Jeremy Royal Howard
La palabra canon se usa para describir la lista de libros incluidos en la Biblia. Deriva de una palabra griega que significa«caña»,una vara recta que servía como estándar de medida. En este sentido, hablar del canon bíblico es referirse a los libros que constituyen el patrón de autoridad dado por Dios, y las enseñanzas que definen la fe y la práctica. Por supuesto, solo los libros inspirados por Dios deben ser aceptados como canónicos. Esta Biblia incluye 39 libros del Antiguo Testamento. ¿Están todos los libros que deberían estar? ¿Quiénes los escribieron? ¿Cuáles fueron sus fuentes de información? Tanto los cristianos como los enemigos de la fe bíblica se plantean estas preguntas. A continuación, trataré estos temas con el propósito de afirmar la confianza cristiana en el Antiguo Testamento.
Fuentes de las historias más antiguas
Los primeros once capítulos de Génesis relatan la «historia primigenia» de la tierra porque describen hechos que se remontan al principio del tiempo. Los capítulos 12-50 son conocidos como la «historia de los patriarcas» porque relatan la vida de los padres fundadores de Israel, desde Abraham hasta José. Desde la creación del mundo hasta el establecimiento de José en Egipto, todos los hechos relatados en Génesis ocurrieron mucho antes del nacimiento de Moisés. Esto es importante porque la Biblia y la tradición judía de larga data reconocen a Moisés como el autor de los cinco primeros libros de la Biblia (el Pentateuco). Es probable que los haya escrito entre el 1440 y el 1400 a.C., mientras él y los israelitas peregrinaban antes de entrar en Canaán. Muchos de los hechos relatados entre Éxodo y Deuteronomio coinciden con la vida de Moisés y, por lo tanto, son el testimonio de un testigo presencial. ¿Pero quién escribió Génesis? ¿Cómo pudo Moisés conocer los detalles sobre los hechos y las personas que vivieron muchos siglos antes que él?
Algunos sugieren que conocía las historias antiguas porque Dios se las reveló sobrenaturalmente. De ser así, la inspiración de Dios a Moisés significaría que Él le describió los detalles históricos sobre personas, lugares, épocas e incluso conversaciones imposibles de haberlas podido conocer sin esta revelación divina. En principio, esta posibilidad no puede ser descartada porque Dios es capaz de obrar dichos milagros, pero un análisis detenido nos muestra que, en el Pentateuco, no
hay ningún indicio de que los relatos históricos fueron impartidos a Moisés de esta manera. Por ejemplo, en ningún lugar de Génesis encontramos una frase que diga: «Y vino la palabra del Señor a Moisés diciendo: “Esta es la historia de Abraham”». En cambio, los textos narrativos de Génesis sobre Abraham y otros personajes históricos parecen ser relatos directos, transmitidos de manera natural mediante canales orales y escritos. Además, se supone que los relatos orales se originaron poco después de sucedidos los hechos. En este caso, deberíamos agregar que Dios controló la transmisión de los primeros relatos orales y escritos para que Moisés recibiera historias fieles, dignas de ser incluidas en Génesis.
Tal vez al principio nos sorprenda que Moisés haya usado dichas fuentes, porque muchas personas piensan que la Biblia es producto de un dictado divino. Sin embargo, una mejor perspectiva es entender que la composición de la Biblia conjugó medios sobrenaturales y naturales, lo cual hizo que los manuscritos originales fueran completamente confiables y el producto simultáneo de la inspiración divina y la redacción humana común y corriente. Este modelo está refrendado en Lucas 1:1-4, cuando el evangelista nos dice que investigó mucho antes de escribir su Evangelio. Encontramos un ejemplo similar en Números 21:14, donde hay una alusión al «libro de las batallas de Jehová», hoy perdido.
A partir de estos ejemplos, vemos que los escritores bíblicos tenían libertad para obtener datos históricos de fuentes extrabíblicas. Por consiguiente, Moisés habría podido escribir sobre hechos acaecidos mucho antes de su nacimiento porque obtuvo la información de fuentes ya existentes, siempre inspirado por el Espíritu de Dios para escribir Génesis.
¿Cómo llegaron estos escritos hasta Moisés? Para la historia primigenia, es razonable pensar que, desde los más remotos tiempos, los relatos orales sobre los principales acontecimientos y las personas importantes se transmitieron de una generación a otra. Después, con el surgimiento de la escritura, muchos de esos relatos seguramente fueron recogidos por escrito. Es posible que esta transición de la oralidad a la escritura haya sucedido mucho antes de lo que suele suponerse.
Se sabe que, desde el segundo milenio antes de Cristo, ya circulaban alfabetos rudimentarios; y con el descubrimiento de la Piedra de Palermo, tenemos pruebas firmes de que los egipcios ya escribían (en jeroglíficos) sus anales en el 2600 a.C., más de 1100 años antes que Moisés. Los minuciosos detalles grabados en la Piedra de Palermo se remontan a los primero albores de Egipto: se mencionan reyes que vivieron en el 3100 a.C. y aun otros anteriores. A la luz de este ejemplo, puede suponerse que la memoria de los hechos más importantes de la historia primitiva humana se conservó y transmitió de generación en generación.
Muy buen información,, datos, gracias y muchas bendiciones.
excelente estudio