¿Cómo se conforma la Biblia?
Con el trasfondo de las Escrituras de la TNK del pueblo de Israel, nace el Nuevo Testamento con cuatro evangelios, un libro histórico, trece cartas de Pablo, ocho cartas Universales y un libro de Revelaciones, haciendo un total de 27 libros.
Los evangelios fueron escritos por dos discípulos, Mateo y Juan, y dos seguidores de los discípulos de Jesús, Marcos y Lucas. El libro de Hechos de los Apóstoles fue escrito por Lucas, a quien se considera discípulo de Pablo.
Pablo escribió a ciudades importantes, tales como, Roma, Corinto, a la región de Galacia y otras ciudades como: Éfeso, Filipos, Colosas, Tesalónica; además, también escribió a personas cercanas: Timoteo, Tito y Filemón.
Las cartas Universales: Hebreos, Santiago, 1a. y 2a. Pedro, 1a., 2a. y 3a. Juan y Judas. Todas identificadas por el nombre del autor, a excepción de Hebreos, llamada la “Carta Sermónica” que, por su contenido, tiene como posibles autores a: Pablo, Bernabé, Apolos, Lucas, Silas, Felipe, Priscila, y el libro de Revelaciones o Apocalipsis, de Juan.
El canon, como lo conocemos, llevó aproximadamente para su conformación unos 150 años, pasando por tres etapas: la primera etapa, conocida como La apostólica, que incluye la tradición oral y las palabras de Jesús, pasando por la predicación de los apóstoles: enseñanza, culto y apologética.
La segunda etapa, conocida como Pre-canónica, durante la expansión de la Iglesia Cristiana entre las comunidades griegas y latinas.
La tercera etapa, es La canónica, donde los padres apostólicos o discípulos de los apóstoles, enseñaron con estos escritos, comprobando que eran lo que se enseñaba en otras comunidades cristianas.
Los primeros escritos de la era cristiana, que contenían las enseñanzas de Jesús y el testimonio de los apóstoles durante las persecuciones fueron, el evangelio de Marcos, conocido también como el testimonio de Pedro, escrito en Roma entre el año 65 al 67 d.C., el primer escrito del apóstol Pablo, que fue dirigido a la Iglesia de Tesalónica en el año 52 d.C. y el último a Timoteo, en el año 66 al 67d.C.
Todos estos escritos forman parte de colecciones de libros que, en los primeros siglos, se fueron consolidando en el canon. En el siglo II, los Padres de la Iglesia, tuvieron que seleccionar entre otras colecciones de escritos los libros que debían formar parte del canon, todo esto, en medio de la persecución, y defender los libros que debían ser preservados como los conocemos hoy.
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