El famoso Arco de Galerio en Tesalónica, construido en el 305 d.C. para celebrar la victoria del emperador del
mismo nombre sobre los persas en el 297 d.C. Está situado junto a la Via Egnatia, una de las famosas carreteras
romanas utilizadas por Pablo en sus viajes para extender el evangelio.
Introducción
Aunque Pablo pasó relativamente poco tiempo en la ciudad de Tesalónica, pudo establecer una iglesia durante su estancia allí. Es posible que el tiempo para instruir a los nuevos conversos haya sido escaso, así que no sorprende que les escribiera una carta para tratar algunos asuntos.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Pocas objeciones se han presentado que discutan la autoría de Pablo de 1 Tesalonicenses (1:1). La salutación también menciona a Silvano y a Timoteo. Algunas veces, Pablo escribía desde la perspectiva del equipo, pero él era el autor principal (2:18; 3:2).
Contexto histórico: Alrededor del 50 d.C., el equipo misionero liderado por Pablo y Silas abandonó Filipos y viajó hacia el oeste por el camino romano conocido como la Via Egnatia. Se dirigieron hacia la capital estratégica de la provincia romana de Macedonia: Tesalónica.
Esta capital se trataba de una gran ciudad portuaria sobre el Mar Egeo en la Grecia actual, con aproximadamente unos 200.000 habitantes. Estaba llena de adoradores de ídolos paganos, el panteón completo de dioses griegos y romanos, y era famosa por su culto al emperador. Tesalónica era leal al César, quien había concedido muchos privilegios a sus ciudadanos.
Como de costumbre, Pablo buscó la sinagoga judía local y empezó a enseñar allí. Dedicó tres días de reposo a razonar con los judíos sobre la Escritura. Explicó y demostró que el Mesías prometido había tenido que sufrir y resucitar de los muertos. Tras su exposición sobre la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, afirmó con valentía: «… Jesús, a quien yo os anuncio […] es el Cristo» (Hch. 17:3). Algunos judíos creyeron, también griegos piadosos que adoraban en la sinagoga y algunas mujeres nobles. Todos ellos se unieron a Pablo y a Silas, y nació la iglesia de Tesalónica.
Los judíos incrédulos de aquella ciudad sintieron celos de lo que Pablo y Silas habían hecho. Incitaron al pueblo y atacaron la casa de Jasón donde se alojaba el equipo misionero. Su intención era arrastrar a Pablo y a Silas fuera de la casa, pero solamente encontraron allí a Jasón y a algunos nuevos conversos, a quienes sacaron y llevaron ante las autoridades de la ciudad. Para evitar más disturbios, los gobernantes los obligaron a pagar una fianza para que no se volviese a repetir un escándalo semejante. Aquella misma noche, los creyentes tesalonicenses enviaron a Pablo y a Silas a Berea, donde pudieron continuar con su ministerio (Hch. 17:1-9).
Pablo fue desde Berea hacia Atenas. Quería volver a ver a los tesalonicenses. Cuando ya no podía soportar la separación, envió a Timoteo para que exhortara a los creyentes de Tesalónica (1 Ts. 3:2), y este regresó con un informe alentador (3:6). Pablo les escribió desde Corinto en respuesta a lo que Timoteo había contado. La correlación entre una inscripción fechada que menciona el nombre de Galión, procónsul de Acaya (Hch. 18:12), y la visita de Pablo a Corinto permiten afirmar con toda fiabilidad que 1 Tesalonicenses se escribió alrededor del 50 o el 51 d.C. Esto la convertiría en la primera carta de Pablo, con la posible excepción de Gálatas.
Mensaje y propósito
Timoteo hizo saber a Pablo que, aunque la iglesia de Tesalónica estaba sufriendo aflicciones, se aferraba a la fe. Aunque existían pequeñas confusiones doctrinales, trabajaban por amor para el Señor y esperaban con paciencia el regreso de Cristo. Pablo escribió para alentar a los creyentes en su fe, recordarles que la santificación era la voluntad de Dios para ellos y corregir las equivocaciones en cuanto a los acontecimientos del final de los tiempos. En 1 Tesalonicenses, encontramos cuatro temas principales.
La forma en que Pablo desarrolla su ministerio: transmite la palabra de Dios y comparte su propia vida (2:8). El evangelio no solo llegaba de palabra, sino también en poder y hechos. La motivación de Pablo era agradar a Dios (2:4; 4:1) y expresar su preocupación por el bienestar de los tesalonicenses(2:8). Su mensaje no procedía de error, impureza ni engaño, sino de integridad y verdad (2:3,10). Pablo tampoco utilizó el ministerio para encubrir avaricia (2:5), sino que trabajó para cubrir sus necesidades materiales (2:9).
La persecución: La iglesia tesalonicense se fundó en medio de la persecución. Por eso, Pablo tuvo que abandonar la ciudad, y la congregación siguió adelante (1:6; 2:14-15). Él alentó a los creyentes para que no se inquietaran por aquellas tribulaciones, ya que, con toda seguridad, los cristianos tienen que sufrir (3:3-4).
La santificación: La salvación no acaba cuando una persona cree en Cristo y recibe el perdón de los pecados. En 3:13, Pablo ora para que el corazón de los creyentes tesalonicenses se afirme, y sean irreprensibles en santidad delante de Dios. Señala que la voluntad de Dios para ellos es que se abstengan de la inmoralidad sexual y se amen los unos a los otros (4:1-12). Utiliza su ejemplo en el trabajo para exhortarlos a que hagan lo mismo y no dependan innecesariamente de nadie (4:10-12; 5:14).
La segunda venida de Cristo: En cada capítulo de 1 Tesalonicenses, se menciona el regreso de Jesús. Se señalan actitudes específicas, acontecimientos y exhortaciones relacionados con el «día del Señor», con la seguridad de que los cristianos no están destinados a la ira de Dios (5:9).
Contribución a la Biblia
Primera Tesalonicenses contribuye a que comprendamos la segunda venida de Cristo. Pablo escribe para corregir algunas confusiones sobre esta doctrina y, al hacerlo, nos muestra que Su regreso nos da una esperanza verdadera. Primera Tesalonicenses y 1 Corintios (cap. 15) son los únicos libros que mencionan en forma explícita que los cristianos que aún estén vivos cuando Cristo vuelva serán transformados y se encontrarán con Él en el aire, sin morir.
Estructura
Primera Tesalonicenses sigue el formato estándar de las cartas del siglo I: salutación (1:1), agradecimiento (1:2-4), cuerpo (1:5–5:22) y despedida (5:23- 28). El cuerpo de la carta no sigue la estructura típica de Pablo, que presenta la doctrina primero y continúa con la exhortación práctica basada en ella. En cambio, 1 Tesalonicenses alterna una y otra vez ambas cosas.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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