«Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son
cada mañana; grande es tu fidelidad» (3:22-23).
Introducción
Este es un libro sobre el dolor, pero con esperanza en Dios. Como pocos escritores anteriores, el autor describe vívidamente las máximas expresiones del dolor y el sufrimiento humanos. Por esta razón, Lamentaciones es una importante fuente bíblica que expresa los difíciles cuestionamientos que nos surgen en tiempos de angustia. El autor trata sobre el sufrimiento generado por la brutal derrota de Jerusalén en el 586 a.C., uno de los momentos más oscuros de la historia judía.
Para darle nombre a un libro de la Biblia hebrea, solía adoptarse como título la primera palabra del texto. En este caso, 1:1; 2:1 y 4:1 empiezan con el típico clamor de juicio (heb. eiká, «Ay», «Cómo»), una partícula hebrea más exclamatoria que interrogativa. Por tanto, Cómo podría haber sido su título. Más tarde, los rabinos se refirieron al libro mayormente por su contenido (quinot, es decir, «lamentaciones»), y ese fue el nombre que se incluyó en el Talmud y en la Septuaginta, la traducción al griego.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Durante mucho tiempo, se asoció este libro con Jeremías. En el texto alejandrino de la Septuaginta, estas palabras preceden Jeremías 1:1: «Y sucedió después que Israel fue llevado cautivo y que Jerusalén quedó desolada, que Jeremías se sentó a llorar y expresó esta lamentación sobre la ciudad».
La Vulgata latina agrega esta frase: «y entristecido, suspirando y gimiendo, dijo». El Talmud señala que «Jeremías escribió su libro y el de los Reyes, y las Lamentaciones». Dada esta rica tradición que vincula a Jeremías con Lamentaciones, podemos concluir que, sin duda, él lo escribió.
Contexto histórico: El triste contexto histórico de estas cinco lamentaciones fue el saqueo de Jerusalén y el incendio del templo en el 587 a.C. a manos del ejército babilónico. Aunque el libro menciona un solo nombre propio («Edom», 4:21-22), las alusiones al libro de Jeremías y las conexiones históricas de los sucesos tan dramáticamente enumerados en 2 R. 25 y en 2 Cr. 36:11-21 son indiscutibles. Quizás una breve lista de los acontecimientos clave y de algunas de sus alusiones en Lamentaciones ayudarían a confirmar este concepto:
Acontecimientos Lamentaciones
1. Sitio de Jerusalén 2:20-22; 3:5,7
2. Hambruna en la ciudad 1:11,19; 2:11-12,19-20; 4:4-5,9-10; 5:9-10
3. Huida del ejército de Judá 1:3,6; 2:2; 4:19-20
4. Incendio del templo, el palacio y la ciudad 2:3-5; 4:11; 5:18
5. Brecha en los muros de la ciudad 2:7-9
6. Exilio del pueblo 1:1,4-5,18; 2:9,14; 3:2,19; 4:22; 5:2
7. Saqueo del templo 1:10; 2:6-7
8. Ejecución de los líderes 1:15; 2:2,20
9. Sometimiento vasallo de Judá 1:1; 5:8-9
10. Fracaso de la esperada ayuda extranjera 4:17; 5:6
Mensaje y propósito
Lamentaciones no explica completa ni comprensiblemente el sufrimiento y el dolor descritos, pero era importante unir ambos sentimientos con los hechos del 586 a.C. De no poder relacionar esta agonía reprimida con algún suceso cronológico específico, el dolor podría amenazar con alcanzar proporciones cósmicas. La historia es, por tanto, necesaria. Cuando la tristeza se desliga de los sucesos del pasado, el sufrimiento se descontrola al perder la perspectiva y tienta a la persona a desconectarse de la realidad.
Sobraban razones para llorar. El lamento conjunto del pueblo se asociaba al pacto histórico acordado con Dios que, aunque reafirmaba la tristeza de los israelitas, también establecía barreras específicas a su dolor y evitaba que se abrumaran y desesperaran.
Contribución a la Biblia
Pocas cosas diferencian más las tradiciones religiosas de las humanistas como sus respectivas respuestas ante el sufrimiento. Para los humanistas, el sufrimiento es un acontecimiento insignificante e impersonal, sin relevancia ni propósito final. Los creyentes lo consideran un problema personal, porque saben que Dios controla personalmente todos los sucesos de la historia. Ante esta realidad, ¿cómo pueden el amor y la justicia de Dios reconciliarse con nuestro dolor?
La respuesta de Lamentaciones no es sencilla, pero nos ayuda a encontrarnos con Dios en medio de nuestro sufrimiento y nos enseña el lenguaje de la oración. En vez de ofrecer una serie de técnicas, respuestas fáciles o frases alentadoras para enfrentar el dolor y la tristeza, Lamentaciones provee: (1) una orientación, (2) una voz para superarla angustia, (3) instrucciones sobre cómo y qué orar, y (4) un enfoque en la fidelidad de Dios y en la afirmación de que solo Él es nuestro todo.
Estructura
Lamentaciones expone una estructura artística extraordinariamente delicada, dividida en cinco capítulos (cinco poemas) de texto uniforme. La cantidad impar de poemas convierte el intermedio (cap. 3) en el eje sobresaliente del libro, lo que permite un ascenso (o crescendo) al clímax determinado para todo el libro. Por tanto, el cap. 3 se destaca por su forma y por el mensaje que imparte. Los dos primeros capítulos constituyen, pues, los peldaños que llevan al clímax de 3:22-24, para ir declinando en los caps. 4 y 5.
Asimismo, los poemas o cánticos de este libro se presentan en forma de acróstico (inversión cruzada, como a-b, b-a). De este modo, los caps. 1 y 5 son resúmenes generales del desastre, los caps. 2 y 4 brindan detalles de lo sucedido, y el cap. 3 ocupa el centro de la obra. Lamentaciones emplea también el acróstico alfabético, con las 22 letras del alfabeto hebreo. Las 22 estrofas del cap. 5 constan de una sola línea, y es el único que no sigue la estructura alfabética. El cap. 3 es el más estructurado de los cinco cánticos.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Daniel Sandvik, en Unsplash
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