En español, en griego o en hebreo, el punto de partida es importante. Empecemos por el griego, en Hechos 8:30 leemos: Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes (ginoskeis) lo que lees (anaginoskeis)?, el contexto es muy importante ya que la exposición de este pasaje empieza con un llamado y termina con un arrebatamiento (esto en Hch.8.26-40).
Un dato importante aparece como un punto de partida para nosotros en el presente y es este: entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús (Hch.8:35). Si tomamos en cuenta que esta parte forma parte de los 31,102 versículos y 1,189 capítulos de toda la Biblia, veremos algunos datos interesantes que nos son comunes, en relación con la Biblia es su contenido legislativo, histórico, filosófico, poético, profético y doctrinal.
La Biblia ha sido integrada en un lapso de 1,600 años y con un legado de por lo menos 40 escritores, hombres inspirados por un mismo autor. Acerca del autor del libro que contiene la historia que estamos considerando en estos 15 versículos (Lucas), él no fue discípulo de Jesús, pero sí de Pablo el Apóstol. Su aporte al Nuevo Testamento lo encontramos en un tomo que incluye: El Evangelio de Lucas y el Libro de Hechos de los Apóstoles, el cual fue escrito en la etapa pre-canónica que inició después de la destrucción del Templo de Jerusalén año 70 d.C., en el desarrollo de la tradición apostólica del siglo I.
También encontramos dos personajes centrales en el pasaje: Felipe y el etíope, que lee al profeta Isaías. A este cuadro le antecede un Ángel del Señor, para luego ser arrebatado por el Espíritu del Señor. Puesto que esto le sucedió a Felipe, la pregunta que debemos hacernos es ¿Qué Felipe? en la Biblia encontramos por lo menos 4 personas identificadas con este nombre “Felipe”.
El nombre procede del griego Filippos, y su significado es “aficionado a los caballos”, en el texto del NT aparecen identificados 2 hijos de Herodes: el que tenía por esposa a Herodías, madre de Salomé (Mt.14.13). Y el llamado Felipe el Tetrarca, que se casó con Salomé (Lc.3.1). También el discípulo de Jesús, Felipe de Betsaida (Jn.1.43-44) y al diacono de los siete (Hch.6.5), Felipe a quién se le conoció como “el Evangelista” (Hch.21.8).
Nos referimos a Felipe el evangelista, que tuvo el encuentro con un alto funcionario etíope de la reina Candace de Etiopia, del griego Aithioµps que significa “rostro quemado”. Por consiguiente, es muy significativo que coincidan en el momento exacto, pero esto revela algo más, si consideramos lo que dijo el salmista, Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios. (Salmo 68:31). Nos permite ver el valor que tiene encuentro para la historia.
Este artículo continuará…
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