Por Robert H. Stein
Los lectores serios de los Evangelios notan varias diferencias entre ellos. Una tiene que ver con la disposición geográfica. En los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), Jesús visita Jerusalén solo una vez en el transcurso de Su ministerio. Por ejemplo, todos los sucesos de Marcos 1:1–11:10 tienen lugar en Galilea (1:1–8:21) o camino a Jerusalén (8:22–11:10). Solo desde 11:11 en adelante, se registra la entrada de Jesús en la ciudad. El Evangelio de Juan aborda los hechos de manera diferente. Juan relata varias visitas de Jesús a Jerusalén a lo largo de su ministerio (2:13– 4:45; 5:1-47; 7:1–10:40; 12:12–20:31), incluida una limpieza temprana del templo (Jn. 2:13-22). Los Sinópticos no mencionan esta primera expulsión de los mercaderes del templo, y en cambio, Juan no dice nada respecto al incidente posterior que narran los Sinópticos (Mt. 21:12-13; Mr. 11:15-18; Lc. 19:45-48). Al parecer, los autores escogieron formas diferentes de usar la geografía como herramienta para su relato de los acontecimientos de la vida de Jesús. Marcos, cuyo Evangelio probablemente precedió e influenció a Mateo y Lucas, escoge no tratar ninguna de las cosas que hizo Jesús en Jerusalén previas al comienzo de los sucesos culminantes de su ministerio en 11:11. Este abordaje literario va creando una tensión constante que estalla finalmente con la crucifixión de Jesús en la ciudad santa. Juan, que escribe años después de los Sinópticos, aborda los hechos de una forma diferente, salpicando todo su relato con referencias a Jerusalén.
Otra consideración literaria que ayuda a explicar las diferencias entre los Evangelios es la forma en que los autores escogen agrupar las enseñanzas de Jesús. Mateo presenta bloques alternos de relatos sobre Jesús y Sus enseñanzas: capítulos 1–4 (J); 5–7 (E); 8–9 (J); 10 (E); 11–12 (J); 13 (E); 14–17 (J); 18 (E); 19–22 (J); 23–25 (E); 26–28 (J). En cambio, Lucas coloca las enseñanzas de Jesús en dos grandes secciones: 6:20–8:3 y 9:51–18:14. Estos diferentes abordajes explican por qué los autores de los Evangelios suelen situar los dichos de Jesús en distintos contextos. Por ejemplo, Mateo registra la oración modelo en una etapa temprana de Su ministerio (6:9-13), mientras que Lucas la coloca después (11:1-4). Los autores de los Evangelios organizaron gran parte de su material por temas o siguiendo criterios lógicos, y no cronológicamente. La primera referencia a un Evangelio la hizo Papías, un padre de la Iglesia de la primera década del siglo II, quien señaló que Marcos había escrito con precisión, pero sin seguir un orden cronológico, las tradiciones que había recibido de Pedro. Esto indica que los lectores primitivos notaron las diferencias entre los Evangelios y entendieron algunas de sus causas básicas, pero no las consideraron problemáticas.
Otra razón que nos ayuda a entender las diferencias tiene que ver con el estilo literario de cada evangelista. En Mateo 8:5-13 y Lucas 7:1-10 tenemos dos versiones de la curación del siervo del centurión que llevó a cabo Jesús. En Lucas, la conversación tiene lugar entre Jesús y los ancianos judíos que hablan en nombre del centurión. En Mateo, Jesús habla directamente con él. Vemos que no hay conflicto entre ambos relatos cuando nos damos cuenta de que Mateo ha abreviado la historia (103 palabras en comparación con las 186 de Lucas). Mateo omite material prescindible de la historia, y los ancianos (que actúan como intermediarios) son el elemento menos importante del relato. Así pues, como los periodistas actuales que informan sobre las reuniones entre jefes de estado sin mencionar a los intérpretes, Mateo no menciona a los ancianos.
Además, los evangelistas tenían conciencia de ser intérpretes inspirados, no meros amanuenses de los hechos y las enseñanzas de Jesús. Sentían libertad para aclarar y añadir comentarios explicativos respecto a las tradiciones que estaban registrando. Por ejemplo, mientras que Mateo, en 7:11, describe cuando Jesús dice que Dios el Padre da «buenas dádivas» a los que piden, Lucas presenta Su declaración de que Dios da «el Espíritu Santo». En este caso, Lucas ha actuado como intérprete: de todas las cosas buenas que Dios da, el Espíritu Santo es la mejor. Otros ejemplos de trabajo editorial inspirado son:
El bautismo de Jesús
• En Mateo 3:17, la voz del cielo declara: «Este es mi Hijo amado».
• En Marcos 1:11 y Lucas 3:22, la voz afirma: «Tú eres mi Hijo amado».
• Explicación: En Marcos y Lucas, la voz de Dios se dirige a Jesús. Mateo cambia el enfoque volviéndolo hacia el público presente para aclarar a sus lectores que Dios les había dado a conocer que Jesús era Su Hijo. El sentido general permanece inalterado.
Las bienaventuranzas
• En Mateo 5:3, la primera bienaventuranza señala: «Bienaventurados los pobres en Espíritu…».
• Lucas 6:20 declara: «Bienaventurados vosotros los pobres…».
• Explicación: Mateo presenta un relato de lo dicho originalmente en forma de «pensamiento por pensamiento» y no «palabra por palabra». Añade «en Espíritu» para ayudar a sus lectores a entender que, en este contexto, «pobre» se refiere a la humildad espiritual. En Salmos 34:6, «pobre» se utiliza en un sentido similar cuando el rey David (que era materialmente rico) se describe como «pobre».
La hora de la crucifixión
• En Marcos 15:25, Jesús es crucificado a la «hora tercera» (las nueve de la mañana).
• En Juan 19:14, Jesús es crucificado a la «hora sexta» (las doce del mediodía).
• Explicación: Hay 23 menciones a horas concretas en el NT. Veinte se refieren a las horas tercera, sexta o novena. Solo tres designan otras (séptima, décima y undécima). En una época en que el tiempo se contaba en forma imprecisa, una crucifixión realizada por la mañana (digamos, a las 10:30) podía razonablemente decirse que había tenido lugar a la hora tercera o a la hora sexta, ya que caía entre esas dos horas.
La negación de Cristo por parte de Pedro
• Marcos narra a sus lectores la negación de Pedro en Marcos 14:53-54 y 14:66-72. En medio de este relato en dos partes, se encuentra la historia del juicio de Jesús.
• Lucas finaliza el relato completo de la negación de Pedro en Lucas 22:55-62 antes de narrar el juicio de Jesús.
• Explicación: En lugar de una discrepancia cronológica, se trata de dos formas diferentes de contar historias separadas. Marcos aplica una de sus técnicas estilísticas favoritas e intercala el juicio de Jesús entre las dos mitades de la historia de la negación de Pedro. Lucas prefiere tratarlas de manera separada.
• Hemos evitado utilizar términos como «discrepancia» o «contradicción» al discutir las diferencias entre los Evangelios. Cuando intentamos entender la labor de los evangelistas como intérpretes de la vida de Jesús, descubrimos a menudo que sus distintos abordajes nos ayudan a extraer y aclarar las consecuencias de Sus acciones y enseñanzas. Con frecuencia, esto supone relatar lo ocurrido en la vida de Jesús siguiendo un orden temático o lógico, en vez de un orden cronológico. Si tenemos esto en cuenta, veremos que las alegadas «discrepancias» o «contradicciones» son en realidad meras «diferencias».
Artículo extraído de la RVR 1960 Biblia de estudio Holman.
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Foto por (Cathy MüHire) en Unsplash
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