Introducción
Génesis es el gran libro de los comienzos en la Biblia. Fiel a los significados de sus nombres en hebreo y en griego (heb. bereshít, «En el principio» [según 1:1]; gr. geneseos, «los orígenes» [según 2:4]), Génesis nos permite ver el principio de una multitud de realidades que integran nuestra existencia cotidiana: la creación del universo y del planeta Tierra; el origen de la vida vegetal y animal; y el comienzo de los seres humanos, el matrimonio, las familias, las naciones, la industria, la expresión artística, los rituales religiosos, la profecía, el pecado, la ley, el delito, los conflictos, el castigo y la muerte.
Circunstancias de la redacción del libro
Autor: Desde la época precristiana, la autoría de la Torá —los cinco libros entre los que se incluye Génesis— se le ha atribuido a Moisés, un gran influyente líder israelita del segundo milenio a.C., con un aristocrático trasfondo egipcio. Aunque, técnicamente, Génesis es anónimo, tanto el AT como el NT reconocen por unanimidad que Moisés es el autor de la Torá (Jos. 8:35; 23:6; 1 R. 2:3; 8:9; 2 R. 14:6; 23:25; 2 Cr. 23:18; 25:4; 30:16; 34:14; 35:12; Esd. 3:2; 6:18; Neh. 8:1; 9:14; Dn. 9:11,13; Mal. 4:4; Mr. 12:19,26; Lc. 2:22; 20:28; 24:44; Jn. 1:17,45; 7:19; Hch. 13:39; 15:21; 28:23; Ro. 10:5; 1 Co. 9:9; He. 10:28). Al mismo tiempo, en Génesis se evidencia que fueron insertados en el texto algunos cambios editoriales de menor importancia pero que datan de épocas antiguas. Entre los ejemplos, se incluyen la mención de «Dan» (14:14), ciudad cuyo nombre recién se adoptó en la época de los jueces (Jue. 18:29), y el uso de una frase que suponía la existencia de reyes israelitas (Gn. 36:31).
Contexto histórico: Al menos hasta el siglo II a.C., la Torá (término hebreo para ley) se consideraba una unidad. Poco antes del nacimiento de Cristo, fue dividida en cinco libros que, posteriormente, se denominaron Pentateuco (lit. cinco recipientes). Génesis, el primer libro de la Torá, presenta la historia universal de la humanidad y la historia patriarcal de la nación de Israel. La primera sección (caps. 1–11) es una reseña general comúnmente denominada «historia primigenia», que muestra cómo la humanidad entera descendió de una pareja y cayó en pecado. La segunda sección (caps. 12–50) es un relato más específico al que, en general, se lo llama «historia patriarcal»; se centra en el pacto que Dios hizo con Abraham y sus descendientes: Isaac, Jacob y los doce hijos de este último. Génesis revela el plan de Dios para bendecir y redimir a la humanidad mediante linaje de Abraham. El libro concluye con los acontecimientos que llevaron a los israelitas a habitar en la tierra de Egipto.
Mensaje y propósito
La creación: Dios es el soberano Señor y Creador de todas las cosas. Dios creó todo de la nada. No existía ningún material previo. Él es el Creador, no un artesano, lo cual indica que tiene poder infinito y control perfecto sobre todo. No es parte del orden creado, y ningún elemento de la creación debe considerarse una extensión de Él. Todo lo que creó es bueno porque bueno es Él y también majestuoso. Dios es Señor; mantiene Su dominio sobre la creación y participa en ella. El control divino de la historia de la humanidad es tan completo que aun las peores acciones humanas pueden ser transformadas para cumplir con Sus propósitos benévolos (50:20).
La vida humana: Adán y Eva fueron creados a la imagen de Dios, diferentes al resto de la creación, para tener comunión con Él. Los seres humanos son una paradoja. Por un lado, son el toque final de toda la creación de Dios, hechos a Su imagen (1:26-27) y poseedores, dentro de su ámbito, de una autoridad similar a la divina sobre todo el orden creado (1:28- 29; 9:1-3). Por el otro, son pecadores; seres que, con los recursos y las capacidades que Dios les dio, han transgredido las leyes divinas (2:17; 3:6) y han perjudicado a otras personas (3:8-11; 6:5,11-12). Aun así, durante el transcurso de su vida terrenal, Dios espera que la gente obedezca Sus leyes (4:7) y también bendice a aquellos que viven según Sus caminos (6:8-9; 39:2,21). Dios quiere obrar por medio de los individuos para bendecir a todo ser humano (18:18; 22:18; 26:4). No obstante, Génesis enseña que, por el pecado, todos los seres humanos deben morir (2:17; 3:19; 5:5,8,11). Como toda vida humana es creada a la imagen de Dios, no hay persona ni clase de seres humanos superiores a otros. Ellos fueron creados para vivir en comunidad. La unidad más esencial de dicha comunidad es la familia: un esposo y una esposa (varón y mujer), con hijos.
El pecado: El mal y el pecado no se originaron en Dios. Adán y Eva fueron creados inocentes y con capacidad de decisión. El pecado entró en el mundo en un lugar y un momento específicos de la historia. Adán y Eva decidieron voluntariamente desobedecer a Dios, dejaron de ser inocentes y perdieron su libertad. Su naturaleza pecaminosa se transmitió a todos los demás seres humanos. El pecado produjo la muerte, tanto física como espiritual, y ha llevado a un mundo de angustias y dificultades.
El pacto: Génesis es una narrativa de las relaciones interpersonales basadas, por cierto, en pactos con Dios. Estos pactos brindan un principio unificador para entender toda la Biblia y definen la relación entre Dios y el hombre. La esencia de esta relación se encuentra en la frase: «y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios» (Jer. 32:38; comp. Gn. 17:7-8; Ex. 6:6-7; Lv. 26:12; Dt. 4:20; Jer. 11:4; Ez. 11:20). El pacto de Dios con Abraham es un acontecimiento de suma importancia, tanto en Génesis como en toda la Biblia. Dios llamó a Abraham para que dejara Ur y fuera a Canaán, y prometió convertirlo en una gran nación que, a su vez, bendeciría a todas las naciones (Gn. 12:1-3). Dios repite Su voto en Génesis 22:18, donde agrega que, algún día, a través de la simiente de Abraham serían bendecidas todas las naciones. Pablo aplica el sustantivo singular «simiente» en referencia a Cristo (Gá. 3:16). Por medio de Cristo, el profetizado descendiente de Abraham, las bendiciones del pacto abrahámico alcanzarían a toda nación.
Contribución a la Biblia
Génesis establece el fundamento para todo lo demás que se lee y se experimenta en la Escritura. Mediante este libro, entendemos de dónde venimos, cómo llegamos al estado caído en que estamos y los comienzos de la obra de gracia de Dios a nuestro favor. Génesis revela el propósito original de Dios para la humanidad.
También, provee la base para entender el pacto de Dios con Israel, que se estableció al entregarle la ley. Los relatos de los orígenes de la humanidad, del pecado y de la relación de pacto con Dios permitieron a la comunidad israelita entender por qué Él le dio la ley.
Estructura
Génesis es principalmente un relato. Desde una perspectiva narrativa, Dios es el único héroe de la Biblia, y Génesis tiene el privilegio particular de presentarlo. Dios es el sujeto del primer verbo del libro y se menciona con más frecuencia que cualquier otro personaje de la Escritura. El contenido de los primeros once capítulos difiere de las historias patriarcales de los capítulos 12–50. El principal recurso literario es la frase «estas son las generaciones». Su significado va más allá del simple concepto de «generaciones»; más bien se refiere a un relato informativo. Esta práctica era común en los escritos del antiguo Cercano Oriente. También sirve como un eslabón entre la persona clave de la narración previa y la que se anticipa en la sección siguiente. El libro de Génesis podría describirse como una genealogía histórica, que une la creación con las crónicas de la humanidad y le da continuación.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por Mick Haupt, en Unsplash
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