El encuentro entre Felipe y el etíope, agrega a nuestra comprensión del texto algo más, recordemos que el etíope: leía al profeta Isaías. ¿Por qué un funcionario de la reina Candace de Etiopía, leía a un profeta de Israel?, esto además no lleva a preguntarnos también, sobre la copia manuscrita del libro del profeta Isaías que portaba.
Hablando de manuscritos (escritos hechos a mano) para el siglo I d.C., pertenecientes a lo que posteriormente se llamarán libros canónicos, a estos les anteceden los protocanones, el más antiguo data del 125 a.C, encontrado en Qumran 1,947, e identificado como 1QIsa, esto significa: Cueva 1 de Qumran, Isaías a en superíndice es el primer manuscrito que se encontró (o el más importante).
Este fue comparado con el manuscrito de la tradición o también llamado Texto Masorético (TM), de donde vienen para nosotros en la actualidad la edición de la Biblia Hebrea Stuttgartensia (BHS). Asimismo, podemos pensar ¿en qué idioma estaría escrito el manuscrito del etíope? ¿estaría en griego o hebreo?, podríamos decir evadiendo responder que en cualquiera de los dos idiomas estaba bien. Pero como la ciudad de Etiopía a la que hace referencia en NT, no es la Etiopía moderna, la ciudad de donde provenía el etíope estaba en el río Nilo, en Egipto.
En la región de Nubia en la Sudán actual, y de la ciudad de Meroe a Jerusalén, hay una distancia que los separa por lo menos en unos 2,600 kilómetros. Por consiguiente, el manuscrito estaba escrito en griego. Por lo menos daremos tres razones para afirmar eso: primera, las referencias de Isaías son de la versión griega del Antiguo Testamento conocida como la Septuaginta (LXX), segundo, la ciudadanía del etíope estaba lejos de Jerusalén, y tercero, en este preciso momento de la historia, Palestina era ocupada por los Romanos, y el idioma de habla común era el griego, más que el hebreo.
Si ampliamos la primera razón, podemos decir que las referencias de Isaías, que se encuentran en el pasaje citado en los versículos de Hch.8.32-33, se encuentra en el libro del profeta en Is.53.7-8 respectivamente. Además, la porción citada de Isaías corresponde a la división histórica de la crítica literaria conocida como Deuteroisaías capítulos del 40-66, y específicamente nos referimos al segundo Isaías capítulos del 40 al 55. El racionalismo deísta del siglo XVIII d.C., sitúa la composición del segundo Isaías en el paso del dominio Babilónico al Persa en el siglo VI a.C., es decir que el primer Isaías y el Profeta Isaías se encuentran en el siglo VIII a.C.
Incluso al pensar en el profeta Isaías, al referirnos a su composición en el hebreo, debemos dirigir nuestra mirada hacía el hebreo bíblico, el cual es un hebreo antiguo y con rasgos en su escritura que conocemos como “hebreo fenicia”, esto reviste importancia para considerar “la gramática, la ortografía y la grafía”, en los tiempos modernos para los lectores es muy difícil abordar un genero como el profético, prácticamente porque se carece de preparación.
¿Por qué es difícil el abordaje?, porque muchos de los que se acercan al texto interpretan desde el texto, y este debe ser considerado por lo menos en tres niveles: el primer nivel es inmediato, donde cada palabra y cada frase de la Escritura pertenecen al contexto de la oración y el párrafo en el que aparecen. Inmediatamente en la mayoría de los casos se conducen a un tercer nivel, el cual es considerado como distante, otros lo llaman remoto, y propiamente dicho sería contexto teológico, donde cada frase de la Escritura es parte del contexto total del canon bíblico.
De modo similar debe considerarse para la interpretación el contexto a un segundo nivel, el cual es medio. Cada frase de la Escritura se expresa de determinada manera, ya sea por medio de los tipos literarios: Alabanza, proclamación, predicción, relatos de la historia. Es decir, que debemos tener presente qué tipo de literatura es la que vamos a considerar, por lo general, para referirnos al tipo literario hablamos de “género”, término que es traducido del francés y significa “tipo”. Esto puede conducirnos por desconocimiento a “los peores errores de interpretación“.
Este artículo continuará…
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