
Por W. Flint
Los Rollos del Mar Muerto son unos manuscritos antiguos que se encontraron en varios sitios cerca de la costa occidental del Mar Muerto. El más importante estaba cerca de Qumrán, donde de 1946 a 1956 se descubrieron once cuevas que contenían rollos o artefactos. También fueron notables los descubrimientos en Murabba’at (1951), Nahal Hever (1951 o 1952), Wadi Seiyal (1951 o 1952) y Masada (1963-1965). El profesor W. F. Albright, el principal arqueólogo de Estados Unidos, describió los rollos como «el hallazgo arqueológico más importante de los tiempos modernos».
En las cuevas de Qumrán se descubrieron al menos 941 rollos (715 en la cueva 4). Fueron fechados de manera paleográfica y mediante la técnica del radiocarbono en un período comprendido entre aproximadamente el 250 a.C. y el 68 d.C., cuando el emplazamiento fue destruido por los romanos. La biblioteca de Qumrán se divide en dos categorías básicas: 240 rollos bíblicos y 701 rollos no bíblicos. Estos últimos pueden dividirse a su vez en rollos apócrifos (como Tobías), rollos sectarios (como la Regla de la comunidad) y rollos pseudoepigráficos (como la Oración de Nabónido).
La mayoría de los eruditos coinciden en que los rollos sectarios fueron redactados por un grupo de esenios que se había asentado en Qumrán. Las teorías que contradicen esto pueden descartarse debido a su falta de fundamento firme.
Cinco razones de la importancia de los Rollos del Mar Muerto
Los rollos fueron descubiertos y copiados en Palestina (Israel). De hecho, son virtualmente los únicos manuscritos que sobreviven del período del segundo templo (que terminó en el 70 d.C.). Incluso es posible —aunque no probable— que Jesús o algunos de Sus seguidores hayan utilizado alguno de estos manuscritos antes de que se llevaran a Qumrán.
Los manuscritos fueron redactados en los tres idiomas de la Escritura. De los 240 rollos bíblicos de Qumrán, 235 están escritos en hebreo, y 5 en griego; y de los 701 rollos no bíblicos, 548 están en hebreo, 137 en arameo, y 5 en griego. Esto significa que, por lo menos, algunos judíos del período tardío del segundo templo en Palestina podían hablar en griego, lo que refuerza la idea de que Jesús y Sus seguidores sabían este idioma.
Los rollos bíblicos confirman y aumentan el prestigio de la Biblia hebrea utilizada por los eruditos. Antes del descubrimiento, la Biblia hebrea completa más antigua que existía era el Códice de Leningrado (1008 d.C.), sobre el que se basan la mayoría de las ediciones académicas. Algunos manuscritos medievales son incluso algo más antiguos, como el Códice de Alepo (principios del siglo X), parte del cual se ha perdido; y algunos fragmentos de la Genizá de El Cairo (del siglo IX en adelante). En contraste, el rollo más antiguo de los encontrados en Qumrán (4QExod-Levf) está datado en el 250 a.C. aproximadamente, y los últimos hacia el 68 d.C. Esto sitúa a los eruditos mucho más cerca de la época original de los textos. Dos de los rollos bíblicos más importantes y mejor preservados son el gran rollo de Isaías (1QIsaa, de aprox. el 125 a.C.) y el gran rollo de Salmos (11QPsa, del 30-50 d.C.).
Los rollos que contienen suficiente material escrito como para ser evaluados pueden clasificarse en cuatro grupos textuales: el proto masorético (es decir, el texto consonántico en que se basa el texto masorético, representado por cerca del 40% de los rollos), el proto samaritano (cerca del 15%), el preseptuaginta (cerca del 5%), y un grupo de textos mixtos o sin una atribución clara (cerca del 40%). En particular, los rollos proto masoréticos confirman la exactitud y la antigüedad del texto hebreo que encontramos en las ediciones modernas de la Biblia.
Por otro lado, muchos rollos (de los cuatro grupos) preservan lecturas originales o preferibles que son lo suficientemente convincentes como para haber sido adoptadas por las traducciones modernas del AT. Un ejemplo lo encontramos en Isaías 19:18, donde el texto masorético dice «ciudad de Destrucción» o «de Herez», pero donde dos de los rollos (1QIsaa, 4QIsab) e incluso algunos manuscritos masoréticos dicen «ciudad del Sol», lo que mejora el sentido. La variante que se encuentra en los rollos ha sido adoptada también por muchas Biblias modernas, como DHH, NVI y NTV. Un segundo ejemplo es el versículo que falta en el acróstico de Salmos 145. Dicho versículo está presente en 11QPsa y la Septuaginta, de ahí que actualmente se incluya en la NVI como parte del v. 13. Podrían citarse al menos 100 ejemplos como este que han acercado a los traductores modernos de la Biblia al texto original.
La mayoría de los rollos no bíblicos arrojan luz sobre el judaísmo del período del segundo templo. Algunos manuscritos iluminan nuestro conocimiento de las sectas judías, especialmente de los fariseos, saduceos y esenios. Documentos sectarios como la Regla de la comunidad y el Documento de Damasco revelan las doctrinas y enseñanzas de los esenios. Por ejemplo, el hecho de que esperaban dos Mesías separados (de Aarón y 1055 Isaías de David) y su estilo de vida ascético. Un texto fascinante llamado Algunas obras de la ley (4QMMT) es un manifiesto que describe cómo difería la interpretación esenia de unas 25 leyes del Pentateuco respecto a la de los fariseos.
Algunos rollos iluminan nuestro conocimiento de Jesús y del cristianismo primitivo. Ninguno de los rollos de Qumrán fue escrito por cristianos o para ellos, pero varios son importantes para entender el contexto histórico de los orígenes del cristianismo. Los tres libros que más suelen citarse en Qumrán son Salmos (36 rollos), Deuteronomio (30) e Isaías (21). Estos son también los libros citados con mayor frecuencia en el Nuevo Testamento (Salmos, 79 veces; Isaías, 66 veces; y Deuteronomio, 54 veces). Esto difícilmente sea una coincidencia, e indica que los residentes de Qumrán y los cristianos primitivos tenían expectativas mesiánicas similares y una preocupación parecida por el tema del pacto.
Los rollos no bíblicos clave son igualmente pertinentes. Por ejemplo, el Apocalipsis mesiánico (4Q521) describe las obras y las maravillas que acompañarán a la venida del Mesías, en un lenguaje muy cercano a las palabras de Jesús en Lucas 4:18-19 (traerá buenas nuevas a los pobres, liberará a los cautivos, abrirá los ojos de los ciegos y alzará la carga de los oprimidos), Mateo 11:4-5 y Lucas 7:21-22 (abrirá los ojos de los ciegos, dará vida a los muertos y traerá buenas nuevas a los pobres). Este rollo ayuda a los lectores de la Biblia a darse cuenta de que en los pasajes de los Evangelios que acabamos de mencionar, Jesús está reivindicando su condición de Mesías profetizado. Otro ejemplo impactante es Algunas obras de la ley (4QMMT), ya que el término «obras de la ley» no aparece en ningún otro lugar excepto en Romanos (por ej., 3:20,28) y Gálatas (por ej., 3:2,5,10). Teniendo esto en cuenta, ahora sabemos que Pablo utiliza un término identificado con los esenios y, por lo tanto, critica a los judíos esenios o a los cristianos que habían sido influenciados por las doctrinas esenias respecto a las obras de la ley. Un ejemplo final lo constituye el sectario Texto de la Nueva Jerusalén, que se encuentra en varios rollos (1Q32, 2Q24, 4Q544-55, 5Q15, 11Q18) y describe la venida de la Nueva Jerusalén, con un vocabulario que se desarrollaría con más amplitud en Apocalipsis (21:9-27).
En conclusión, los Rollos del Mar Muerto ayudan a los eruditos a acercarse más a los textos originales del AT en aquellos lugares donde se han introducido variantes en la versión tradicional, además de ayudar a establecer el contexto histórico y cultural de los períodos intertestamentario y del Nuevo Testamento.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
Foto por (Tanner Mardis) en Unsplash
Excelente informacion