Introducción
El libro de Josué lleva el nombre del israelita más famoso que vivió en la generación posterior a la muerte de Moisés. Describe la historia de la generación de Israel que cruzó el Río Jordán y entró a la tierra prometida de Canaán. Sus batallas y su fidelidad se encuentran entre las más grandes historias de fe del AT. Josué lideró al pueblo de Dios en la derrota sobre sus adversarios. Luego, supervisó la división de la tierra entre las tribus. Y por último, renovó el pacto entre el pueblo y Dios.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: La Biblia no identifica al autor del libro de Josué, por eso, este permanece anónimo. Si Josué no fue el escritor original del libro que Lleva su nombre, cabe suponer que lo recopiló alguien que conocía a este líder y sus proezas. Existen numerosas referencias en este libro que sugieren que su recopilación final ocurrió luego de su muerte. Entre ellas, la muerte de Josué y la descripción de monumentos o nombres que, como dice, permanecen «hasta hoy» (4:9; 5:9; 6:25; 7:26; 8:28-29; 10:27; 13:13; 14:14; 15:63; 16:10; 22:17; 23:8).
Contexto histórico: Los sucesos narrados en el libro de Josué se producen en el período inmediatamente posterior a la muerte de Moisés. Era una nueva generación, no la que había salido de Egipto. Por lo tanto, la historia de Josué tiene lugar cuando la nación de Israel aparece por primera vez en la tierra al oeste del Río Jordán: la tierra que llevaría el nombre de este pueblo. En 1 Reyes 6:1 se nos dice que el éxodo se produjo 480 años antes del cuarto año del reinado de Salomón (966 a.C.). En Jueces 11:26, Jefté indica que Israel había vivido en las regiones de Palestina durante 300 años. Jefté vivió alrededor del 1100 a.C., por lo cual el final del viaje por el desierto y el comienzo de la conquista tuvieron lugar alrededor del 1400 a.C.
Mensaje y propósito
Nombramiento de un nuevo líder: El capítulo 1 establece que Dios designó a Josué como líder y sucesor de Moisés. Dios le habló directamente y le prometió Su divina presencia (Jos. 1:3-5) y la tierra que le había prometido a Moisés (Dt. 34:4). El mandamiento a ser fuerte y valiente (1:6,7,9) define su misión. El cruce milagroso del Río Jordán fue el medio que Dios usó para exaltar al nuevo líder ante los ojos de todo Israel (4:14).
La guerra santa: El liderazgo militar de Josué se repite en los primeros doce capítulos del libro. Sus dimensiones teológicas generan preguntas sobre el exterminio de los pueblos de aquella tierra. ¿Cómo es posible que un Dios de amor permitiera semejante genocidio? Se puede apelar a la soberanía de Dios y a Su juicio. Otra explicación se concentra en las excepciones de la familia de Rahab y de los gabaonitas, que escaparon de la ira divina a través de su confesión de fe en el Dios de Israel (2:8-13; 9:9-10,24-25).
La tierra como herencia: La adjudicación de la tierra por parte de Josué en los capítulos 13–21 continuó el proceso que ya había comenzado Moisés en Transjordania. Como Dios le daba a Su pueblo esta tierra como herencia, la porción de cada tribu adquirió la importancia del pacto. Esta herencia de tierras constituyó la riqueza material de las familias de Israel.
El pacto entre Dios e Israel: La creación de un pacto con la supervisión de Josué domina el libro. Se detalla explícitamente en 8:30-35 y 24:1-28. En ambas secciones, el liderazgo de Josué establece a Israel en una estrecha relación con Dios. La gracia divina le permitió a la nación ocupar su tierra y adorarlo solo a Él. La circuncisión, la celebración de la Pascua en el capítulo 5 y el rol teológico de la adjudicación de tierras como parte de la herencia del pacto de Dios con Israel sugieren que el cumplimiento de dicho pacto forma parte integral del libro.
Dios santo y libertador: El carácter de Dios es evidente en todo el libro, en especial referido a Su santidad y Sus acciones salvadoras. La santidad divina se muestra en las ceremonias donde Dios separa a Israel de las otras naciones (4:19-24; 5:1-3,13-15; 22:26-27; 24:26-27). Las acciones salvadoras de Dios están claramente representadas en las victorias militares del pueblo.
Contribución a la Biblia
Así como el liderazgo de Josué comienza con la muerte de Moisés, su libro continúa y completa Deuteronomio, que proporciona los medios para que la nueva generación de israelitas renueve su pacto con Dios. El libro de Josué revela los medios que usó Dios para cumplir Su parte del pacto. Él les dio victorias, pero cada una requería un paso de fe. La provisión de Dios para Su pueblo como líder y guía fue testimonio para generaciones posteriores del liderazgo que Él legaba a Israel, y el amoroso regalo de la tierra mostró cómo el fiel cumplimiento del pacto por parte del pueblo podía resultar en abundante bendición.
Estructura
El libro de Josué debe considerarse una cesión de tierras similar a las cesiones de tierras y los feudos del antiguo Cercano Oriente. El señor feudal, en este caso el Dios de Israel, le dio a Su pueblo la tierra. La concesión de esta se divide en tres partes principales. Primero, hay una revisión de la historia y de los acontecimientos que desembocaron en el regalo de la tierra. Esto sucede en el capítulo 1 junto con la narración de lo que llevó a Josué a este punto: la muerte de Moisés. Los capítulos 2–5 detallan la preparación para poseer el regalo de la tierra. Los capítulos 6–12 describen las batallas que se libraron y precedieron a la posesión de la tierra. La segunda sección considera la distribución de los territorios entre las tribus y las familias de Israel. Los numerosos nombres específicos y las ciudades proporcionan detalles particulares que confirman la autenticidad del cumplimiento de la promesa de Dios a Su pueblo. La tercera sección es una renovación del pacto. Aquí, los temas clave son las estipulaciones del pacto que requieren exclusiva lealtad a Dios (24:14-15) y la respuesta del pueblo que accede a cumplir estas demandas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Parker Hilton, en Unsplash
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