Por Jeremy Royal Howard
En la era de la Reforma, muchas creencias y prácticas fueron reexaminadas a la luz de la Escritura. Hombres como Lutero o Calvino deseaban despojar a la Iglesia de las tradiciones humanas y tomar como modelo únicamente la Palabra autoritativa de Dios.
Esta preocupación realzaba la necesidad de estar seguros de cuáles libros venían de Dios y cuáles no. Cuando Lutero publicó una traducción al alemán del NT en 1522, incluyó los 27 libros del canon tradicional, aunque expresó cierta desaprobación en cuanto a los escritos disputados, separándolos en el índice de los libros indiscutidos.
Parece ser que, para Lutero, los libros del NT se dividían en libros canónicos de primera y de segunda clase. Aunque los 27 libros procedían de Dios, no creía que Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis estuvieran a la altura de los demás.
A pesar de sus reservas, la aceptación desde tiempos antiguos de los 27 libros del canon del NT no fue seriamente cuestionada. En 1546, la Iglesia católica romana reafirmó el canon de 27 libros en el Concilio de Trento, y 100 años después, los protestantes hicieron lo mismo en la Confesión de Fe de Westminster.
Desde entonces, no ha surgido en las distintas iglesias ningún desafío serio en cuanto a la composición del canon.
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
_________________________________________________________________________
Foto Unsplash
Gracias por tu articulo. Saludos.