Por Doros Zachariades
Término derivado del latín dispensatio, que se utiliza comúnmente para traducir el término griego oikonomia. Etimológicamente, la palabra griega se refiere al régimen o la administración de un hogar. La forma del verbo oikonomeo significa dirigir, administrar, gobernar o planificar. Según lo observado en Rom. 16:23, donde se menciona a Erasto, el tesorero de la ciudad de Corinto, el término implica responsabilidades financieras. En 1 Cor. 9:17, el término se emplea para describir la administración del ministerio apostólico de Pablo. Por lo tanto, además de la responsabilidad y la administración financiera, oikonomía incluye todo tipo de mayordomía.
En la enseñanza de Jesús, aparece en su famosa parábola del mayordomo astuto (Luc. 16:1-13). En este caso particular, la tarea y el funcionario están íntimamente vinculados. Jesús utilizó ocho veces la palabra oikonomeo o términos semejantes. Las aplicaciones restantes en el NT están en los escritos de Pablo (excepto una de Pedro, 1 Ped. 4:10), lo que da como resultado un total de más de 20 apariciones.
El empleo bíblico de oikonomia revela uso y significado teológicos. En Ef. 3:2 y 3:9 la dispensación se vincula con el misterio de Cristo, que según Pablo es una revelación de Dios. La dispensación es, por lo tanto, un acuerdo en el que Dios asigna responsabilidad a la humanidad. Debido a que se relaciona con Jesucristo, quien no había sido revelado por largo tiempo (3:5), en ese sentido es nueva. Pablo había indicado anteriormente en esa epístola que llegaría una “dispensación del cumplimiento de los tiempos” (1:10; comp. LBLA, NVI), a la que se presenta como un fenómeno futuro. Colosenses 1:25-29 indica que existía un acuerdo dispensacional previo diferente del actual. Esto sugiere que en el pensamiento de Pablo son evidentes por lo menos tres dispensaciones de Dios en Su trato con la humanidad: pasada, presente y futura.
Cuando se las observa a la luz del desarrollo de la revelación (por ej. Juan 1:17; Gál. 3–4), se puede interpretar que las dispensaciones van adquiriendo importancia adicional. Hay un avance de la revelación a medida que se va develando la historia de la salvación. Las diversas épocas incorporan diferentes maneras o dispensaciones (designadas soberanamente) para relacionarse con Dios. Éstas no se deben considerar caminos alternativos de salvación. La salvación es siempre por gracia y solamente por medio de la fe (Rom. 4). La iglesia de esta dispensación tiene la característica distintiva de incluir a judíos y gentiles en una posición de igualdad que no había sido reconocida anteriormente (Ef. 2:11-22). La administración mosaica fue suplantada por completo (Gálatas es particularmente importante en este proceso) tal como había sido profetizado en el AT. En 2 Cor. 3:6, Pablo hace mención de sí mismo y de sus colaboradores como ministros de un nuevo pacto (comp. Luc. 22:20). Las promesas a Israel en Jer. 31:31-34 y Ezeq. 36:22-32 tuvieron cumplimiento inicial y parcial en el ministerio de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Otros aspectos de la historia de la salvación tendrán lugar en el ministerio futuro de Cristo cuando Él vuelva. Por lo tanto, estos planes dispensacionales deben ser considerados teología de revelación progresiva en el tiempo y herramienta hermenéutica para interpretar correctamente las relaciones de Dios con la humanidad.
El dispensacionalismo es un sistema de interpretación bíblica prominente en la iglesia desde el resurgimiento del estudio bíblico a mediados del siglo XIX, aunque sus raíces son anteriores. John Nelson Darby, C. I. Scofield y Lewis Sperry Chafer estuvieron entre los defensores más famosos de un sistema de teología e interpretación que enfatizaba los elementos sobresalientes dentro de las dispensaciones. El énfasis hermenéutico más característico del dispensacionalismo es la diferenciación entre la nación de Israel y la Iglesia. Algunos dispensacionalistas clásicos incluso sostenían que Israel y la Iglesia tenían destinos finales divergentes, el primero en la tierra renovada y la otra en el cielo. En las últimas siete u ocho décadas, esta teología creció en número de seguidores y además tuvo un desarrollo significativo. En las décadas de 1950 y 1960, la forma extrema de la naturaleza dualista del plan eterno de Dios fue de alguna manera flexibilizada, especialmente en los escritos de Charles Ryrie y John Walvoord. En lugar de la enseñanza anterior sobre la tierra permanente o el cumplimiento terrenal de las promesas de Dios a Israel en oposición a las promesas espirituales en el cielo para la iglesia, estos teólogos enseñaron que tanto a los judíos como a los gentiles les esperaba un mismo futuro en unidad soteriológica. Más recientemente ha comenzado la reconciliación entre algunos adherentes al dispensacionalismo y aquellos que comparten la teología no dispensacionalista. Es de particular importancia la comprensión escatológica del NT con su enfoque “ya/todavía no” del cumplimiento de las promesas del AT. El dispensacionalismo progresivo según lo presentan cristianos evangélicos como Craig Blaising, Darrell Bock y Robert Saucy ha surgido como un esfuerzo reciente de afinar el sistema hermenéutico. Este enfoque ha sido criticado por los partidarios de la escuela anterior, aunque ha ganado gran atención. Esta perspectiva reciente está más cerca del pensamiento no dispensacionalista y podría, por lo tanto, servir como puente para unir a los creyentes evangélicos en asuntos bíblicos y teológicos. El dispensacionalismo sigue siendo una fuerza vibrante dentro de las interpretaciones evangélicas de la Biblia.
Artículo extraído del Diccionario Bíblico Ilustrado Holman.
Foto por Dan Kiefer, en Unsplash
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