Mensaje y propósito
Éxodo revela a Dios en acción, en busca de una comunión tan estrecha con Su pueblo que Su presencia habita en medio de ellos. Él rescató a los israelitas para revelarse no solo por medio de su poder, sino también a través de una relación de pacto fundada en Su inmensa paciencia, gracia y perdón. El registro de lo que el Señor hizo por los israelitas les permitiría reconocerlo como su Dios, el único a quien le debían obediencia y lealtad absolutas. Así tendrían clara su identidad como pueblo de Dios y podrían manifestar la gloriosa identidad del Señor.
En Éxodo encontramos cuatro mensajes fundamentales:
1. Jehová es Dios: Dios se reveló a Moisés y a Israel como Yahvéh: «Yo Soy el que Soy». El nombre de Dios de acuerdo al pacto conlleva un significado profundo y reafirma Su poder, autoridad y naturaleza eterna.
2. La redención: Los israelitas clamaron por liberación, y Dios respondió. Obró a través de Su siervo y líder Moisés, pero lo hizo de manera tan milagrosa que Su intervención fue incuestionable. Los israelitas no se hubieran podido salvar por sí solos; fue todo gracias a la acción de Dios. La Pascua se instituyó como celebración anual para recordarles la salvación divina.
3. La ley: La ley de Dios se resume en los Diez Mandamientos, Sus principios absolutos para la vida espiritual y moral. La ley se divide en dos secciones: la civil, que rige la vida de la comunidad; y la ritual, para las ceremonias de adoración y la construcción del tabernáculo.
4. El tabernáculo: Dios impartió instrucciones específicas sobre cómo debían construir el tabernáculo. Su importancia radica en lo que representaba: la morada de Dios en medio de Su pueblo. Él habitaba en el lugar santísimo, inaccesible para la mayoría de los israelitas. El tabernáculo anticipa el momento en que Cristo retiraría el velo de separación y abriría el acceso a Dios para todos los creyentes. En el NT, los creyentes son el tabernáculo, porque Dios no habita sólo en me dio de Su pueblo, sino que también habita en ellos.
No te pierdas la Parte III…
Leave a Reply