Hemos venido hablando de la comprensión del texto en español, para ello hemos tomado la porción de (Hch.8.26-40), con un valor histórico muy significativo para la evangelización y el evangelio. Hemos considerado a Felipe, el etíope y los escritos de Isaías como el profeta del evangelio, pero el texto original era en hebreo, el cual fue traducido al griego y nosotros lo leemos en español, ¿cómo fue posible esto?
Probablemente muchos de nosotros no empezamos leyendo la Biblia en los idiomas originales hebreo o griego. Es decir, todos hemos leído en nuestro contexto latinoamericano, la versión de la Biblia llamada Reina Valera 1960. Los tipos de traducciones pueden clasificarse: a unas por su traducción literal (palabra por palabra) a otras por su traducción más funcional (dinámica). Igualmente, lo entendemos al ver la traducción de muy literal a indebidamente libre.
Estos dos extremos, se diluyen en la actualidad en traducciones que llevan el significado de las palabras al del pensamiento en el fondo del escrito, eso es para muchas diferentes versiones y ediciones de Biblias en español, para que sea su contenido accesible. Para los primeros siglos del cristianismo, los manuscritos se encontraban principalmente en hebreo para el Antiguo Testamento, y en griego para el Nuevo Testamento.
Ya el siglo IV la primera traducción de ambos idiomas se hizo al latín, se le conoce como la Vulgata Latina, realizada por Jerónimo de Estridón. Sin embargo, la primera traducción al castellano del Nuevo Testamento fue realizada en el año 1,543 por Francisco de Enzinas y un contemporáneo, hizo lo mismo siempre al castellano del Nuevo Testamento en el año 1,556 llamado Juan Pérez de Pineda. Pero a quién recordamos por su obra monumental al castellano, conocida como la “Biblia del Oso” del año 1,569, es a Casiodoro de Reina, quien utilizó para su traducción el Texto Masorético, de la Tradición del pueblo judío, para el Antiguo Testamento y el Textus Receptus, una obra de Erasmo de Rotterdam para el Nuevo Testamento.
Esta Biblia a los 30 años, tuvo su primera versión revisada en 1,602 por Cipriano de Valera, a partir de aquí veremos las versiones revisadas modernas de Reina-Valera desde 1,893, 1,909 y 1,960. Esta última, la conocida como RV1960 pasará a ser considerada por muchos, y por muchos años, una versión muy querida por la iglesia protestante en América Latina, se la llamada incluso la “Biblia Evangélica” asumiendo que, por su valor, muchos la han idealizado como si hubiera “descendió del cielo”. En adelante todas las versiones seguirán en un trabajo de revisión constante como parte de un equipo multidisciplinario, como el que se realizó con la versión Reina Valera Actualizada de 1,982 (parcial), y 1,989 (total), y luego que el trabajo estuvo completo, siguió con revisiones en 1,999, 2,006 y el 2,015.
Este artículo continuará…
Leave a Reply