriento y un rey que satisfaría sus necesidades de liderazgo. Del mismo modo, hay lecciones para nosotros. En nuestro caso, también nos hemos alejado del Señor y necesitamos de Su gracia y misericordia.
La providencia de Dios: La genealogía de David al final del libro muestra que el Señor obró en esta historia para suplir el rey que necesitaba Su pueblo. Aunque la mayoría de las acciones del Señor están encubiertas, hay dos sucesos específicos que se le atribuyen directamente: la provisión de alimento para Su pueblo (1:6) y la concepción del hijo de Rut (4:13). Así el Señor suplió todas las necesidades.
Amor inalterable: Rut demuestra cómo el Señor es fiel al pacto, muchas veces de maneras sorprendentes y con un pueblo que no lo merecía. En el transcurso de la narración, cada uno de los personajes principales demuestra su extraordinario valor y amor al pacto (heb. kjésed, «benevolencia, fidelidad, lealtad», es la palabra clave del libro, 1:8; 2:20; 3:10). Son personas cuyo compromiso espiritual se manifiesta claramente en una vida piadosa.
El redentor de la familia: Rut proporciona un gran ejemplo de un familiar que usó su derecho a redimir según la ley judía. Booz demostró una de las obligaciones de los parientes: casarse con la viuda de un familiar fallecido. A veces, se compara la redención que Booz brindó a Rut con la que Cristo ofreció a los pecadores. Debido a Su fidelidad al pacto, Dios proveyó en Cristo Jesús el Redentor que todos necesitamos. En definitiva, la genealogía de David se extiende hasta Jesús, que es el verdadero Rey (Mt. 1:5-6) y el Redentor en quien Su pueblo errante encuentra reposo. En Él, a los gentiles también se los incorpora al pueblo de Dios por la fe y se les concede un lugar en la familia de la promesa.
Contribución a la Biblia
La fidelidad de Rut a Noemí y a su Dios, según el pacto, proporcionó un modelo de cómo los que no eran israelitas de sangre podían incorporarse al pueblo de Dios mediante la fe. Si los moabitas que se acercaban al Señor podían ser aceptados, también había esperanza para los otros gentiles (Is. 56:3-7). El libro también responde con precisión preguntas que tal vez surgieron con respecto a la legitimidad del linaje davídico, dadas sus raíces moabitas.
Estructura
Rut es una historia encantadora y con un argumento clásico que sigue el modelo crisis-complicación- resolución. El narrador revela a los lectores lo que hay en la mente de los personajes (Noemí, Rut y Booz), nos invita a identificarnos con sus ansiedades y alegrías personales, y al final, a celebrar el paso del vacío y la frustración a la satisfacción y el gozo.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Mohamed Nohassi, en Unsplash