Introducción
Amós es el primero de una lista de cuatro profetas del siglo VIII a.C., que también incluye a Oseas, Isaías y Miqueas. Al igual que Oseas, Amós desarrolló su ministerio en Israel, a pesar de ser de Judá. Fue un laico que no se consideraba profeta profesional (7:14-15). Por medio de palabras y visiones, predicó en contra de las instituciones religiosas superficiales de su tiempo.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Amós era un pastor de Tecoa, pueblo ubicado a unos 16 km (10 millas) al sur de Jerusalén. Dios lo llamó, probablemente alrededor del 760 a.C., y le dijo que fuera al norte a profetizar contra Samaria y el reino de Israel. No sabemos cuánto estuvo allí, pero aparentemente fue bastante poco. Provocó gran oposición y enojo, tal como lo demuestra su encuentro con Amasías, sacerdote de Bet-el (7:10-17). Al parecer, escribió su libro, un resumen de sus profecías, después de regresar a Judá, probablemente con la ayuda de un escriba.
Contexto histórico: Amós profetizó durante los reinados de Uzías de Judá (792-740 a.C.) y Jeroboam II de Israel (793-753 a.C.). Fue una época de gran prosperidad y éxito militar para ambas naciones, ya que todos sus enemigos tradicionales estaban debilitados. Samaria, la capital de Israel, disfrutaba de una enorme riqueza y de lujos.
Al mismo tiempo, décadas de lucha contra Damasco habían dejado a la población exhausta. Muchos agricultores se habían empobrecido. Los vecinos más ricos, en especial la aristocracia, habían facilitado préstamos que los pobres no pudieron pagar, por lo que habían convertido a los deudores en esclavos y se habían apoderado de sus tierras. Los líderes de la sociedad consideraban que no había razón para temer el futuro. La ciudad tenía muros altos y ciudadelas fortificadas, y el ejército iba de victoria en victoria. Eran el pueblo elegido de Dios y se consideraban inmunes al juicio.
Mensaje y propósito
Varias enseñanzas clave conforman el mensaje de Amós.
1. Dios es imparcial y justo, y juzga a cada nación apropiadamente. Ni judíos ni gentiles están exentos del juicio divino. Él castiga a los gentiles por ofensas morales que hoy llamaríamos «crímenes contra la humanidad», mientras que juzga a los judíos conforme a las exigencias de la ley mosaica (ver 1:3–2:3; comp. 2:4-5).
2. Dios odia el orgullo humano, en especial, cuando se manifiesta a través de la confianza en el poder militar, la riqueza y la indiferencia hacia los demás (6:1-8).
3. Dios es especialmente duro con cualquiera que engaña al pobre o abusa de él (8:4-6).
4. A Dios no le impresionan los cultos de adoración con música y celebración si las personas tienen un corazón impenitente (4:4-5; 5:21-24).
5. Los líderes religiosos que se oponen a la verdadera obra de Dios están sujetos a un juicio especial (7:10-17).
6. Las personas cegadas por la seguridad de poseer una condición especial ante Dios suponen que no tienen razón para temer el juicio divino, pero están totalmente equivocadas (5:18-20).
7. Cuando los problemas empiezan a acumularse contra una nación, el pueblo debe considerar que se trata de una advertencia de Dios y arrepentirse antes de que sea demasiado tarde (4:6-12).
8. Incluso después de la sentencia, cuando parece que se ha perdido toda esperanza (9:1-4), Dios puede traer redención y salvación (9:13-15).
9. La esperanza de Israel (y de la humanidad) está en la descendencia de David, la cual Dios levantará para establecer Su reino (9:11-12). Ahora sabemos que esta esperanza se cumplió en Jesucristo, descendiente de David.
Contribución a la Biblia
Amós nos recuerda la soberanía de Dios en Su relación con Su pueblo. Dios enviaría Su juicio, lo cual efectivamente ocurrió. El énfasis de Amós en el Día del Señor tuvo implicaciones para sus contemporáneos, pero también recuerda al lector moderno el día que destaca el NT: cuando Cristo regrese.
Estructura
Después del sobrescrito (1:1), el libro de Amós se divide en siete partes. La primera, la introducción, es solo un versículo (1:2), seguido por seis divisiones principales: 1:3–2:16; 3:1-15; 4:1-13; 5:1–6:14; 7:1–8:3; 8:4–9:15. Sorprendentemente, las fórmulas de expresión divina (declaraciones como «así ha dicho Jehová», «ha hablado Jehová» y «dice Jehová») se distribuyen de manera uniforme en estas secciones. Amós 1:3–2:16 tiene 14 fórmulas, y cada una de las secciones siguientes tiene 7, lo que suma un total de 49. La estructura básica y el contenido de cada sección se describen en las notas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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