La antigua ciudad de Éfeso, situada en Asia Menor occidental, en la desembocadura del Río Caístro, fue un importante puerto marítimo. Ubicada entre el Río Meandro al sur y el Río Hermo al norte, se comunicaba muy bien con los valles de ambos ríos, lo que le permitió florecer como centro comercial. Debido a la acumulación de depósitos de limo junto al río, la ciudad está hoy ubicada aproximadamente entre 8 y 10 km (5 o 6 millas) tierra adentro.
Introducción
La carta de Pablo a los efesios es un himno a la gracia soberana de Dios dada a los pecadores en Cristo. Contiene algunas de las peores noticias («… estabais muertos en vuestros delitos y pecados»), como así también algunas de las mejores de toda la Escritura («Pero Dios […] nos dio vida juntamente con Cristo…»). En vista de esta gracia, Pablo insta a los cristianos a andar «como es digno de la vocación» que recibimos.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: En dos ocasiones (1:1; 3:1), Pablo se refiere a sí mismo como autor de Efesios. Muchos consideran que este libro es el colofón de todos los escritos paulinos. Algunos eruditos piensan que contiene ciertos aspectos atípicos en el apóstol, como el estilo de redacción, el vocabulario e incluso algunas enseñanzas. De ser así, significaría que un discípulo de Pablo lo habría superado en perspectiva teológica y percepción espiritual. La Iglesia primitiva no tiene constancia de tal discípulo erudito. Además, el uso de seudónimos no era una práctica habitual de los primeros cristianos. Conforme a la aceptación incuestionable de la autoría paulina por parte de la Iglesia primitiva, podemos concluir que no hay razón alguna para cuestionar que Pablo sea el autor de Efesios.
Contexto histórico: Pablo escribió la carta mientras estaba en prisión (3:1; 4:1; 6:20). Existe, sin embargo, cierta discrepancia en cuanto a si estaba encarcelado en Cesarea (Hch. 24:22) en el 57-59 d.C. aproximadamente o en Roma (Hch. 28:30) alrededor del 60-62. Lo más probable es que el apóstol escribiera Colosenses, Filemón y Filipenses durante el mismo encarcelamiento. La tradición sugiere que lo hizo desde Roma, en el 60-61 aproximadamente, según pudo saberse, mientras estaba bajo arresto en una casa alquilada (Hch. 28:30). Se sabe relativamente poco sobre los receptores de Efesios. Algunos manuscritos importantes y primitivos no contienen las palabras «en Éfeso» (1:1). La misiva fue llevada a su destino por Tíquico, identificado como emisario de Pablo en Efesios 6:21 y Colosenses 4:7. Estas dos epístolas se entregaron quizás al mismo tiempo, ya que en ambas se explica que Tíquico informaría a las iglesias sobre la situación del apóstol.
Podemos sugerir el siguiente escenario: mientras Pablo estaba prisionero en Roma, surgió la necesidad de responder a las nuevas filosofías religiosas influyentes en la región de Asia Menor. Pablo sintió el impulso de escribir estas cartas al oír de Epafras que los cristianos estaban siendo amenazados en el Valle del Lico. Su respuesta fue escribir una carta a la iglesia en Colosas. Más o menos al mismo tiempo, escribió otra misiva más extensa y general dirigida a las iglesias de Asia Menor, incluidas Laodicea (ver Col. 4:16) y Éfeso.
Mensaje y propósito
El libro insinúa varios propósitos. El apóstol enseñó que los creyentes judíos y gentiles eran uno en Cristo. Esa unidad tenía que demostrarse por medio del amor mutuo. Pablo utiliza el sustantivo «amor» (agápe) o su forma verbal 19 veces (aprox. una sexta parte del total en todas las cartas paulinas juntas). Efesios comienza (1:4-6) y termina (6:23-24) con amor.
Pablo trata de forma implícita las cuestiones provocadas por las misteriosas religiones en el Valle del Lico. La carta habla sobre la redención (1:7) y la intención divina para la raza humana (1:3-14). Otros temas incluyen: la gracia (1:2), la predestinación (1:4-5), la reconciliación y la unión con Cristo (2:1-21).
Algo fundamental en el mensaje de Efesios es la nueva creación de la familia humana según la intención original de Dios. La nueva creación destruye la visión equivocada de que Dios acepta al judío y rechaza al gentil. Pablo afirma que la muerte sacrificial de Cristo abolió esta distinción. Entonces, ya nada impide que la humanidad se una como pueblo de Dios, con Cristo a la cabeza (1:22-23). El nuevo Cuerpo, la Iglesia, ha recibido poder del Espíritu Santo para experimentar una nueva vida (1:3–2:10) y poner en práctica nuevos principios (4:1–6:9). Para resumir, el énfasis global de Efesios está en la unidad de la Iglesia en Cristo, mediante el poder del Espíritu.
Contribución a la Biblia
Esta carta era probablemente una circular, y Éfeso era la iglesia principal a la que se dirigía. Pablo permaneció allí, en la capital de la provincia de Asia, durante casi tres años (ver Hch. 20:31). Que fuese una circular ayuda a explicar la ausencia de nombres de creyentes efesios. Desde el principio, el apóstol pretendía que alcanzara una audiencia más amplia que la de Éfeso. Después de que los efesios la leyeran, debía ser enviada a Colosas, Laodicea y otras iglesias de aquella región. Al saber que se trataba de una carta del apóstol Pablo, los receptores la aceptaron como parte de la Escritura.
Estructura
La salutación y la estructura de Efesios son bastante similares a las de Colosenses. En ambas cartas, se tratan muchos temas en común, y el mensaje es notablemente parecido. De los 155 versículos de Efesios, más de la mitad contiene expresiones idénticas a las de Colosenses, aunque esta última sea áspera, argumentativa y aparentemente comprimida. Efesios presenta una imagen mayor y acabada, contemplativa, instructiva y comunicativa.
Aunque Efesios y Colosenses contienen muchas similitudes, es importante observar las características distintivas de la primera. Cuando se quita el contenido común de ambas cartas, quedan al menos siete unidades de material único de Efesios.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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