El apóstol Pablo escribió que “no tenemos lucha contra sangre y carne” (Ef. 6:12). La batalla espiritual que libra todo cristiano es real y continua. Por lo tanto, es indispensable estar bien armado con “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Ef. 6:17). Una de las mejores maneras en la que podrás tener éxito en tu vida cristiana y ganar las batallas espirituales diarias es teniendo a tu disposición, en tu mente, un arsenal de versículos bíblicos. Para tenerlos, debes memorizarlos.
Pero la mayoría de las personas, incluso los cristianos, no están acostumbrados a memorizar. Sin embargo, la memorización es algo que no solamente todo cristiano debe hacer, sino que puede hacer. A continuación veremos tres consejos sencillos para memorizar, consejos que puedes
implementar hoy mismo.
Repite
La repetición ayuda a que el cerebro retenga información. Para memorizar un versículo efectivamente, puedes repetirlo varias veces. Una sugerencia es dividir el versículo en partes
pequeñas, y avanzar poco a poco, repitiendo cada frase.
Por ejemplo, si quieres memorizar el Salmo 1:1, divídelo en tres:
1. Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos
2. Ni estuvo en camino de pecadores
3. Ni en silla de escarnecedores se ha sentado
No procedas a la segunda parte hasta que hayas repetido varias veces la primera. Entonces sigue con la segunda, después la tercera. Te sorprenderá cómo, con la práctica, la memorización se te facilitará.
Escribe
Algo fascinante sucede cuando escribimos algo. Agregar a la repetición un elemento visual, en este caso, escribir un versículo a mano, te ayudará a memorizar mejor. Solo necesitas una hoja de papel, y una pluma o lápiz. Comienza a escribir el versículo que quieres memorizar varias veces, inclusive diciéndolo en voz alta.
Puede parecerte un poco tedioso, pero estás invirtiendo en tu vida espiritual. Estás armándote de la Palabra de Dios, lo cual te ayudará en tu comunión con Él, y en el éxito de tu vida cristiana. Conozco personas que, para familiarizarse mejor con un libro de la Biblia, lo escriben todo de principio a fin, y terminan con una copia de un libro de la Biblia de su propio puño y letra. Quizá no se lo están memorizando, pero definitivamente habrá porciones que permanecerán en la mente, moldeando el corazón.
Medita
La meditación no es algo místico reservado para algunos pocos cristianos excepcionales. De hecho, meditar en algo es darle vueltas a un asunto y verlo desde diferentes ángulos. Si eres una persona que se preocupa fácilmente, eres experta en meditar. Piensas continuamente en lo que dijiste, en lo que tienes por hacer, en tus planes futuros. Estás meditando, ¡pero en lo equivocado!
En lugar de eso, toma un versículo bíblico y sácale todo el jugo. Piensa en cómo ese verso aplica a tu vida. Mastícalo, digiérelo, procésalo bien. Hazle preguntas. Deja que sature tu mente. Pronto lo tendrás memorizado, y bastante bien.
La meditación es un hábito que todo cristiano debe buscar desarrollar en su vida. Un consejo práctico es que cuando leas un versículo que quieras memorizar, lo apuntes en un pedazo de papel y lo pongas en tu bolsa o bolsillo. A lo largo del día sácalo, léelo, y piensa en él, aunque sea tan solo por unos segundos. Te ayudará más de lo que crees.
Si nunca has memorizado versículos bíblicos, y aun si lo has hecho antes, encontrarás estos tres consejos bastante sencillos y fáciles de aplicar. Persiste en ello. El beneficio es grande. No hay mejor deleite que saturarse de la Palabra de Dios.
No hay cosa más agradable que conocer la palabra de Dios atravez del estudio de la misma pues en ella está plasmado el propósito de Dios para nuestra vida.