«¡La voz de mi amado! He aquí él viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados. Mi amado es
semejante al corzo, o al cervatillo…» (2:8-9).
Introducción
El Cantar de los Cantares celebra el amor entre Salomón y su desposada, la sulamita (6:13). El apasionamiento del noviazgo, la belleza de la noche de bodas, la sexualidad de la primera noche y de las subsiguientes, así como la tierna amistad entre los amantes convierten este libro en una celebración del romance y de la sensualidad matrimonial según el plan de Dios.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Cantares atribuye la autoría a Salomón ya desde el primer versículo, que da el nombre al libro: «Cantar de los cantares, el cual es de Salomón» (1:1).
Aunque la iglesia nunca lo puso en duda, los críticos modernos plantean objeciones a este supuesto. Primero, afirman que el título no es original, sino que fue añadido por alguien que deseaba atribuirle la obra al famoso Salomón. Sin embargo, no hay ninguna evidencia que apoye esta afirmación. Además, la estructura del libro sugiere que el título forma parte integral de la composición del libro. Al igual que otros escritores bíblicos, el autor estructura el contenido mediante el uso reiterado de ciertos números, como el tres, el siete y el diez. Por ejemplo, el autor designa siete secciones (ver más abajo), un elogio que consta de siete cualidades (4:1-5), dos elogios que describen diez aspectos (5:10-16; 7:1-5), y diez referencias a la palabra abstracta «amor» (2:4-5,7; 3:5; 5:8; 7:6; 8:4,6-7). Además del título (1:1), el nombre de Salomón aparece en otros seis lugares (1:5; 3:7,9,11; 8:11-12). El nombre aparece exactamente siete veces y tiene un equilibrio simétrico dentro de las secciones de Cantares: dos veces en la primera sección, equilibradas con otras dos en la última, y tres en la central. Así, el título se integra ingeniosamente con el poema. No solo se adapta a su aliteración melódica y métrica, sino que completa las siete referencias a «Salomón» y crea un equilibrio artístico a lo largo del libro. Por cierto, las diez veces que aparece «amor» se unen a las siete de «Salomón» para mostrar el tema y el autor de Cantares. Lejos de ser un añadido posterior, el título parece original y constituye el primer versículo.
Otra objeción a la autoría de Salomón suele surgir debido a su célebre posesión de 700 esposas y 300 concubinas (1 R. 11:3). ¿Cómo pudo un hombre así escribir un poema sobre la devoción a una mujer? Solo pudo haberlo hecho porque la gracia tocó su corazón. En este sentido, prefiguró a otros escritores bíblicos que, de no ser por la gracia de Dios y Su llamado, hubieran sido los menos indicados para redactar la Escritura. Por ejemplo, Pablo, el gran apóstol, escribió con suma elocuencia sobre la gracia y sobre su indignidad (por ej., 1 Ti. 1:12-16). Salomón era un hombre sumido en el poder y el placer, pero Dios le abrió los ojos al verdadero amor. También fue el autor de Proverbios. Así como no siempre siguió los preceptos que plasmó en ese libro, sí compuso un gran cántico de amor, a pesar de no vivir permanentemente conforme a sus ideales.
Contexto histórico: Una razón histórica convincente para fechar Cantares en la época de Salomón es su paralelo literario más cercano: las canciones de amor egipcias. Nadie duda de su origen anterior o contemporáneo a la época de Salomón, y constituyen sin duda su paralelo literario más cercano.
Mensaje y propósito
El tema central del Cantar de los Cantares es la celebración de la bondad y la hermosura del amor romántico. Los ideales románticos del libro son tan cautivadores como sus metáforas: intimidad emocional, comunicación sensible, sexualidad placentera, compañerismo profundo, una perspectiva común, disposición para perdonar, respeto, integridad, seguridad, devoción amorosa durante las crudas temporadas invernales y la renovación del amor con la llegada de la nueva primavera.
Como Cantares describe un amor perfecto, es natural que el escritor lo compare al amor de Dios hacia Israel. El amor de Salomón es semejante al amor de Dios por Su pueblo, y el amor de la sulamita refleja la respuesta de ese pueblo a Dios. Así como más adelante el NT nos enseña que el amor de un hombre por su esposa debe emular el de Cristo por Su esposa (Ef. 5:22-23), la canción de Salomón muestra el modelo de matrimonio según el amor divino.
Como Cantares describe el amor ideal al reflejar el amor de Dios hacia Israel, la devoción entre sus protagonistas también refleja el sentimiento ideal que Él planeó para el matrimonio. Vemos un retorno al paraíso en este cortejo que florece en la libertad y la belleza de la naturaleza (1:15-2:3; 2:8-14), en una noche de bodas consumada con alusiones a aquel huerto (4:12-5:1) y en un matrimonio que se deleita en una cándida relación sexual (4:1-5:1; 7:1-8:3).
El último elogio de Cantares al amor resume todo esto (8:5-7). Las llamas del amor son como el fuego del Señor. En Génesis, Dios impuso Su autoridad sobre las aguas y el caos para crear los cielos y la tierra, y creó a Adán y a Eva para que en su unión reflejaran Su amor.
En Éxodo, Dios dominó las aguas tenebrosas del Mar Rojo para establecer una nueva nación para Su pueblo. El amor de Dios es como fuego (Dt. 4:24; 32:21-22),y el amor de Salomón y la sulamita recupera la inocencia de Adán y Eva, y refleja el amor del Señor por Israel. Por tanto, Cantares compara el poder del amor romántico con el fuego eterno de Dios que ni las muchas aguas ni los ríos podrán apagar.
Contribución a la Biblia
Una balada de amor nos inspira con su gracia y crea en nosotros el deseo de alcanzar su belleza. Como una encantadora canción de amor, Cantares inspira la búsqueda del amor que describe. Este deleite romántico no es un moderno cuento de hadas ni una fantasía del pasado, sino que refleja el deseo de Dios de formar en nosotros un amor puro y ferviente. Descubrimos la dicha del amor matrimonial, reflejo del amor más grande que los creyentes experimentan como esposa de Cristo. Las metáforas de este libro nos hablan del amor romántico, pero también nos ayudan a aguardar la consumación de nuestra relación con Cristo cuando regrese por Su esposa.
Estructura
Cantares es un poema cuyos componentes forman un quiasmo. Se trata de un recurso que presenta en orden inverso los elementos de dos secuencias. El quiasmo tiene la siguiente estructura:
A
B
C
B’
A’
en la que A y A’ se corresponden y donde el elemento central, C, transmite el tema principal del poema. El bosquejo siguiente muestra la estructura de Cantares. El autor quiso enfatizar los elementos centrales de dicha estructura, el día y la noche de la boda (IV Sección D). Cuando Dios inspiró a Salomón para escribir este poema, dio Su aprobación divina al amor romántico.
El texto hebreo distingue a los protagonistas mediante un cambio de género gramatical y de número. Los discursos de los hablantes están separados por una línea en blanco.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Pieter van Noorden, en Unsplash
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