Introducción
Ester es un libro singular. Es el único libro de la Biblia que nunca menciona a Dios, aunque Su presencia está implícita en la alusión de Mardoqueo a la providencia divina (4:14). Por momentos, el libro parece bastante secular, e históricamente, esto ha despertado preguntas respecto a su lugar en el canon de la sinagoga y de la iglesia. Ester está estrechamente ligado a sucesos históricos específicos, pero además es una gran obra literaria, con una narrativa que presenta todas las características necesarias para convertirse en una gran historia. Es un libro cuyos propósitos no siempre son explícitos, pero derivan de la historia en su totalidad.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Como la mayoría de los libros del AT, el autor es desconocido. En el Talmud judío, se sugiere que los miembros de la Gran Sinagoga lo escribieron. Sin embargo, es difícil imaginar a este prestigioso grupo de eruditos religiosos escribiendo un libro que menciona 190 veces al rey de Persia, pero ninguna vez a Dios. Muchos escritores antiguos, tanto judíos como cristianos, sugirieron a Mardoqueo como autor.
Contexto histórico: La historia de Ester está arraigada en la situación histórica del rey Jerjes (Asuero), quien gobernó Persia desde el 486 al 465 a.C. Los eruditos de la alta crítica de mediados del siglo XX tendían a asignarle una fecha posterior al libro, incluso en el siglo II a.C. Sin embargo, la mayoría ahora sostiene una fecha más temprana. El descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en 1947 mostró que el hebreo del libro de Ester era muy diferente al del siglo I a.C. Además, no hay palabras griegas en el texto, lo cual sugiere que se escribió antes de que la conquista de Alejandro Magno (aprox. 333 a.C.) convirtiera al griego en el lenguaje de la región. Es muy probable que el libro se haya escrito en el siglo IV a.C.
Ester tiene todos los indicios de ser una narración histórica. Por esto, las supuestas anomalías históricas del texto representan un problema para muchos intérpretes en la aceptación de la historicidad del relato. Aunque es una pena que no exista confirmación extra-bíblica de los principales personajes de la historia (Ester, Amán, Mardoqueo), deben tenerse en cuenta varios aspectos.
Primero, existen pocos registros persas del reinado de Jerjes. Por tanto, se conocen muy pocas figuras históricas de este período. Además, los escritores griegos, en especial Heródoto, escribían su historia particularmente en lo relacionado a los griegos, no como historiadores de la corte persa; por lo tanto, su material es selectivo y puede haber dejado muchas figuras importantes sin mencionar. Segundo, la ausencia de pruebas extra bíblicas no significa que esta gente no haya existido. Tercero, aunque no existe confirmación extra bíblica positiva de estos individuos, aparecen en un relato que hasta los críticos más fervorosos reconocen como notablemente preciso en su descripción de la era persa.
Mensaje y propósito
El mensaje fundamental del libro de Ester es llamar a todos los judíos a celebrar el Purim. Los propósitos de Ester pueden dividirse en dos tipos: aquellos que pertenecen a la audiencia original del libro durante el período persa, y con mayor amplitud, los fines teológicos que trascienden a los lectores originales.
Esperanza: Para el pueblo judío esparcido por el Imperio persa, el libro de Ester era una historia de aliento y esperanza. Proporcionaba un modelo de cómo el pueblo judío no solo podía sobrevivir, sino también prosperar en un entorno gentil. Mostraba cómo podían ocupar efectivamente puestos de alta responsabilidad manteniendo su identidad judía y su compromiso con el Dios de Israel. Expresaba cómo los líderes judíos podían ser de bendición a sus gobernantes y vecinos gentiles, y a la gente que estaba lejos de la tierra de sus antepasados; les demostraba que el Dios de Israel todavía podía redimir a Su pueblo de la opresión, estuviera en Egipto, en Israel o en Persia.
La providencia divina: Es improbable que la omisión del nombre de Dios sea accidental. Lleva al lector a meditar en la obra de Dios, evidente aunque invisible, en la historia de liberación y redención que se desarrolla. Esto es apropiado ya que los judíos en el exilio se hubieran sentido tentados a concluir que la falta de pruebas de la manifestación de Dios era evidencia de Su ausencia. El libro de Ester revierte esta idea al describir la providencia de Dios, que tenía control sobre los sucesos en tierras extrañas durante el exilio.
Los instrumentos inesperados de Dios: Parte del misterio de la providencia de Dios en el libro es cómo usa a personas tan inesperadas para colaborar en el cumplimiento de Sus planes. ¿Quién hubiera imaginado que una joven judía llamada Hadasa (Ester), huérfana, terminaría siendo reina del imperio más grande que el mundo jamás haya conocido? ¿Quién sino Dios hubiera podido revertir los hechos de un modo tan poderoso a través de la «debilidad» de una joven mujer?
Contribución a la Biblia
Sin mencionar a Dios directamente, el libro de Ester destaca Su providencia. La promesa que les había dado a los judíos de un gobernante eterno seguía en pie, aun frente a la amenaza de la aniquilación. Ester nos muestra que muchos judíos permanecieron fieles a su Dios incluso en el exilio. Mantuvieron su identidad como pueblo de Dios a través de las sinagogas que surgieron como centros de la comunidad judía donde se establecían. Posteriormente, las sinagogas tendrían un papel significativo, a medida que el evangelio se esparcía por todo el Imperio romano, como sitios naturales donde comenzó a correr la buena nueva en las ciudades que visitaban los apóstoles (por ej., Hch. 9:20; 17:1-2; 18:19; 19:8).
Estructura
Como Esdras-Nehemías, Ester muestra la creciente influencia del arameo en su gramática y vocabulario, como también la presencia de muchas palabras persas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por ali mousavi, en Unsplash
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