Por Harold S. Songer y E. Ray Clendenen
Designación moderna para ciertas perspectivas religiosas y filosóficas dualistas que existieron antes que se estableciera el cristianismo, y para sistemas específicos de creencias caracterizados por estas ideas que surgieron a partir del siglo II. El término “gnosticismo” deriva de la palabra griega gnosis (conocimiento) debido a que el conocimiento secreto era una doctrina esencial de dicha corriente de pensamiento.
Importancia del gnosticismo
Surgió en escuelas de pensamiento dentro de la iglesia a principios del siglo II y rápidamente se instaló en los principales centros eclesiásticos como una manera de entender el cristianismo. La iglesia se dividió debido a los acalorados debates sobre este tema, y al final del siglo II muchos gnósticos formaron parte de iglesias alternativas separadas o de sistemas de fe heréticos. De esta manera, el gnosticismo se convirtió en una de las mayores amenazas para la iglesia primitiva, cuyos líderes, por ej. Ireneo (que falleció aprox. en el 200), Tertuliano (que falleció aprox. en el 220) e Hipólito (que falleció aprox. En el 236) escribieron profusamente para refutarlo. En el siglo III, la secta de los maniqueos adoptó muchas características del gnosticismo. Incluso en el siglo IV, el maniqueísmo continuó siendo una amenaza herética para la iglesia.
El gnosticismo también es importante para interpretar algunos aspectos del NT. Ireneo registró que una de las razones por las que Juan escribió su Evangelio fue para refutar los puntos de vista de Cerinto, un gnóstico de aquella época. A fin de refutar la aseveración de los gnósticos acerca de que Dios no vino a nuestro mundo, Juan enfatizó en su Evangelio que Jesús era el Hijo de Dios encarnado.
Sectas gnósticas heréticas
Los gnósticos que se separaron o que fueron excomulgados de la iglesia declaraban ser cristianos verdaderos, y los antiguos escritores cristianos que asumieron el compromiso de refutar sus declaraciones constituyen la mayor fuente para obtener descripciones de dichas sectas heréticas. Aunque existían amplias variaciones entre las diferentes sectas gnósticas en cuanto a detalles, había ciertas características comunes a la mayoría: separación del dios de la creación del dios de la redención, división de los cristianos en categorías con diversos niveles de importancia, énfasis en las enseñanzas secretas que solo las personas divinas podían comprender, y exaltación del conocimiento por sobre la fe. La iglesia rechazó tales enseñanzas catalogándolas de herejías, pero muchos continuaron siendo atraídos por diversas manifestaciones de estas ideas.
Generalmente, los gnósticos distinguían entre un dios inferior o “demiurgo”, al que consideraban responsable de la creación, y el dios superior revelado en Jesús como el Redentor. Esta era una creencia lógica para ellos ya que oponían radicalmente la materia al pensamiento. Consideraban que la materia era algo maligno; el pensamiento o conocimiento, que era imperecedero, capaz de revelar a Dios y el único canal de redención, distinguía a las personas de la materia y los animales. Por lo tanto, el gnóstico Marción rechazó el AT y señaló que el dios inferior o subordinado que se revela allí obraba con la materia, insistía en la ley en lugar de la gracia, y era responsable de nuestro mundo en decadencia y cargado de tragedia. Por el contrario, el Dios que se reveló en Jesús y a través de las enseñanzas secretas adicionales era el Dios absoluto y trascendente. Según Marción, no se había encarnado porque el Dios absoluto no podía entrar en la materia maligna. Cristo solo parecía ser humano; no lo era.
Los gnósticos clasificaban a los cristianos en grupos, compuestos por lo general por los espirituales y los carnales. Los cristianos espirituales formaban parte de una clase especial o más elevada que los cristianos comunes porque habían recibido, como escogidos de la buena deidad, un destello divino o una semilla espiritual dentro de su ser que les permitía obtener redención. Los cristianos espirituales eran los verdaderos cristianos que pertenecían al mundo celestial, que era el verdadero. Esta creencia de que los cristianos espirituales no pertenecían a este mundo inspiró a algunos gnósticos a apartarse del mundo a través del ascetismo. Otros sistemas gnósticos se inclinaron hacia el extremo opuesto del antinomianismo (creencia de que la ley moral no es válida para una persona o un grupo). Proclamaban que los cristianos espirituales no eran responsables de lo que hacían y que realmente no podían pecar, porque su existencia carnal no formaba parte del plan de Dios. Por lo tanto, podían hacer lo que quisieran sin temor a ser disciplinados.
Los gnósticos enfatizaban mucho enseñanzas o tradiciones secretas. Este conocimiento secreto no era producto del esfuerzo intelectual sino que provenía de Jesús, el Redentor enviado por la verdadera deidad, ya sea a través de una revelación especial o mediante Sus apóstoles. Los seguidores del gnóstico Valentino alegaban, por ej. que Teodoto, un amigo de Pablo, había sido el medio para transmitir informaciones secretas. El conocimiento secreto era superior a la revelación del NT y un complemento esencial de esta, ya que era lo único que podía despertar o avivar el destello o la semilla divina dentro del escogido. Cuando una persona recibía la gnosis o el conocimiento verdadero, tomaba conciencia de su verdadera identidad con un ser interior divino, era liberado (salvado) del dominio del dios inferior creador, y capacitado para vivir como un hijo verdadero de la deidad superior y absoluta. Para lograr el destino verdadero como hijo de Dios, la persona debía participar de ciertos rituales secretos y, en algunos casos, memorizar la información secreta que lo capacitaba para atravesar la red de poderes de la deidad inferior que procuraba mantener a las personas bajo su dominio. De esta manera, los gnósticos consideraban la salvación en un contexto cósmico más que moral; ser salvo consistía en ser capacitado para retornar al reino de la pureza espiritual con el Dios trascendente.
Los gnósticos pensaban que la fe era inferior al conocimiento; por lo tanto, más que la fe, lo que salvaba a los hijos verdaderos de la deidad absoluta era el conocimiento. Esta característica de los diferentes sistemas fue lo que les dio a los movimientos la designación de gnósticos, conocedores. Sin embargo, es impreciso a qué se refiere concretamente este conocimiento. Para los gnósticos era más una percepción de la existencia personal que resolvía los misterios de la vida, que un compendio de doctrina. El conocimiento a través del cual se obtenía la salvación se podía mejorar mediante participación en rituales o con instrucción, pero finalmente se trataba de un autodescubrimiento que cada gnóstico tenía que experimentar.
Orígenes de los conceptos del gnosticismo
El gnosticismo no habría representado una amenaza para la iglesia primitiva si no hubiese sido tan persuasivo en los primeros siglos de la era cristiana. Por lo tanto, se debe abordar el tema del origen de dichas ideas y las necesidades humanas que satisfacían.
La explicación clásica de por qué surgió el gnosticismo dice que este representa “la helenización radical del cristianismo”. Según este punto de vista, el gnosticismo fue resultado del intento de pensadores cristianos primitivos de hacer que el cristianismo fuera entendible, aceptable y respetable en un mundo que estaba casi completamente influenciado por suposiciones griegas sobre la realidad del mundo.
El punto de vista clásico que considera que las sectas gnósticas heréticas son distorsiones del cristianismo llevadas a cabo por pensamiento helenista, tiene mucha fuerza porque se puede demostrar con facilidad la manera en que los gnósticos utilizaban textos del NT para adaptarlos a sus propósitos. Por ejemplo, en 1 Cor. 3:1-4 Pablo reprende a los cristianos de Corinto porque eran carnales en vez de espirituales. Este texto se podría utilizar fácilmente como fundamento para respaldar la idea helenística sobre la superioridad de ciertas personas dentro de la comunidad cristiana.
Sin embargo, la explicación clásica deja algunos problemas sin resolver. Hay ideas, actitudes y prácticas incorporadas a muchas herejías gnósticas que sin duda están fuera del pensamiento helenístico y pertenecen a una época mucho más temprana que el siglo II d.C. En particular, la meta específica de los gnósticos (retornar a la deidad absoluta más allá de la materia y ser de alguna manera absorbidos en la deidad) pertenece al pensamiento místico precristiano del Cercano Oriente y no fundamentalmente al mundo helenístico.
Aunque se han descartado las conclusiones radicales de algunos eruditos con respecto al gnosticismo precristiano altamente desarrollado, pareciera que muchas ideas, supuestos y percepciones sobre la deidad, la realidad y las relaciones de las personas con los dioses y el mundo se incorporaron a sectas gnósticas a partir de fuentes extra helenísticas. Dos descubrimientos literarios han inspirado e intentado respaldar esta línea de investigación: los Rollos del Mar Muerto y la biblioteca Naghammadi compuesta por numerosos documentos gnósticos.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
IMAGEN MERAMENTE ILUSTRATIVA. Foto por Tanner Mardis, en Unsplash
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